Farusa, la lista
J. J. Barquín

El Betis no deja de producir noticias desconcertantes. Cada día, los béticos nos levantamos o acostamos con un impacto mediático que supera en ridiculez y mezquindad al anterior. La pasada semana, la Web oficial del club declaraba la intención del máximo accionista de comprar –a través de Farusa- acciones a todos aquellos béticos que se sientan perjudicados económicamente por la gestión del ditero. La compra de las acciones que costaron 60 euros se realizaría en torno a 240 euros frente a lo propuesto, a principios de año en reunión con las peñas, donde el máximo dictador del reino verdiblanco quería vender a 1.090 euros.

Ahora vendo. Ahora compro. Si vendo, el Betis vale un Potosí. Si compro, no vale un pimiento. Hace unos días dijo que iba a eliminar de la gestión del Betis a las “tontas” Encadesa y Tegasa, pero ahora con la supuesta compra de acciones parece que quiere reforzar a Farusa, la “lista”. Hoy, blanco. Mañana, negro. La cuestión es seguir mareando la perdiz para continuar en el cargo a toda costa y seguir manejando los ingresos que genera la institución.

Los béticos no queremos vender acciones. Los béticos lo que queremos es saber cómo se ha gestionado el club, dónde están los 45 millones de euros de la venta de Joaquín y Oliveira; por qué no hay unas instalaciones decorosas; por qué hasta hace 8 meses se fichaba por vídeo; por qué lleva varios años terminado el estadio o por qué no quieren venir entrenadores y jugadores, etc, etc, etc. Para ese personaje tétrico y oscuro que es Lopera, estas cosas serán difamaciones y habladurías de la oposición, esos que no quieren al Betis.

Pero la verdad nada más que tiene un camino y pronto o tarde se sabrá el daño que está haciendo a este club un personaje que lleva años riéndose del Betis y los béticos. De los únicos que no se mofa es de los que le ríen las gracias y siguen apoyándole a capa y espada como si fuera el Mesías verdiblanco. Este es el estilo Lopera. Un estilo que impregna el Betis y, con ello, el club ha perdido la dignidad, la decencia, la honradez y el orgullo que anteriormente atesoró. Esta institución ha vivido momentos buenos, regulares y malos, pero desprendía decencia e integridad.

Ahora el Betis languidece por culpa de un señor al que sólo le mueve el dinero, sus intereses personales y un ego enfermizo. Aún así, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio y Don Manué quedará como el peor Presidente de la historia del Real Betis. Tiempo al tiempo.

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Me quedo con la frase en negrita. Hay que tener poca vergüenza para poner tus acciones a la venta y tasarlas en más de mil euros y después de un año anunciar a los cuatro vientos que compras las acciones de béticos de a pie por cinco veces menos del precio al que las vendías.

Pero bueno, vuelvo a repetir que para ello hay que tener muy poca vergüenza y está ya más que demostrado que Lopera cumple al dedillo con esta condición.