¿Cómo denominaríamos la acción de tiranizar, vilipendiar y avasallar a alguien sin hacer honor la verdad?
A las tres he tenido la desgracia de ser testigo de una afrenta y agravio constante hacia el Betis y el beticismo, personificándolo en nuestro director deportivo. Ha sido escuchando la radio, más concretamente la radio pública andaluza. Desde Canal Sur un tal Eduardo Gil ha dado manga ancha a su sevillismo desenfrenado, lo cual es soportable a pesar de lo vergonzante que resulta, pero también y con más ahínco ha sacado a paseo su antibeticismo radical y rabioso, lo cual es vergonzoso y cobarde. Este señor tras comunicar que Joaquín había sido fichado porque no tenía más narices que hacerlo, ha insistido a continuación en que este fichaje se ha hecho por Joaquín, que la mayoría de fichajes son una incógnita y que la planificación de Maciá es decepcionante; a continuación entre él y otro tal Manolo Martín han realizado una ablución testicular a Monchi y al Sevilla FC por su capacidad de reacción tras la lesión de Carrizo, fichando al central ese al que no le abren la puerta ni sus abuelos. Tras la efervescencia de sangre roja digna del insigne y emético Caparros, han vuelto para hablar de Ricky Van Wolfswinkel, de nuevo de manera despectiva y tras señalar que es un pésimo segundo plato tras la cara de tonto del Betis al quitarle el Villareal a Adrián… El tono desdeñoso, el aborrecimiento latente en cada palabra referente a Maciá, su planificación, sus métodos y sus fichajes, rallaba el paroxismo.
He aguantado hasta el final por dos motivos principales, en primer lugar porque me costaba creer lo que escuchaban mis oídos lanzado por las ondas de una radio que debiera ser de todos los andaluces, no exclusivamente de andaluces antibéticos iracundos; y en segundo lugar porque tenía que dar a conocer los insultos, humillaciones y ofensas que sin reserva ni profesionalidad alguna se han lanzado contra el actual director deportivo sobre argumentaciones falsas y omisiones clamorosas.
Si no hubiera nacido donde nací y si no fuera conocedor de la historia del club podría equivocarme en mi juicio. Pero yo sé a qué responde que sevillistas y antibéticos se posicionen claramente contra Maciá; porque con sus errores, sus prudencias, su hermetismo y su profesionalidad acabará por traer buenos tiempos para el Betis, acabará por dejar sin excusas a aquellos que siempre la buscan. Y esto no es una carta blanca ni la afirmación de incondicionalidad para él, esto es consciencia del tipo de ralea que nos rodea. Galdos lo escribió de sujetos infámes y yo lo traigo a colación hoy para aquellos mezquinos que hacen su lucha vil desde los medios: “Así están disgregando la masa republicana, infiltrando el escepticismo entre los soldados de fila [...] ¡Con qué ensañamiento, con qué perfidia, empleando todos los medios, hasta la difamación y la calumnia!”
A las tres he tenido la desgracia de ser testigo de una afrenta y agravio constante hacia el Betis y el beticismo, personificándolo en nuestro director deportivo. Ha sido escuchando la radio, más concretamente la radio pública andaluza. Desde Canal Sur un tal Eduardo Gil ha dado manga ancha a su sevillismo desenfrenado, lo cual es soportable a pesar de lo vergonzante que resulta, pero también y con más ahínco ha sacado a paseo su antibeticismo radical y rabioso, lo cual es vergonzoso y cobarde. Este señor tras comunicar que Joaquín había sido fichado porque no tenía más narices que hacerlo, ha insistido a continuación en que este fichaje se ha hecho por Joaquín, que la mayoría de fichajes son una incógnita y que la planificación de Maciá es decepcionante; a continuación entre él y otro tal Manolo Martín han realizado una ablución testicular a Monchi y al Sevilla FC por su capacidad de reacción tras la lesión de Carrizo, fichando al central ese al que no le abren la puerta ni sus abuelos. Tras la efervescencia de sangre roja digna del insigne y emético Caparros, han vuelto para hablar de Ricky Van Wolfswinkel, de nuevo de manera despectiva y tras señalar que es un pésimo segundo plato tras la cara de tonto del Betis al quitarle el Villareal a Adrián… El tono desdeñoso, el aborrecimiento latente en cada palabra referente a Maciá, su planificación, sus métodos y sus fichajes, rallaba el paroxismo.
He aguantado hasta el final por dos motivos principales, en primer lugar porque me costaba creer lo que escuchaban mis oídos lanzado por las ondas de una radio que debiera ser de todos los andaluces, no exclusivamente de andaluces antibéticos iracundos; y en segundo lugar porque tenía que dar a conocer los insultos, humillaciones y ofensas que sin reserva ni profesionalidad alguna se han lanzado contra el actual director deportivo sobre argumentaciones falsas y omisiones clamorosas.
Si no hubiera nacido donde nací y si no fuera conocedor de la historia del club podría equivocarme en mi juicio. Pero yo sé a qué responde que sevillistas y antibéticos se posicionen claramente contra Maciá; porque con sus errores, sus prudencias, su hermetismo y su profesionalidad acabará por traer buenos tiempos para el Betis, acabará por dejar sin excusas a aquellos que siempre la buscan. Y esto no es una carta blanca ni la afirmación de incondicionalidad para él, esto es consciencia del tipo de ralea que nos rodea. Galdos lo escribió de sujetos infámes y yo lo traigo a colación hoy para aquellos mezquinos que hacen su lucha vil desde los medios: “Así están disgregando la masa republicana, infiltrando el escepticismo entre los soldados de fila [...] ¡Con qué ensañamiento, con qué perfidia, empleando todos los medios, hasta la difamación y la calumnia!”
Comentario