Muy acertado artículo de J. J. Barquín, en sentirbetico.com. He subrayado en negro la parte que da en la diana.

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El único culpable es Chaparro
J. J. Barquín
Llevo varias semanas escuchando un planteamiento lanzado desde la emisora propaganda del club que tiene su “ange”, como diría Tate Montoya. Como siempre que lo lanza el director de propaganda del club, que es tan sibilino, el mensaje está profundizando en la mente de los aficionados verdiblancos. La cuestión es la siguiente: se exige continuamente a Paco Chaparro aunque se dice que se está a muerte con él pero, a la mirma vé, se alaba y ensalza a Don Manué por su esfuerzo a la hora de reforzar al equipo.

Mentira de la buena. Rollo Macabeo. Palabrería de calidad para seguir ganándose el sueldo a final de mes. Por mucho que diga Larriba y toda la corte de consejeros pelotas, el único culpable de que estén en Sevilla Aurelio, Emana, Monzón, Juanma o Sergio García es Paco Chaparro, directamente con unos e indirectamente con otros. Me explico: cuando se firmo al trianero, contra la opinión de Lopera aunque se quedo sin opciones para el banquillo, se comenzó a hablar de Pedro Ríos, Antonio Hidalgo y demás nombres curiosos.

Fue entonces cuando salio Paco Chaparro frenando claramente cualquier fichaje de medio pelo que iba a seguir manteniendo la mediocridad de una plantilla muy mejorable. Cuando Lopera se percato de que Chaparro no era un Víctor Fernández, un Grigol, un Luis Fernández o un Irureta, sumisos y displicentes, paro el carro y tiró del contrato de televisión para pasar de una economía de guerra a ser Rey Mago en cuestión de días. Por eso mantengo que el verdadero causante de la mejora de la plantilla es Chaparro y no el ditero, que nuevamente quería hacernos el juego del toco mocho para traer a Limas, Somozas y demás tuercebotas gastándose el mismo dinero: veintitantos millones de euros. La cuestión es que se encontró de cara con un tipo que tiene las cosas claras.

Otra cosa es que Paco de cara a los medios, tenga que emitir un discurso conciliador con De Ávalos pues está en casa del amo y al final sabe que tiene que dorarle la píldora en algunas cuestiones para que le cumpla en el terreno en el que debe cumplir. Los béticos debemos de estar muy agradecidos a Paco Chaparro por ser un profesional de los pies a la cabeza, por trabajar por y para el Betis y no dejarse embaucar por los cantos de sirena de la calle Jabugo en la parcela técnica y en cuestión de fichajes. Ese es su trabajo y lo ha cumplido a la perfección. El de otros es vender las inexistentes bondades de su amo y señor.