Artículo de opinión en Diario de Sevilla y en http://meridona.blogspot.com/
JAVIER MÉRIDA
DON DINERO
Muy ciego tenía que estar quien no lo viera venir. La historia de los desencuentros entre el que aún manda en el Betis y Edu vivió ayer un nuevo y desagradable capítulo por mor de la acreditada racanería del primero. El que sólo piensa en el dinero, y cree en éste como fin último de todo, obligó a su mejor futbolista a pagarse una operación por no intervenirse en Sevilla. Poco le importó que el afamado galeno finés fuese propuesto por el jefe de sus servicios médicos; él sólo pagaba el viaje: avión y habitación, se desconoce si con desayuno incluido.Y, claro, el brasileño, harto de desplantes, desveló la verdad. Porque ya tuvo que aguantar que lo ningunease en primera instancia cuando su agente vino a Sevilla a tratar la renovación, incluso que luego hiciese pública de la manera más zafia la oferta y la demanda de lo tratado, y hasta que se permitiese el lujo de frivolizar con una eventual lesión que, por desgracia, se hizo carne semanas después en Elche. Esto último tuvo que escucharlo Edu mientras su pretor vetaba a periodistas para un ominoso y descreído acto en Benacazón.Pero ayer le habló muy claro y cuestionó su calidad humana. Y fue valiente, porque que se sepa no ha firmado contrato con ningún club y las puertas del Betis se le han cerrado salvo que mañana se vista de cobarde y dé marcha atrás en el vis a vis que podría pergeñar quien ayer lo redujo nuevamente todo a dinero al decirle que la oferta sigue en pie. Y es que no se entera, por mucho que le griten, que a Edu y al bético nada les importa su dinero. Aunque el verdadero problema es que los billetes que manosea son del Betis. Y él no es el Betis. Por fortuna para el Betis, que bastante tiene con sufrirlo tantos años.
JAVIER MÉRIDA
DON DINERO
Muy ciego tenía que estar quien no lo viera venir. La historia de los desencuentros entre el que aún manda en el Betis y Edu vivió ayer un nuevo y desagradable capítulo por mor de la acreditada racanería del primero. El que sólo piensa en el dinero, y cree en éste como fin último de todo, obligó a su mejor futbolista a pagarse una operación por no intervenirse en Sevilla. Poco le importó que el afamado galeno finés fuese propuesto por el jefe de sus servicios médicos; él sólo pagaba el viaje: avión y habitación, se desconoce si con desayuno incluido.Y, claro, el brasileño, harto de desplantes, desveló la verdad. Porque ya tuvo que aguantar que lo ningunease en primera instancia cuando su agente vino a Sevilla a tratar la renovación, incluso que luego hiciese pública de la manera más zafia la oferta y la demanda de lo tratado, y hasta que se permitiese el lujo de frivolizar con una eventual lesión que, por desgracia, se hizo carne semanas después en Elche. Esto último tuvo que escucharlo Edu mientras su pretor vetaba a periodistas para un ominoso y descreído acto en Benacazón.Pero ayer le habló muy claro y cuestionó su calidad humana. Y fue valiente, porque que se sepa no ha firmado contrato con ningún club y las puertas del Betis se le han cerrado salvo que mañana se vista de cobarde y dé marcha atrás en el vis a vis que podría pergeñar quien ayer lo redujo nuevamente todo a dinero al decirle que la oferta sigue en pie. Y es que no se entera, por mucho que le griten, que a Edu y al bético nada les importa su dinero. Aunque el verdadero problema es que los billetes que manosea son del Betis. Y él no es el Betis. Por fortuna para el Betis, que bastante tiene con sufrirlo tantos años.
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