Después de leer muchos comentarios en Alfinaldelapalmera y tras reflexionar sobre parte de la afición del Betis pienso en ciertas analogías. Cada cual que piense lo que desee (si es que su subsconciente le deja)
"Toda secta destructiva se articula en una organización jerárquica en la que el líder simboliza la figura paterna y los adeptos se mantienen unidos por un espíritu de hermandad.(...)
Para satisfacer esa necesidad de amor, el nuevo adepto buscará en algún miembro veterano la tutela paternalista necesaria para mitigar su angustia y su inseguridad.(...)
A través de un mecanismo psicológico de inercia, se adopta una actitud pasiva con incapacidad creciente para refutar las distintas enseñanzas que a veces son revestidas de una aureola de revelación divina. Las estructuras cognitivas del neófito decaen, los criterios vitales mantenidos hasta ahora se tambalean y el sujeto 'a programar' termina convirtiéndose en una esponja permeable a cualquier idea por absurda que parezca. La mente se convierte en una 'tábula rasa' en tèrminos del filósofo inglés Jhon Looke. Al adepto se le exige el cumplimiento de una serie de sacrificios y organizar su vida según los intereses de la secta que guiará sus pasos hacia ese paraíso del que él, como miembro de una élite, llegará a disfrutar.(...)
Se anda a través de un camino de sumisión en el que la verdadera libertad queda subordinada a la obediencia. El adepto termina por repetir en cualquier oportunidad las ideas que la secta le transmite una y otra vez, hasta que llega a considerarlas como propias. Todo lo que pasa en el exterior es interpretado, según las referencias de 'lo aprendido'. (...)
Las estrategias de manipulación psicológica y la obediencia ciega terminan por despojarle de su personalidad previa -efecto de disociación- en aras de adquirir el nuevo rol a modo de heroicidad que no todo el mundo es capaz de asumir.
El miedo a esa otra realidad exterior ajena al mundo paradisíaco de la secta acaba por imponerse. Miedo que no es otra cosa que el miedo a la libertad."
Fragmentos de un artículo publicado en "hoy.es" por JOSÉ IZQUIERDO HIDALGO Psicología de la UNED
"Toda secta destructiva se articula en una organización jerárquica en la que el líder simboliza la figura paterna y los adeptos se mantienen unidos por un espíritu de hermandad.(...)
Para satisfacer esa necesidad de amor, el nuevo adepto buscará en algún miembro veterano la tutela paternalista necesaria para mitigar su angustia y su inseguridad.(...)
A través de un mecanismo psicológico de inercia, se adopta una actitud pasiva con incapacidad creciente para refutar las distintas enseñanzas que a veces son revestidas de una aureola de revelación divina. Las estructuras cognitivas del neófito decaen, los criterios vitales mantenidos hasta ahora se tambalean y el sujeto 'a programar' termina convirtiéndose en una esponja permeable a cualquier idea por absurda que parezca. La mente se convierte en una 'tábula rasa' en tèrminos del filósofo inglés Jhon Looke. Al adepto se le exige el cumplimiento de una serie de sacrificios y organizar su vida según los intereses de la secta que guiará sus pasos hacia ese paraíso del que él, como miembro de una élite, llegará a disfrutar.(...)
Se anda a través de un camino de sumisión en el que la verdadera libertad queda subordinada a la obediencia. El adepto termina por repetir en cualquier oportunidad las ideas que la secta le transmite una y otra vez, hasta que llega a considerarlas como propias. Todo lo que pasa en el exterior es interpretado, según las referencias de 'lo aprendido'. (...)
Las estrategias de manipulación psicológica y la obediencia ciega terminan por despojarle de su personalidad previa -efecto de disociación- en aras de adquirir el nuevo rol a modo de heroicidad que no todo el mundo es capaz de asumir.
El miedo a esa otra realidad exterior ajena al mundo paradisíaco de la secta acaba por imponerse. Miedo que no es otra cosa que el miedo a la libertad."
Fragmentos de un artículo publicado en "hoy.es" por JOSÉ IZQUIERDO HIDALGO Psicología de la UNED
Comentario