Me pongo en la cabeza de Paco Chaparro y siento muchas y diferentes cosas. La primera de ellas, por aquello del margen de mejora, es que hay fichajes tardíos e incluso que aún están por llegar y pisar Sevilla. Siento que, en cierto modo, esta pretemporada, este verano, ha sido como el de siempre. Ése que trae colas de última hora en las taquillas del viejo Villamarín. Ése que pone a los aficionados de uñas día tras día. Ése sin juego fluido y lejos de lo que otros equipos dan. Ése que nos hace mirar a la otra acera y llevarnos las manos a la cabeza porque a nosotros no todo nos sale bien. Más bien nada. Poco. Ése de reuniones hasta la madrugada en la calle Jabugo. Ése mismo verano en el que se piensa en hacer las cosas bien, y al final siempre hay detalles vitales que fallan. Aunque este año, sí que es verdad, muchos menos.
Me pongo en la cabeza del mister y pienso que no todo ha salido cómo quería. Para empezar porque no ha empezado la competición y ya hay uno que 'larga' más de la cuenta, y encima frontalmente.
Pero también me pongo en la cabeza de Chaparro y sonrío. Me alegra comprobar como el próximo domingo a partir de las 19 horas, el de Triana cumplirá un sueño. Se dará la vuelta a las gradas, mirará a Gol Sur y esa fuerza llamada Betis le hará mirar al cielo y al césped, los dos únicos sitios dónde un entrenador que siente el Betis fuertemente puede mirar para preguntarse el por qué de ser tan afortunado. Y será cuando mire al tapete cuando se concentre y le de molde a ese sueño que añoraba y en el que todos seremos protagonistas con él.
Me pongo en la cabeza de nuestro entrenador y estoy impaciente porque llegue el domingo. Me da lo mismo que algún jugador aún no se haya enterado de qué hacer en el cuarto saque de esquina o en una falta lateral en contra. Lo mismo el tránsfer de Aurelio y las malas caras de Ricardo porque lo mismo no juega. Las propuestas de Vianna para paliar la marcha de Sobis y quién saque el Recreativo al campo. Le da lo mismo a Chaparro, me da lo mismo a mi. Nos da lo mismo al beticismo. Estamos deseosos de Betis, de Heliópolis repleto de verde y blanco.
Me pongo en la cabeza de Chaparro y sonrío a pesar de todo. Son los nervios del sueño por cumplir y del abono por estrenar una temporada más. Suerte con su sueño, mister. Me pongo en su cabeza y le decimos los dos al Betis lo de siempre, que lo queremos.
Comentario