ENTREVISTA A CARLOS DEL BARCO.
POR J. FÉLIX MACHUCA Publicado Lunes, 10-08-09 a las 06:55Un artículo suyo en ABC ha levantado ampollas en ciertos sectores béticos cercanos a la mayoritaria. Como Cicerón en sus Catilinarias este periodista y miembro del Consejo Audiovisual demuestra que también sabe latín
—Hace unos días publicaba usted en ABC un artículo sobre el Betis que iniciaba: ¿Hasta cuando, Catilina, abusarás de mi paciencia?
—De nuestra paciencia.
—¿Puedo preguntar, desde mi ingenuidad, a qué Catilina se refiere usted?
—En quien todos estamos pensando. El secuestrador de una historia centenaria y trece barras gloriosas, que cada vez que las nombro me acuerdo de Manolo Ramírez.
—¿Y, entonces, todo lo que usted largaba en el artículo iba dirigido a Catilina de Heliópolis, al cónsul del Fontanal?
—Absolutamente. A quien ha convertido al Betis, con su estética y ética de azulejito y pan de oro, en el equipo más antipático de España.
—¿Se siente juguete de su furor?
—Sí, junto a todo el beticismo. Que no se ha merecido nunca a personajes de esa catadura, de los que le rodean y de los que le bailaron el agua y hoy son neoconversos. Algunos de ellos vociferan desde las plataformas.«Me pregunto dónde irá a parar el dinero de la publicidad que dejará de emitir TVE. La televisión pública tiene que redefinirse y buscar otro modelo»—A la gente hay que darle una segunda oportunidad.
—Sin dudas. Pero mucho de lo que está pasando hoy se veía venir cuando aplaudían a Catilina.
—El año no ha sido el mejor para los béticos. Pero peor que el descenso puede ser ese rosario de despropósitos que usted apunta: el jeque del TBO, bsport, los blases y la pérdida de señorío…
—El descenso es lo de menos. Pero se ha perdido lo esencial. Nuestro estoicismo nos acostumbra a jugar en cualquier sitio. Lo peor ha sido la prostitución de las esencias.
—Pero debe reconocerme que, leído el artículo, podíamos oír un suspiro de alivio, de plena satisfacción del firmante…
—(risas) Es que me quedé muy a gusto. Dije lo que quería decir. No se puede ir por la vida de me alegro verte bueno.
—¿Usted pertenece a alguna plataforma bética?
—No, me represento a mí mismo.
—Va de francotirador, de maquis de la Palmera…
—(risas.) En mi infancia me marcó el juego de Joaquín Sierra Vallejo. El gregarismo lo dejo para san Mamés y Caparrós…
—Oiga, sin ofender…
—Al Betis le hubiera venido muy bien uno como el de Utrera.
—Pero por qué tantos béticos movilizados no pagan «el secuestro» que pide Catilina por el Betis…
—Porque nadie en sus cabales puede comprar nada que en sus interioridades ignora, sin saber lo que compra y con excentricidades como pagar por una ciudad deportiva virtual.
—¿Cree usted que en Jabugo saben quién fue Catilina o pensará que lo está llamando Catalina?
—Supongo que habrá habido una pregunta del tipo «y ese donde juega». Y por supuesto google habrá echado humo, si es que algunos saben lo que es google en un club estancado en la olivetti.
—¿La liberación del Betis sólo está en manos de la Justicia?
—Es una de las grandes esperanzas del beticismo. En este sentido uno de los trabajos más serios, concienzudos, lo hacen desde la oposición gente como los hermanos Cuéllar…
—Piense casi un imposible: el Betis vuelve a ser libre. ¿Lo quiere como entidad deportiva o como sociedad anónima deportiva?
—Lo quiero de todos los béticos. Como fue hasta el 92.
—¿Se ha sacado el carné para este año o es de los que se declara objetor de conciencia verdiblanca?
—Me debato entre uno de los dilemas más duros de mi vida. Pero podría ser una vía contundente de contestación. No obstante mi hijo se lo va a sacar.
—¿En el consejo audiovisual hay algunos béticos?
—Alguno hay pero está entreverao de culé. El resto son palanganas y del Granada.
—¿Y alguien que vaya de Catilina?
—Si yo le contara de algún sacrílego desmán de un ciudadano perdido…
—Pero dais más codazos que Telechía…
—(risas) Y que Iglesias y que Biosca. Pero lo que hay enfrente juega tan limpio como Diarrá…
—Tengo una enorme curiosidad: dónde irá a parar la publicidad que TVE dejará de emitir…
—Eso mismo me pregunto yo. Hay que fijarse en el modelo francés. Esa publicidad no se ha ido a los operadores privados. Aquí se está jugando con mucha prisa…
—¿Y repercutirá esa falta de nutrientes en la calidad de la televisión pública?
—La televisión pública tiene que redefinirse. Hay que ver qué modelo televisivo va a ser el referente de la nueva televisión pública.
