Muchas gracias Antonio, por la parte pequeña parte que me toca. Cuando mis compañeros y yo leimos estas palabras, nos diste ánimos y vida para seguir luchando por el amor a treces barras, siete blancas y seis verdes.
Un saludo.
(Las negritas son mías)
--------------------------------------------------------------------------------
"El manso Betis" -- Por Antonio Félix.
EL MUNDO acababa de revelar la sentencias de la Audiencia Nacional y la demanda contra Lopera por su presunto delito societario. Aún recuerdo la interpretación que, de todo, hizo un consejero bético en un programa de televisión: "Nadie habla ya de eso y nada se hablará más".
Desde luego se lució el lumbrera, a cuyos efluvios etílicos atribuyeron algunos contertulios su predicción. "Está sometido a una gran tensión", trató alguien de defenderle. En realidad, si uno piensa en la cantidad de cuadros depresivos y derivados del estrés que viene sufriendo la directiva verdiblanca (includo Pepe León, el enfermo imaginario que falsifica certificados, no cuenta), habría que concluir que ser directivo en el Betis se ha convertido hoy en una profesión de auténtico riesgo.
Tras aquella declaración del vasallo lo que había era el rastro de la impunidad con la que Lopera se ha manejado durante tres lustros en el Betis. Y que aún mantendría si no fuera por la decisión de un buen puñado de aficionados valientes y de una jueza íntegra y en su sitio.
En contraste con estos pocos, está el beticismo, la masa, cuya docilidad sigue siendo el asidero y la esperanza última de Lopera para escapar del atolladero. Hace unos días, fracasó la convocatoria de las peñas para coordinar una plataforma alternativa. Y ni siquiera en el estadio se escuchan ya coros críticos con fuerza.
La sumisión les gana, ya sea por dejadez, por desilusión o por cobardía. Es ciero que cada día Lopera convence a menos gente. Pero también que la gran mayoría de conversos mantiene una apatía mortal. Nada les excita: ni las provacaciones de Castaño ni la parodia de BSport. Uno comprende que un sabio como Luis del Sol considera esa mansedumbre como la mayor desgracia del Betis.
Como estamos en un mundo de locos, a algunos aún parece provocarles urticaria la mención de "Béticos por el Villamarín", "Por Nuestro Betis" o la "Liga de Juristas Béticos" (no hay disensión respecto a Mercedes Alaya).
Esto hace aún más emocionante, plausible y valioso su compromiso, su irreductible empeño pese a todas las represalias que han sufrido. Valga esta pequeña columna como homenaje. Algún día, los béticos entendrán cuánto tienen que agradecer a esos aficionados que decidieron enfrentarse a un régimen podrido, y a la juez que les atendió. Espero que, como predicción, tenga más éxito que la de aquel consejero aguiscado del Betis.
Un saludo.
(Las negritas son mías)
--------------------------------------------------------------------------------
"El manso Betis" -- Por Antonio Félix.
EL MUNDO acababa de revelar la sentencias de la Audiencia Nacional y la demanda contra Lopera por su presunto delito societario. Aún recuerdo la interpretación que, de todo, hizo un consejero bético en un programa de televisión: "Nadie habla ya de eso y nada se hablará más".
Desde luego se lució el lumbrera, a cuyos efluvios etílicos atribuyeron algunos contertulios su predicción. "Está sometido a una gran tensión", trató alguien de defenderle. En realidad, si uno piensa en la cantidad de cuadros depresivos y derivados del estrés que viene sufriendo la directiva verdiblanca (includo Pepe León, el enfermo imaginario que falsifica certificados, no cuenta), habría que concluir que ser directivo en el Betis se ha convertido hoy en una profesión de auténtico riesgo.
Tras aquella declaración del vasallo lo que había era el rastro de la impunidad con la que Lopera se ha manejado durante tres lustros en el Betis. Y que aún mantendría si no fuera por la decisión de un buen puñado de aficionados valientes y de una jueza íntegra y en su sitio.
En contraste con estos pocos, está el beticismo, la masa, cuya docilidad sigue siendo el asidero y la esperanza última de Lopera para escapar del atolladero. Hace unos días, fracasó la convocatoria de las peñas para coordinar una plataforma alternativa. Y ni siquiera en el estadio se escuchan ya coros críticos con fuerza.
La sumisión les gana, ya sea por dejadez, por desilusión o por cobardía. Es ciero que cada día Lopera convence a menos gente. Pero también que la gran mayoría de conversos mantiene una apatía mortal. Nada les excita: ni las provacaciones de Castaño ni la parodia de BSport. Uno comprende que un sabio como Luis del Sol considera esa mansedumbre como la mayor desgracia del Betis.
Como estamos en un mundo de locos, a algunos aún parece provocarles urticaria la mención de "Béticos por el Villamarín", "Por Nuestro Betis" o la "Liga de Juristas Béticos" (no hay disensión respecto a Mercedes Alaya).
Esto hace aún más emocionante, plausible y valioso su compromiso, su irreductible empeño pese a todas las represalias que han sufrido. Valga esta pequeña columna como homenaje. Algún día, los béticos entendrán cuánto tienen que agradecer a esos aficionados que decidieron enfrentarse a un régimen podrido, y a la juez que les atendió. Espero que, como predicción, tenga más éxito que la de aquel consejero aguiscado del Betis.
Comentario