Entre todos lo mataron y él solito...
Luis Carlos Peris
DEFENESTRADO de la Copa con todo merecimiento y también con más dignidad de la que está mostrando a través de un curso descorazonador, el toro de la Liga se le presenta al Betis más astifino que casi nunca. Astifino y con un sinfín de dudas revoloteándole y con el papel que anda recitando el entrenador como protagonista principal. Bueno, no sé si principal, pues son tantos los frentes abiertos que nunca se sabe qué prima sobre qué.
No está Garrido en mi particular santoral de técnicos, claro que no. Indudablemente, tiene razón cuando dice que aún no ha aportado nada y eso sería, en condiciones de normalidad, motivo más que suficiente para buscar otra solución. Y da la impresión de que habrá que esperar a que diga que ni aporta ni aportará para darle el finiquito y vaya usted con Dios. Además, si no es capaz de desmentir las feas acusaciones recibidas por su equipo de trabajo, pues ya me contará.
Hasta ahí mi particularísimo pliego de cargos al todavía entrenador bético, pero como en la vida no siempre se juega a negro o a blanco, y como en la gama de colores tienen su importancia los grises, pues permítaseme la licencia de presentar también el consiguiente pliego de descargos. Para empezar hay que ver el ambiente que se encontró el valenciano a su llegada, con una impresionante cantidad de viudas del anterior acosándolo en un ejercicio de nostalgia insólito.
Y a partir de ahí, nada bueno se le reconocía y así difícilmente puede alguien desarrollar su labor con cierta garantía. De esta manera se está incubando un ambiente irrespirable para su persona y no cabe la menor duda de que el gran perjudicado será este Betis que se ha caído de la estantería con estrépito. ¿Puede continuar Garrido con este entorno? Yo creo que no, pero es que casi no quedan más balas en la canana bética, conque a ver. Entre todos los mataron y él solito...
Entre todos lo mataron y él solito... ...
Luis Carlos Peris
DEFENESTRADO de la Copa con todo merecimiento y también con más dignidad de la que está mostrando a través de un curso descorazonador, el toro de la Liga se le presenta al Betis más astifino que casi nunca. Astifino y con un sinfín de dudas revoloteándole y con el papel que anda recitando el entrenador como protagonista principal. Bueno, no sé si principal, pues son tantos los frentes abiertos que nunca se sabe qué prima sobre qué.
No está Garrido en mi particular santoral de técnicos, claro que no. Indudablemente, tiene razón cuando dice que aún no ha aportado nada y eso sería, en condiciones de normalidad, motivo más que suficiente para buscar otra solución. Y da la impresión de que habrá que esperar a que diga que ni aporta ni aportará para darle el finiquito y vaya usted con Dios. Además, si no es capaz de desmentir las feas acusaciones recibidas por su equipo de trabajo, pues ya me contará.
Hasta ahí mi particularísimo pliego de cargos al todavía entrenador bético, pero como en la vida no siempre se juega a negro o a blanco, y como en la gama de colores tienen su importancia los grises, pues permítaseme la licencia de presentar también el consiguiente pliego de descargos. Para empezar hay que ver el ambiente que se encontró el valenciano a su llegada, con una impresionante cantidad de viudas del anterior acosándolo en un ejercicio de nostalgia insólito.
Y a partir de ahí, nada bueno se le reconocía y así difícilmente puede alguien desarrollar su labor con cierta garantía. De esta manera se está incubando un ambiente irrespirable para su persona y no cabe la menor duda de que el gran perjudicado será este Betis que se ha caído de la estantería con estrépito. ¿Puede continuar Garrido con este entorno? Yo creo que no, pero es que casi no quedan más balas en la canana bética, conque a ver. Entre todos los mataron y él solito...
Entre todos lo mataron y él solito... ...
Comentario