http://www.eldesmarque.es/content/view/13489/1/
Demostrado está con creces. Si Chaparro sigue en el Betis será porque a Lopera le han dado con la puerta en las narices el resto de técnicos consultados en su habitual ronda de pretendientes. No hace falta ser un lince para llegar a esta conclusión, sólo basta escuchar a los agentes y echar las cuentas del tiempo real transcurrido hasta que el trianero visitó la calle Jabugo en condiciones. Con papel y bolígrafo. Con las ideas claras y en una reunión con tiempo suficiente para decirse las cosas a la cara. Bueno, suponemos que así se lo habrá explicado el máximo accionista porque las pretensiones de Chaparro las sabemos todos. Las mismas que presentó Marcelino, por las que Joaquín y Oliveira dijeron hasta aquí hemos llegado, por las que Serra se ha convertido en enemigo público número uno del ‘planeta Lopera’ o sencillamente por las que cuesta encontrar un opositor a Paco en la terna de candidatos al banquillo. No hay proyecto serio, estructuras de otros tiempos, un club anticuado y un equipo deambulando por el alambre como un funambulista hasta que pise un poco peor de la cuenta y se desplome haciéndose mil añicos. Lopera no va a cambiar pero el Betis sí debe hacerlo. Eso se lo ha dicho Chaparro y quizás esté siendo su problema. De lo contrario, el trianero ya tendría su contrato firmado para el próximo ejercicio. Es triste pero así funciona esta maquinaria. Y mientras tenga grasa...
Demostrado está con creces. Si Chaparro sigue en el Betis será porque a Lopera le han dado con la puerta en las narices el resto de técnicos consultados en su habitual ronda de pretendientes. No hace falta ser un lince para llegar a esta conclusión, sólo basta escuchar a los agentes y echar las cuentas del tiempo real transcurrido hasta que el trianero visitó la calle Jabugo en condiciones. Con papel y bolígrafo. Con las ideas claras y en una reunión con tiempo suficiente para decirse las cosas a la cara. Bueno, suponemos que así se lo habrá explicado el máximo accionista porque las pretensiones de Chaparro las sabemos todos. Las mismas que presentó Marcelino, por las que Joaquín y Oliveira dijeron hasta aquí hemos llegado, por las que Serra se ha convertido en enemigo público número uno del ‘planeta Lopera’ o sencillamente por las que cuesta encontrar un opositor a Paco en la terna de candidatos al banquillo. No hay proyecto serio, estructuras de otros tiempos, un club anticuado y un equipo deambulando por el alambre como un funambulista hasta que pise un poco peor de la cuenta y se desplome haciéndose mil añicos. Lopera no va a cambiar pero el Betis sí debe hacerlo. Eso se lo ha dicho Chaparro y quizás esté siendo su problema. De lo contrario, el trianero ya tendría su contrato firmado para el próximo ejercicio. Es triste pero así funciona esta maquinaria. Y mientras tenga grasa...
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