Opinión: El Betis es carne de Segunda

La política de fichajes de Lopera, porque él hace y deshace, no existe. No ficha y sólo especula con trascendidos en la prensa amiga. Ya no picamos.


Por Ivar Matusevich.-
El Betis no se merece esto Sr. Lopera. La gente del Betis no se lo merece. Es hora de poner las cartas sobre la mesa y decirle al socio, al aficionado de a pie y a toda la masa social del club que, junto a Chaparro lo mantuvieron en Primera División, que usted, como máximo accionista, sólo traerá jugadores de segundo nivel porque de los otros no los va a pagar.
Es penoso que nos tengamos que enterar por la prensa extranjera, en su mayoría, que las ofertas por Emana y M'Bia no existieron nunca, mientras el dueño de los designios béticos utiliza aquí prensa amiga para ilusionar a la gente. Pero es sólo humo y, día a día, vemos como todos los rumores se esfuman y todos porque son caros.
Pero, ¿qué pretende el Sr. Lopera? ¿Qué los jugadores vengan regalados y sean como Maradona? Es imposible y, encima, tampoco está buscando jugadores rutilantes, sino hombres que llegarían a España con la ambición de mostrar y demostrar en la Liga sus condiciones.
Manoseó a Chaparro, no renueva a Edu, no trae jugadores, el presupuesto es dudoso, y la gente se está cansando. Si el Zaragoza, con el equipo que tenía bajó a Segunda, qué puede esperarle al Betis, que desde hace dos temporadas camina por una cuerda floja que termina en el abismo de la división de plata.
No hay solución si esta es la política del club. Tarde o temprano, el Betis bajará como siga el camino trazado por los dobles discursos de Manuel Ruiz de Lopera. Y no es que tenga fe ciega en el trabajo de Chaparro al que no quería ni quiere, sino que intentará usarlo como escudo humano ante las críticas que llegarán.
No juegue más con la gente Sr. Lopera, traiga jugadores o venda el club. En el fútbol, lor recuerdos no valen y el futuro, más que verdiblanco, se asoma negro.


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Buen articulo que pone al descubierto lo que a muchos nos ronda por la cabeza pero preferimos dejar a un lado y embarcarnos en la falsa ilusión del marketing de nombres de fichajes.