Botellazo
ALGO ESTÁ PODRIDO
El Real Betis no puede ser castigado de ninguna manera por la actuación lamentable de un cafre. Menos todavía si es precisamente la afición del Betis la que retiene y controla al presunto delicuente. Sólo cuando la actuación más o menos mayoritaria de una grada es inconveniente se puede plantear el castigo del cierre de un estadio. Eso vaya por delante. Del mismo modo, el Athletic Club de Bilbao no puede ganar un partido de fútbol de esa manera, porque los partidos hay que terminarlos en el campo. También que quede bien clarito. Tampoco me gusta lo más mínimo la terrible expresión de castigo ejemplar. Los castigos tienen que ser los previstos por la ley, no los que nos pida el cuerpo en caliente. Otra cosa es que no nos guste nuestro tímido ordenamiento. Pero dicho todo esto, es evidente que alrededor del Betis ocurren demasiadas cosas que acaban con la intervención de la Policía y/o del juzgado. Desde la deleznable última Junta General de Accionistas, hasta las insistentes cargas policiales en los alrededores del campo, como por supuesto los dos últimos botellazos, algo se está haciendo muy mal y hablar sólo de la puntería o de los agravios comparativos es un error que nuestra sociedad no se debe permitir. No sé si es la falta de principios, el nivel de crispación en general o del bético en particular, porque al Betis lo gobierna alguien que no cuenta con el respaldo necesario de la mayoría de sus gobernados. Mucho me temo que pasarán los días, las semanas y los meses, salpicados de noticias de Comités y de juzgados, que nos olvidaremos más o menos del asunto, y que dentro de un tiempo, otra vez un impresentable hará otra igual, porque algo hay en ese campo que está podrido, por la puñetera crispación, por la falta de principios o por la ausencia de un mandatario cabal.
Paco Cepeda
http://www.muchodeporte.com/?secc=12&col=1&id=48
ALGO ESTÁ PODRIDO
El Real Betis no puede ser castigado de ninguna manera por la actuación lamentable de un cafre. Menos todavía si es precisamente la afición del Betis la que retiene y controla al presunto delicuente. Sólo cuando la actuación más o menos mayoritaria de una grada es inconveniente se puede plantear el castigo del cierre de un estadio. Eso vaya por delante. Del mismo modo, el Athletic Club de Bilbao no puede ganar un partido de fútbol de esa manera, porque los partidos hay que terminarlos en el campo. También que quede bien clarito. Tampoco me gusta lo más mínimo la terrible expresión de castigo ejemplar. Los castigos tienen que ser los previstos por la ley, no los que nos pida el cuerpo en caliente. Otra cosa es que no nos guste nuestro tímido ordenamiento. Pero dicho todo esto, es evidente que alrededor del Betis ocurren demasiadas cosas que acaban con la intervención de la Policía y/o del juzgado. Desde la deleznable última Junta General de Accionistas, hasta las insistentes cargas policiales en los alrededores del campo, como por supuesto los dos últimos botellazos, algo se está haciendo muy mal y hablar sólo de la puntería o de los agravios comparativos es un error que nuestra sociedad no se debe permitir. No sé si es la falta de principios, el nivel de crispación en general o del bético en particular, porque al Betis lo gobierna alguien que no cuenta con el respaldo necesario de la mayoría de sus gobernados. Mucho me temo que pasarán los días, las semanas y los meses, salpicados de noticias de Comités y de juzgados, que nos olvidaremos más o menos del asunto, y que dentro de un tiempo, otra vez un impresentable hará otra igual, porque algo hay en ese campo que está podrido, por la puñetera crispación, por la falta de principios o por la ausencia de un mandatario cabal.
Paco Cepeda
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