POR J. FÉLIX MACHUCA Publicado Lunes, 10-08-09 a las 06:55Un artículo suyo en ABC ha levantado ampollas en ciertos sectores béticos cercanos a la mayoritaria. Como Cicerón en sus Catilinarias este periodista y miembro del Consejo Audiovisual demuestra que también sabe latín
—Hace unos días publicaba usted en ABC un artículo sobre el Betis que iniciaba: ¿Hasta cuando, Catilina, abusarás de mi paciencia?
—De nuestra paciencia.
—¿Puedo preguntar, desde mi ingenuidad, a qué Catilina se refiere usted?
—En quien todos estamos pensando. El secuestrador de una historia centenaria y trece barras gloriosas, que cada vez que las nombro me acuerdo de Manolo Ramírez.
—¿Y, entonces, todo lo que usted largaba en el artículo iba dirigido a Catilina de Heliópolis, al cónsul del Fontanal?
—Absolutamente. A quien ha convertido al Betis, con su estética y ética de azulejito y pan de oro, en el equipo más antipático de España.
—¿Se siente juguete de su furor?
—Sí, junto a todo el beticismo. Que no se ha merecido nunca a personajes de esa catadura, de los que le rodean y de los que le bailaron el agua y hoy son neoconversos. Algunos de ellos vociferan desde las plataformas.«Me pregunto dónde irá a parar el dinero de la publicidad que dejará de emitir TVE. La televisión pública tiene que redefinirse y buscar otro modelo»—A la gente hay que darle una segunda oportunidad.
—Sin dudas. Pero mucho de lo que está pasando hoy se veía venir cuando aplaudían a Catilina.
—El año no ha sido el mejor para los béticos. Pero peor que el descenso puede ser ese rosario de despropósitos que usted apunta: el jeque del TBO, bsport, los blases y la pérdida de señorío…
—El descenso es lo de menos. Pero se ha perdido lo esencial. Nuestro estoicismo nos acostumbra a jugar en cualquier sitio. Lo peor ha sido la prostitución de las esencias.
—Pero debe reconocerme que, leído el artículo, podíamos oír un suspiro de alivio, de plena satisfacción del firmante…
—(risas) Es que me quedé muy a gusto. Dije lo que quería decir. No se puede ir por la vida de me alegro verte bueno.
—¿Usted pertenece a alguna plataforma bética?
—No, me represento a mí mismo.
—Va de francotirador, de maquis de la Palmera…
—(risas.) En mi infancia me marcó el juego de Joaquín Sierra Vallejo. El gregarismo lo dejo para san Mamés y Caparrós…
—Oiga, sin ofender…
—Al Betis le hubiera venido muy bien uno como el de Utrera.
—Pero por qué tantos béticos movilizados no pagan «el secuestro» que pide Catilina por el Betis…
—Porque nadie en sus cabales puede comprar nada que en sus interioridades ignora, sin saber lo que compra y con excentricidades como pagar por una ciudad deportiva virtual.
—¿Cree usted que en Jabugo saben quién fue Catilina o pensará que lo está llamando Catalina?
—Supongo que habrá habido una pregunta del tipo «y ese donde juega». Y por supuesto google habrá echado humo, si es que algunos saben lo que es google en un club estancado en la olivetti.
—¿La liberación del Betis sólo está en manos de la Justicia?
—Es una de las grandes esperanzas del beticismo. En este sentido uno de los trabajos más serios, concienzudos, lo hacen desde la oposición gente como los hermanos Cuéllar…
—Piense casi un imposible: el Betis vuelve a ser libre. ¿Lo quiere como entidad deportiva o como sociedad anónima deportiva?
—Lo quiero de todos los béticos. Como fue hasta el 92.
—¿Se ha sacado el carné para este año o es de los que se declara objetor de conciencia verdiblanca?
—Me debato entre uno de los dilemas más duros de mi vida. Pero podría ser una vía contundente de contestación. No obstante mi hijo se lo va a sacar.
—¿En el consejo audiovisual hay algunos béticos?
—Alguno hay pero está entreverao de culé. El resto son palanganas y del Granada.
—¿Y alguien que vaya de Catilina?
—Si yo le contara de algún sacrílego desmán de un ciudadano perdido…
—Pero dais más codazos que Telechía…
—(risas) Y que Iglesias y que Biosca. Pero lo que hay enfrente juega tan limpio como Diarrá…
—Tengo una enorme curiosidad: dónde irá a parar la publicidad que TVE dejará de emitir…
—Eso mismo me pregunto yo. Hay que fijarse en el modelo francés. Esa publicidad no se ha ido a los operadores privados. Aquí se está jugando con mucha prisa…
—¿Y repercutirá esa falta de nutrientes en la calidad de la televisión pública?
—La televisión pública tiene que redefinirse. Hay que ver qué modelo televisivo va a ser el referente de la nueva televisión pública.
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