Alerta roja tras la Junta General
O se cambia de gestor o el todavía Real Betis Balompié necesitará para sobrevivir otro Plan de Saneamiento
SEGURO estoy de que el bético, cuando enfilaba el salón de actos para intentar conocer la realidad de su querido Real Betis Balompié, hubiese preferido ver, en vez de la foto de la maqueta de una inexistente ciudad deportiva en Benacazón, una foto del estadio totalmente terminado. Seguro que se hubiese quedado más tranquilo y que Lopera no estaría en estos momentos tan en entredicho y desprestigiado como está. Pero el estadio está igual, aunque ocho años más viejo, que cuando monseñor Amigo lo bendijo en presencia de Chaves aquel 1 de enero del año 2000, por cierto cinco meses antes del último descenso.
Harto ese mismo bético de escuchar que su Betis no había estado nunca en el RAI -Registro de Aceptaciones e Impagados-, y no como otros, resulta que se ve espantado al conocer que, aunque no ha estado jamás en tan ominoso Registro, tiene una deuda de 60 millones de euros, 10.000 millones de pesetas. O sea, que tras quedar limpio mediante el Plan de Saneamiento en el malhadado 1992, en estos 16 años de loperismo ha crecido la deuda de tal manera que, como no venga otro plan saneador como el del 92 o un gestor que sepa rentabilizar sus impresionantes recursos, a ver cómo se las avía el Betis para salir del atasco financiero.
La lectura que se ha sacado de la Junta General de Accionistas ha tenido la cara de que las formas fueron civilizadas, como si eso fuese virtud y no obligación. Pero la cruz es la misma de siempre, la de la falta de transparencia, el oscurantismo y cómo se conculcan las normas más elementales de toda sociedad anónima, la de que el más minoritario de todos los minoritarios conozca la realidad de la sociedad. Antier noche, las preguntas de los accionistas no se respondían con insultos, sino mirando para otra parte, con lo que en el todavía Real Betis Balompié se ha dado un gran paso adelante. No se sabe qué pasa, pero al menos no te nombran a tu madre. Mejor así.
Luis Carlos Peris
O se cambia de gestor o el todavía Real Betis Balompié necesitará para sobrevivir otro Plan de Saneamiento
SEGURO estoy de que el bético, cuando enfilaba el salón de actos para intentar conocer la realidad de su querido Real Betis Balompié, hubiese preferido ver, en vez de la foto de la maqueta de una inexistente ciudad deportiva en Benacazón, una foto del estadio totalmente terminado. Seguro que se hubiese quedado más tranquilo y que Lopera no estaría en estos momentos tan en entredicho y desprestigiado como está. Pero el estadio está igual, aunque ocho años más viejo, que cuando monseñor Amigo lo bendijo en presencia de Chaves aquel 1 de enero del año 2000, por cierto cinco meses antes del último descenso.
Harto ese mismo bético de escuchar que su Betis no había estado nunca en el RAI -Registro de Aceptaciones e Impagados-, y no como otros, resulta que se ve espantado al conocer que, aunque no ha estado jamás en tan ominoso Registro, tiene una deuda de 60 millones de euros, 10.000 millones de pesetas. O sea, que tras quedar limpio mediante el Plan de Saneamiento en el malhadado 1992, en estos 16 años de loperismo ha crecido la deuda de tal manera que, como no venga otro plan saneador como el del 92 o un gestor que sepa rentabilizar sus impresionantes recursos, a ver cómo se las avía el Betis para salir del atasco financiero.
La lectura que se ha sacado de la Junta General de Accionistas ha tenido la cara de que las formas fueron civilizadas, como si eso fuese virtud y no obligación. Pero la cruz es la misma de siempre, la de la falta de transparencia, el oscurantismo y cómo se conculcan las normas más elementales de toda sociedad anónima, la de que el más minoritario de todos los minoritarios conozca la realidad de la sociedad. Antier noche, las preguntas de los accionistas no se respondían con insultos, sino mirando para otra parte, con lo que en el todavía Real Betis Balompié se ha dado un gran paso adelante. No se sabe qué pasa, pero al menos no te nombran a tu madre. Mejor así.
Luis Carlos Peris
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