Carlos Cariño | 04/06/2009
Manuel Ruiz de Lopera atraviesa por sus horas más bajas. La muerte de su querido hermano Luis, su grave enfermedad y el descenso del Betis le han dejado muy tocado. Su año más duro. Y además está siendo terriblemente criticado. Ya no son censuras periodísticas para un máximo dirigente, cabeza visible de un fracaso deportivo como es que un equipazo, concebido a base de talonario para pelear por Europa, se marche a Segunda División. Es una campaña mediática brutal. Políticos, medios de comunicación, foros... Todos perfectamente organizados en el río revuelto de una masa social que cuestiona (y esto no se puede soslayar) el modelo de gestionar el club del carismático empresario de El Fontanal que a día de hoy necesita un giro total.
Lopera quiere vender el Betis. Pero no a cualquier precio. Ni mucho menos al primero que pase. El club, sumido en un caos, se ha convertido en un apetitoso pastel del que todo el mundo quiere pillar su cuarto y mitad. Ex políticos que sueñan con ser presidentes, consejeros que se postulan como sustitutos de José León, empresarios que hablan de que representan a un "grupo adinerado dispuestos a auspiciar un nuevo Betis"... Mucho 'chau chau', pero sin 'riau riau'. Los más allegados a Lopera le han aconsejado que debe afrontar un cambio radical en el club. El Betis se desangra entre guerras internas, externas y mediáticas. Necesita paz social. El máximo accionista, al parecer anda por Marbella dándole vueltas al futuro. A su futuro.
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Sobran los comentarios, ¿Será este cariñoso periodista, el sucesor de Iván Larriba en las nuevas estructuras del club?. Ganar se lo está ganando a pulso.
Manuel Ruiz de Lopera atraviesa por sus horas más bajas. La muerte de su querido hermano Luis, su grave enfermedad y el descenso del Betis le han dejado muy tocado. Su año más duro. Y además está siendo terriblemente criticado. Ya no son censuras periodísticas para un máximo dirigente, cabeza visible de un fracaso deportivo como es que un equipazo, concebido a base de talonario para pelear por Europa, se marche a Segunda División. Es una campaña mediática brutal. Políticos, medios de comunicación, foros... Todos perfectamente organizados en el río revuelto de una masa social que cuestiona (y esto no se puede soslayar) el modelo de gestionar el club del carismático empresario de El Fontanal que a día de hoy necesita un giro total.
Lopera quiere vender el Betis. Pero no a cualquier precio. Ni mucho menos al primero que pase. El club, sumido en un caos, se ha convertido en un apetitoso pastel del que todo el mundo quiere pillar su cuarto y mitad. Ex políticos que sueñan con ser presidentes, consejeros que se postulan como sustitutos de José León, empresarios que hablan de que representan a un "grupo adinerado dispuestos a auspiciar un nuevo Betis"... Mucho 'chau chau', pero sin 'riau riau'. Los más allegados a Lopera le han aconsejado que debe afrontar un cambio radical en el club. El Betis se desangra entre guerras internas, externas y mediáticas. Necesita paz social. El máximo accionista, al parecer anda por Marbella dándole vueltas al futuro. A su futuro.
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Sobran los comentarios, ¿Será este cariñoso periodista, el sucesor de Iván Larriba en las nuevas estructuras del club?. Ganar se lo está ganando a pulso.
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