Creo que era necesario un monográfico para recoger la patochadas de este individuo.
Vean lo último de este tipo.
Perdón por si está repetido pero no lo he visto.
El deporte sevillano · MUCHODEPORTE.COM
Vanitas vanitatis
10/10/2013
En política, existen adversarios y enemigos; y también los más peligrosos, los compañeros de partido. La frase, atribuida a Giulio Andeotti (toda sentencia cínica se le atribuye… con motivo) podría haberla firmado esta semana Alicia vaya-marrón-me-he-comido-por-culpa-de-Mariano Sánchez Camacho pero también es aplicable a la guerra intestina que sacude al Betis desde el comienzo de la hégira Bosch-Mel-Stosic, ese trinomio mal avenido. El equidistante observa sin dificultad que el primero administra con celo, como le ha prescrito la Justicia, un patrimonio ajeno; que el segundo saca muchos más puntos de los que apriorísticamente concederíamos a las plantillas que le ha tocado dirigir; y que el tercero confecciona planteles que anteceden a otros confeccionados con más dinero.
Entonces, ¿cuál es el problema? Fundamentalmente, dos, y ambos relacionados con el vicio de Lucifer: la “cenodoxia”, la tomista vanagloria, la soberbia en el listado canónico de pecados capitales… la vanidad. Vanidad insaciable de un entorno que no alcanzará la paz consigo mismo mientras permanezcan vívidas en la memoria las gestas del odiado vecino. Y vanidad humana de los tres personajes ávidos por atribuirse en solitario, y sobre todo a despecho de los otros, el mérito de las buenas cosas que han sucedido en el Betis desde el convulso verano de 2010. Todo más o menos entendible. Al contrario, resulta incomprensible la (gratuita) puesta al servicio de los contendientes de los paladines que blanden sus argumentos desde las respectivas trincheras.
Vean lo último de este tipo.
Perdón por si está repetido pero no lo he visto.
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Vanitas vanitatis
10/10/2013
En política, existen adversarios y enemigos; y también los más peligrosos, los compañeros de partido. La frase, atribuida a Giulio Andeotti (toda sentencia cínica se le atribuye… con motivo) podría haberla firmado esta semana Alicia vaya-marrón-me-he-comido-por-culpa-de-Mariano Sánchez Camacho pero también es aplicable a la guerra intestina que sacude al Betis desde el comienzo de la hégira Bosch-Mel-Stosic, ese trinomio mal avenido. El equidistante observa sin dificultad que el primero administra con celo, como le ha prescrito la Justicia, un patrimonio ajeno; que el segundo saca muchos más puntos de los que apriorísticamente concederíamos a las plantillas que le ha tocado dirigir; y que el tercero confecciona planteles que anteceden a otros confeccionados con más dinero.
Entonces, ¿cuál es el problema? Fundamentalmente, dos, y ambos relacionados con el vicio de Lucifer: la “cenodoxia”, la tomista vanagloria, la soberbia en el listado canónico de pecados capitales… la vanidad. Vanidad insaciable de un entorno que no alcanzará la paz consigo mismo mientras permanezcan vívidas en la memoria las gestas del odiado vecino. Y vanidad humana de los tres personajes ávidos por atribuirse en solitario, y sobre todo a despecho de los otros, el mérito de las buenas cosas que han sucedido en el Betis desde el convulso verano de 2010. Todo más o menos entendible. Al contrario, resulta incomprensible la (gratuita) puesta al servicio de los contendientes de los paladines que blanden sus argumentos desde las respectivas trincheras.