Hace unos días murió Fernando Carrasco, periodista de ABC y bético hasta las trancas. No formaba parte de la redacción de deportes, se dedicaba mayormente a las crónicas taurinas y de Semana Santa.
Hoy ha muerto Gaspar Rosety, sportinguista y bético. Hace poco dejó escrito en su blog esta entrada sobre nuesto club.
Real Betis Balompié
Es uno de esos clubes en el mundo a los que se ama sin necesidad de saber por qué. Hay un sentimiento enorme, cálido, sincero, que denominan beticismo, que inunda las calles y las almas, una sensación de pertenencia orgullosa a una religión monoteísta, basada en unos colores que encuentran su santuario al final de La Palmera. El Betis, Real y Balompié a diferencia de quienes prefirieron el anglicismo fútbol, provoca una fe ciega, inagotable, que revuelve los corazones y produce en las conciencias un movimiento de solidaridad y cariño insustituible.escudo-real-betis-balompie
Preocupa que este club, histórico donde los haya, atraviese las aguas borrascosas de una tormenta que empieza a durar demasiado. Me consta que esta preocupación protagoniza la vida de la ciudad, la ciudad del Betis que es Sevilla, hermosa, elegante, artística y secular. No es para menos.
El Betis pertenece a la Humanidad. Es patrimonio de todos. Cuenta con más de cuarenta mil abonados pero alcanzan millones si contamos a aquellos que sienten ese beticismo a flor de piel por todo los rincones del mundo, todos los corazones verdiblancos. El balompié español necesita un Betis fuerte, sólido y unido, capaz de aparcar las tensiones internas entre las distintas corrientes de opinión y que reunifiquen el sentimiento, el beticismo religioso que lo ha hecho tan grande como inigualable. Estas líneas, que emanan desde un alma sevillanizada, representan tan sólo una voz llena de afecto y admiración por una de las instituciones más veneradas de nuestro deporte, un grito de ánimo para que los béticos no vuelvan a sufrir nunca más. El amor en verde y blanco ni se compra ni se vende.
Real Betis Balompié | Gaspar Rosety
Desansen en paz ambos.
Hoy ha muerto Gaspar Rosety, sportinguista y bético. Hace poco dejó escrito en su blog esta entrada sobre nuesto club.
Real Betis Balompié
Es uno de esos clubes en el mundo a los que se ama sin necesidad de saber por qué. Hay un sentimiento enorme, cálido, sincero, que denominan beticismo, que inunda las calles y las almas, una sensación de pertenencia orgullosa a una religión monoteísta, basada en unos colores que encuentran su santuario al final de La Palmera. El Betis, Real y Balompié a diferencia de quienes prefirieron el anglicismo fútbol, provoca una fe ciega, inagotable, que revuelve los corazones y produce en las conciencias un movimiento de solidaridad y cariño insustituible.escudo-real-betis-balompie
Preocupa que este club, histórico donde los haya, atraviese las aguas borrascosas de una tormenta que empieza a durar demasiado. Me consta que esta preocupación protagoniza la vida de la ciudad, la ciudad del Betis que es Sevilla, hermosa, elegante, artística y secular. No es para menos.
El Betis pertenece a la Humanidad. Es patrimonio de todos. Cuenta con más de cuarenta mil abonados pero alcanzan millones si contamos a aquellos que sienten ese beticismo a flor de piel por todo los rincones del mundo, todos los corazones verdiblancos. El balompié español necesita un Betis fuerte, sólido y unido, capaz de aparcar las tensiones internas entre las distintas corrientes de opinión y que reunifiquen el sentimiento, el beticismo religioso que lo ha hecho tan grande como inigualable. Estas líneas, que emanan desde un alma sevillanizada, representan tan sólo una voz llena de afecto y admiración por una de las instituciones más veneradas de nuestro deporte, un grito de ánimo para que los béticos no vuelvan a sufrir nunca más. El amor en verde y blanco ni se compra ni se vende.
Real Betis Balompié | Gaspar Rosety
Desansen en paz ambos.
Comentario