http://www.alfinaldelapalmera.com/content/view/3772/48/
Escribíamos hace unas semanas en esta ventanita de opinión que la paternidad de las nuevas contrataciones en el verano verdiblanco era un asunto que iba a traer cola. Y vaya si la ha traído. No es la coleta de Sergio García, precisamente, sino quién ha guiado a quién para tal o cual presunto acierto. Las últimas apariciones de Chaparro y Momparlet han destapado públicamente, con declaraciones en negro sobre blanco, que hay debate. Absurdo si quieren a estas alturas, pero debate. Con el beticismo disfrutando por ver en su plantilla a refuerzos aplaudidos por todos como Sergio García, Mehmet Aurelio, Emana o Nelson la aparición de discursos divergentes en la planificación entre los rectores deportivos es algo así como pinchar el globo de la ilusión de aquellos que llevan tres años sufriendo y que quieren saborear en todo su esplendor lo bien que se han hecho las cosas este verano en su habitualmente menos acertado club.
Además resulta un debate estéril éste de la paternidad de los fichajes porque el momento actual es apriorístico. Quizás si dentro de dos meses las cosas van mal, y esperemos que no sea así, alguno de los que hoy se enorgullecen al arrogarse el mérito de las contrataciones eviten ver sus ojos y su boca en estos "hijos". Lo mejor de este verano ha sido el consenso y es lo que deben vender Chaparro y Momparlet para el bien del Betis. Será cierto, como dicen ellos, que se llevan estupendamente, pero estas opiniones contrapuestas no benefician a nadie. No estaría mal que se unificaran los discursos para no dar pie a malentendidos y que todos remen en la misma dirección por una vez y pensando en la tranquilidad de esos béticos que llegaron al fútbol para disfrutar y que están hartos de sinsabores.
Sin embargo, el saco de los elogios para la confección del plantel está tan lleno y el verano ha sido tan duro para las partes que parecía el momento adecuado para ajustar algunas cuentas y dejar las cosas claras. Uno dice que ha conseguido convencer a Lopera para que siguiera el mejor camino y el otro que todos los nombres son de su departamento y que no puede obviarse su trabajo. Si las cosas van tan bien como se espera no ayudaría nada que cada vez que Emana meta un gol o Monzón se escape por la banda aparezca alguno dejando claro que "a ese lo descubrí yo". Son jugadores del Betis y ya está. Disfrútenlos en paz.
Escribíamos hace unas semanas en esta ventanita de opinión que la paternidad de las nuevas contrataciones en el verano verdiblanco era un asunto que iba a traer cola. Y vaya si la ha traído. No es la coleta de Sergio García, precisamente, sino quién ha guiado a quién para tal o cual presunto acierto. Las últimas apariciones de Chaparro y Momparlet han destapado públicamente, con declaraciones en negro sobre blanco, que hay debate. Absurdo si quieren a estas alturas, pero debate. Con el beticismo disfrutando por ver en su plantilla a refuerzos aplaudidos por todos como Sergio García, Mehmet Aurelio, Emana o Nelson la aparición de discursos divergentes en la planificación entre los rectores deportivos es algo así como pinchar el globo de la ilusión de aquellos que llevan tres años sufriendo y que quieren saborear en todo su esplendor lo bien que se han hecho las cosas este verano en su habitualmente menos acertado club.
Además resulta un debate estéril éste de la paternidad de los fichajes porque el momento actual es apriorístico. Quizás si dentro de dos meses las cosas van mal, y esperemos que no sea así, alguno de los que hoy se enorgullecen al arrogarse el mérito de las contrataciones eviten ver sus ojos y su boca en estos "hijos". Lo mejor de este verano ha sido el consenso y es lo que deben vender Chaparro y Momparlet para el bien del Betis. Será cierto, como dicen ellos, que se llevan estupendamente, pero estas opiniones contrapuestas no benefician a nadie. No estaría mal que se unificaran los discursos para no dar pie a malentendidos y que todos remen en la misma dirección por una vez y pensando en la tranquilidad de esos béticos que llegaron al fútbol para disfrutar y que están hartos de sinsabores.
Sin embargo, el saco de los elogios para la confección del plantel está tan lleno y el verano ha sido tan duro para las partes que parecía el momento adecuado para ajustar algunas cuentas y dejar las cosas claras. Uno dice que ha conseguido convencer a Lopera para que siguiera el mejor camino y el otro que todos los nombres son de su departamento y que no puede obviarse su trabajo. Si las cosas van tan bien como se espera no ayudaría nada que cada vez que Emana meta un gol o Monzón se escape por la banda aparezca alguno dejando claro que "a ese lo descubrí yo". Son jugadores del Betis y ya está. Disfrútenlos en paz.
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