A los tres meses, nuevo sofocón
Mientras presume de una cifra de socios altísima, el Betis sólo tarda noventa días en repetir catástrofe
Luis Carlos Peris | Actualizado 04.09.2009 - 01:00
TRES meses después del gran sofocón llega el primer batacazo del curso siguiente. Es el Betis de la hora y vergüenza debiera darle a los que pregonan la cifra de socios que pregonan que ese Betis esté donde está y pegue los sainetes que pega. Por supuesto que sé que la Copa tiene estas cosas y que al Madrid lo apeó el Irún a doble partido, pero es que en este Betis toda la lluvia cae sobre muy mojado y pegar este petardo ante los suplentes del Córdoba raya lo delictivo. Es como si todo diese lo mismo, como si desde la cúpula, esa que se esconde tras la mesa en un intrincado rincón del Fontanal, no bajase una orden a derechas.
Todo mientras desde esas cloacas que el propio Lopera ha montado para insultar a todo lo que se mueva se vocea una cifra de socios que vergüenza debiera darles. 30.425 abonados, que no sé si es cierta u otra mentira más, no es para tener el equipo que le han puesto a Antonio Tapia a sus órdenes donde lo tienen. La eliminación en Copa ante los suplentes del Córdoba no debiera pasar de una anécdota, triste pero sólo anécdota, si no fuese por las malas vibraciones que uno siente en cuanto dobla de la Palmera a Padre García Tejero. Vibraciones que no son comprensibles cuando, dicen, 30.425 fieles han vuelto a afiliarse a eso que tanto quieren y que tanto mal tratan.
Ítem más. En condiciones de normalidad, incluso podía ofrecerse un discurso positivo de la eliminación copera para asirse al clavo de la Liga, objetivo prioritario en condiciones, insisto, de normalidad. Pero es que esto de haber aunado el debut con la despedida en el único torneo que trajo auténticas alegrías a Heliópolis no garantiza que el objetivo vaya a cumplirse. Todo bético se daría con un canto en los dientes si esta catástrofe copera fuese a servir para desbrozar el camino a Primera División, pero ¿quién se cree eso? Lo cierto es que con una masa social como muy pocos primerdivisionarios, el Betis sólo tardó tres meses en repetirle el sofocón a su infantería.
Mientras presume de una cifra de socios altísima, el Betis sólo tarda noventa días en repetir catástrofe
Luis Carlos Peris | Actualizado 04.09.2009 - 01:00
TRES meses después del gran sofocón llega el primer batacazo del curso siguiente. Es el Betis de la hora y vergüenza debiera darle a los que pregonan la cifra de socios que pregonan que ese Betis esté donde está y pegue los sainetes que pega. Por supuesto que sé que la Copa tiene estas cosas y que al Madrid lo apeó el Irún a doble partido, pero es que en este Betis toda la lluvia cae sobre muy mojado y pegar este petardo ante los suplentes del Córdoba raya lo delictivo. Es como si todo diese lo mismo, como si desde la cúpula, esa que se esconde tras la mesa en un intrincado rincón del Fontanal, no bajase una orden a derechas.
Todo mientras desde esas cloacas que el propio Lopera ha montado para insultar a todo lo que se mueva se vocea una cifra de socios que vergüenza debiera darles. 30.425 abonados, que no sé si es cierta u otra mentira más, no es para tener el equipo que le han puesto a Antonio Tapia a sus órdenes donde lo tienen. La eliminación en Copa ante los suplentes del Córdoba no debiera pasar de una anécdota, triste pero sólo anécdota, si no fuese por las malas vibraciones que uno siente en cuanto dobla de la Palmera a Padre García Tejero. Vibraciones que no son comprensibles cuando, dicen, 30.425 fieles han vuelto a afiliarse a eso que tanto quieren y que tanto mal tratan.
Ítem más. En condiciones de normalidad, incluso podía ofrecerse un discurso positivo de la eliminación copera para asirse al clavo de la Liga, objetivo prioritario en condiciones, insisto, de normalidad. Pero es que esto de haber aunado el debut con la despedida en el único torneo que trajo auténticas alegrías a Heliópolis no garantiza que el objetivo vaya a cumplirse. Todo bético se daría con un canto en los dientes si esta catástrofe copera fuese a servir para desbrozar el camino a Primera División, pero ¿quién se cree eso? Lo cierto es que con una masa social como muy pocos primerdivisionarios, el Betis sólo tardó tres meses en repetirle el sofocón a su infantería.
Algo que todos pensamos y que relata Luis Carlos Peris, aquel que ha sido insultado por el vocero en la radio que presume ser de los béticos pero que en realidad se debería llamar como la página web dedicada a adorar al máximo accionista.
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