Antonio Ocaña
Bético, vaya a usted a saber lo que se le viene encima. O los ************* y ****** actuales, o los anteriores. El futuro no es demasiado halagüeño, por así decirlo. La ****** recién echada a la calle minifaldera, creedora de glamour; o la meretriz vieja y experimentada, conocedora del negocio, audaz y espabilada.
Se ha escuchado, leído y difundido demasiada ****** en la última semana. Más de la habitual, claro. Una falsa entrevista a Lopera por un reconocido sevillista, Manolo Aguilar. O el dinosaurio chocheante, Luis Carlos Peris, venerado por los *******s y demás seres afines a la tiranía actual. Presuntos artículos de opinión objetivos e imparciales, dirigidos desde arriba y con dirección a limpiar la imagen de la actual regencia judicialista. Orquestado por Al Final de Los *******s, con Mateo González, comprado por los Cuéllar, Maítos y esa melé de soplapollas con la misma idea de fútbol que yo de metafísica.
Los béticos también son caso aparte. Tenemos lo que nos merecemos, leí por ahí el otro día. Cuánta razón. Las protestas, para lo que ha caído, han sido como agua de mayo para la directiva y el Consejo. Una palmadita en el pecho. Más allá del núcleo Gol Sur y la nueva grada joven, el resto del estadio muestra signos de indiferencia y frialdad, como el que va al teatro low-cost: emborracharse fuera, entrar ebrio y que gane mi Betis. Criticar no está de moda, aunque sea cuestión de vida o muerte.
Entre loperistas y antiloperistas, comegambas y anticomegambas, la solución está en la savia nueva. Un cambio radical en lo que a gestión del club se refiere. Tenemos que dejar a un lado los argumentos simplistas de ‘si no es esto, pues lo otro’. Si lo de ahora falla, que vuelva Lopera. Si cuando vuelva Don Manué, gestiona mal, que vuelva Maíto (Dios nos libre).
El aficionado del Betis medio es el fiel reflejo de la sociedad española: ignorancia, crítica de boquilla y simplismo. Si voto al PP y lo hace mal, para las próximas, votaré al PSOE. Si los de la rosa continúan en el sendero de sus homólogos gavioteros, pues volveré al azul. Y así sucesivamente.
Ese no es el camino, señores. Por algo que amamos, veneramos y morimos, nuestras trece barras verdiblancas, debemos ver más allá de lo que nos venden. Buscar una tercera vía. En nuestro club, la tengo cada día más clara, conforme avanzan acontecimientos: se llama Por Nuestro Betis (PNB).
Ni Lopera, ni Maíto, ni Alexis, ni Pepe Mel, ni Gordillo, ni Castaño.
B-E-T-I-S.
Bético, vaya a usted a saber lo que se le viene encima. O los ************* y ****** actuales, o los anteriores. El futuro no es demasiado halagüeño, por así decirlo. La ****** recién echada a la calle minifaldera, creedora de glamour; o la meretriz vieja y experimentada, conocedora del negocio, audaz y espabilada.
Se ha escuchado, leído y difundido demasiada ****** en la última semana. Más de la habitual, claro. Una falsa entrevista a Lopera por un reconocido sevillista, Manolo Aguilar. O el dinosaurio chocheante, Luis Carlos Peris, venerado por los *******s y demás seres afines a la tiranía actual. Presuntos artículos de opinión objetivos e imparciales, dirigidos desde arriba y con dirección a limpiar la imagen de la actual regencia judicialista. Orquestado por Al Final de Los *******s, con Mateo González, comprado por los Cuéllar, Maítos y esa melé de soplapollas con la misma idea de fútbol que yo de metafísica.
Los béticos también son caso aparte. Tenemos lo que nos merecemos, leí por ahí el otro día. Cuánta razón. Las protestas, para lo que ha caído, han sido como agua de mayo para la directiva y el Consejo. Una palmadita en el pecho. Más allá del núcleo Gol Sur y la nueva grada joven, el resto del estadio muestra signos de indiferencia y frialdad, como el que va al teatro low-cost: emborracharse fuera, entrar ebrio y que gane mi Betis. Criticar no está de moda, aunque sea cuestión de vida o muerte.
Entre loperistas y antiloperistas, comegambas y anticomegambas, la solución está en la savia nueva. Un cambio radical en lo que a gestión del club se refiere. Tenemos que dejar a un lado los argumentos simplistas de ‘si no es esto, pues lo otro’. Si lo de ahora falla, que vuelva Lopera. Si cuando vuelva Don Manué, gestiona mal, que vuelva Maíto (Dios nos libre).
El aficionado del Betis medio es el fiel reflejo de la sociedad española: ignorancia, crítica de boquilla y simplismo. Si voto al PP y lo hace mal, para las próximas, votaré al PSOE. Si los de la rosa continúan en el sendero de sus homólogos gavioteros, pues volveré al azul. Y así sucesivamente.
Ese no es el camino, señores. Por algo que amamos, veneramos y morimos, nuestras trece barras verdiblancas, debemos ver más allá de lo que nos venden. Buscar una tercera vía. En nuestro club, la tengo cada día más clara, conforme avanzan acontecimientos: se llama Por Nuestro Betis (PNB).
Ni Lopera, ni Maíto, ni Alexis, ni Pepe Mel, ni Gordillo, ni Castaño.
B-E-T-I-S.
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