El maestro habla claro una vez mas:
Betis, sólo cabe mirar adelante
Nieve, Pamplona, Velasco Carballo... hay que hacer abstracción de todo eso, apretar los dientes e ir a la lucha.
NIEVE más que posible, peligro de arbitraje tendencioso, susceptibilidades a flor de piel, es es lo que hay cuando la Liga emboca su tramo definitivo, y decisivo, para un Betis en inferioridad de condiciones ante sus rivales, en dolorosa e inadmisible inferioridad de condiciones por cuestiones exógenas y, lo peor de todo, endógenas. LA INCOMPETENCIA CON QUE SE DEFIENDE DESDE DENTRO AL Real Betis Balompié impele a ponerse en lo peor, pero menos mal que en el Betis hay un hombre con la cabeza en su sitio, el sentimiento verde, blanco y verde en perfecto estado y la competencia suficiente para compensar su carencia en la cúpula.
Afortunadamente siempre nos quedará Chaparro para confiar en un futuro soportable y ese futuro pasa hoy por la posible nieve pamplonesa, por la inquietud ante ese Velasco Carballo que hace casi un año puso al Betis al borde de la Segunda División y, claro, por la fortaleza indudable del equipo de Cuco Ziganda en el Reyno de Navarra. Demasiadas dificultades, pero la vida es muy dura y el Betis ha de ser consciente de que a nadie se le regala nada y menos que a nadie, a él. Quiere decirse que sí, que las dificultades serán considerables, pero que alguna vez habrá de salir a escena la rebeldía y el coraje para seguir de pie, para que el Betis siga donde le pertenece.
Domingo es éste de Resurrección, fecha pintiparada para que Betis se rebele ante lo injusto que es recibir las afrentas que recibe, como si el Betis tuviese la culpa de estar dirigido tan zarrapastrosamente, de manifestarse tan vulnerable, que hay que ver la que uno entre 45.000 personas le ha formado en la mismísima línea de flotación. Hay que apretar los dientes, no caben lamentaciones ni lamerse heridas que no tienen por qué ser mortales. Toca Pamplona y, además, con nieve, pues adelante; llega Velasco Carballo, pues adelante. Ahora más que nunca, por siempre y para siempre, Real Betis Balompié. No cabe otra postura para una normalización de la vida.
Betis, sólo cabe mirar adelante
Nieve, Pamplona, Velasco Carballo... hay que hacer abstracción de todo eso, apretar los dientes e ir a la lucha.
NIEVE más que posible, peligro de arbitraje tendencioso, susceptibilidades a flor de piel, es es lo que hay cuando la Liga emboca su tramo definitivo, y decisivo, para un Betis en inferioridad de condiciones ante sus rivales, en dolorosa e inadmisible inferioridad de condiciones por cuestiones exógenas y, lo peor de todo, endógenas. LA INCOMPETENCIA CON QUE SE DEFIENDE DESDE DENTRO AL Real Betis Balompié impele a ponerse en lo peor, pero menos mal que en el Betis hay un hombre con la cabeza en su sitio, el sentimiento verde, blanco y verde en perfecto estado y la competencia suficiente para compensar su carencia en la cúpula.
Afortunadamente siempre nos quedará Chaparro para confiar en un futuro soportable y ese futuro pasa hoy por la posible nieve pamplonesa, por la inquietud ante ese Velasco Carballo que hace casi un año puso al Betis al borde de la Segunda División y, claro, por la fortaleza indudable del equipo de Cuco Ziganda en el Reyno de Navarra. Demasiadas dificultades, pero la vida es muy dura y el Betis ha de ser consciente de que a nadie se le regala nada y menos que a nadie, a él. Quiere decirse que sí, que las dificultades serán considerables, pero que alguna vez habrá de salir a escena la rebeldía y el coraje para seguir de pie, para que el Betis siga donde le pertenece.
Domingo es éste de Resurrección, fecha pintiparada para que Betis se rebele ante lo injusto que es recibir las afrentas que recibe, como si el Betis tuviese la culpa de estar dirigido tan zarrapastrosamente, de manifestarse tan vulnerable, que hay que ver la que uno entre 45.000 personas le ha formado en la mismísima línea de flotación. Hay que apretar los dientes, no caben lamentaciones ni lamerse heridas que no tienen por qué ser mortales. Toca Pamplona y, además, con nieve, pues adelante; llega Velasco Carballo, pues adelante. Ahora más que nunca, por siempre y para siempre, Real Betis Balompié. No cabe otra postura para una normalización de la vida.
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