Año 2009: el hotel Los Lebreros ha perdido las cuatro estrellas, se queda con una, casi hostal. No hay toallas límpias en las habitaciones. Apenas si quedan empleados con formación. Internet no funciona porque jamás se puso.
En el restaurante se vende a precio de caviar la carne de pescuezo. La piscina, la mejor piscina de Europa según el dueño, tiene verdina, y carpas y barbos de tres kilos comiéndose el pan duro que sobra en la cocina. En Abril, la discoteca, han cortado la luz y los clientes tienen que ponerse un casco de minero para bailar el último tema de Luis Aguilé, el único disco que no se ha estropeado de tanto ponerlo.
La clientela, fiel porque un día fue un gran hotel, se amotina, quiere que cambie el director-dueño antes que irse a otro hotel más bonito, más moderno, más cómodo, pero otro. Todo esto es mentira, pero por poco. Porque Lopera compró o figura que compró el Real Betis en vez del hotel sevillano, que se lo ofrecieron por 525 millones de pesetas.
Gabriel Escarrer, el magnate mallorquín del grupo Sol Meliá, se quedó con el hotel, Antonio Hoyos con la gestión de la disco y, claro, todo funciona como debe. El Betis fue para Lopera. Y pasa lo que pasa. La pregunta no es cuánto vale Los Lebreros 17 años después, la historia es saber cuánto valdría si lo hubiese comprado Lopera. Qué mala suerte tuvieron los béticos.
En el restaurante se vende a precio de caviar la carne de pescuezo. La piscina, la mejor piscina de Europa según el dueño, tiene verdina, y carpas y barbos de tres kilos comiéndose el pan duro que sobra en la cocina. En Abril, la discoteca, han cortado la luz y los clientes tienen que ponerse un casco de minero para bailar el último tema de Luis Aguilé, el único disco que no se ha estropeado de tanto ponerlo.
La clientela, fiel porque un día fue un gran hotel, se amotina, quiere que cambie el director-dueño antes que irse a otro hotel más bonito, más moderno, más cómodo, pero otro. Todo esto es mentira, pero por poco. Porque Lopera compró o figura que compró el Real Betis en vez del hotel sevillano, que se lo ofrecieron por 525 millones de pesetas.
Gabriel Escarrer, el magnate mallorquín del grupo Sol Meliá, se quedó con el hotel, Antonio Hoyos con la gestión de la disco y, claro, todo funciona como debe. El Betis fue para Lopera. Y pasa lo que pasa. La pregunta no es cuánto vale Los Lebreros 17 años después, la historia es saber cuánto valdría si lo hubiese comprado Lopera. Qué mala suerte tuvieron los béticos.
Comentario