El Betis alcanza la cuarta plaza tras otra exhibición de pegada
Quince hombres sin piedad
Álvaro Ramírez El Betis se ha aupado este lunes a la cuarta posición de la Liga tras golear a domicilio al Getafe en un partido en el que no ha tenido ni piedad ni clemencia de su rival, en el que mostró su tremenda pegada y en el que evidenció hechuras de equipo grande, sobre todo en la segunda mitad.
Solidez y efectividad, dos armas que llevan por ahora al Betis a un puesto de la Liga de Campeones. El conjunto de Pepe Mel tiene una pegada tremenda, realmente espectacular. No necesita generar juego, roba y mata, y remata, y remata, las veces que haga falta. Tiene para empezar una gran virtud, la de mantenerse en los partidos. Y eso es fruto del trabajo realizado y de la solidez y el empaque del que ha dotado Mel al equipo. Si el Betis acabó ganando este encuentro, por ejemplo, fue porque en la primera parte, sin ser mejor que su rival, apenas sufrió. El Getafe fue superior en los primeros 45 minutos, pero esa superioridad apenas la palpó Adrián, salvo en algún remate de Pedro León. El portero bético quizás notara en las mejillas la suave brisa de la intranquilidad, pero nunca el azote del peligro.
Y si el Betis se mantiene en el partido, ya puede ir rezando su rival. Porque eso quiere decir que no perdonará. Así está siendo en estas diez jornadas de la Liga, que no están los de Mel cuartos por casualidad. Sus latigazos en ataque son mortales. No avisa, ejecuta. No advierte, mata.
Andaba el Getafe en su segunda mitad algo más crecido incluso porque seguía teniendo el balón, pero al primer error, herida. Robo, transición rápida, pase profundo de Salva Sevilla, asistencia de Rubén y gol de Jorge Molina. Acababa de salir el delantero centro y su entrada en el campo fue fundamental, más allá del 0-1. Porque Molina, y lo vio bien Mel desde la banda, alargó el campo, obligó a la defensa del Getafe a dar dos pasos atrás y precisamente generar los espacios que le habían faltado al Betis hasta entonces para tener presencia en ataque, para controlar la pelota cerca del área de Moyá. Ese cambio fue fundamental en el partido y ese gol, en el primer remate a portería, ya barruntaba lo que vendría después.
De por medio, eso sí, hubo reacción del Getafe, que antes había fallado lo que no falla el Betis pero que igualó el encuentro con un gran gesto técnico de Alcácer (suplió a un inoperante Álvaro). Fueron seis minutos en los que apretaron los azulones, seis minutos en los que el Betis hizo algo que también sabe muy bien, aguantar, encajar, y salir. El tremendo golazo de Beñat se originó en otra contra mortal, pero para mortal el trallazo impresionante del centrocampista, que embadurnó en oro con su golazo un partido bastante discreto para su nivel.
Sin tiempo para que Moyá se fijara en lo afilado de las virutas de madera de su escuadra, Rubén Castro volvió a golpear de nuevo. Ventaja, el mínimo espacio... y 'pum'. Otro latigazo, otro gol, otro partido sentenciado.
Aún habría más para la emoción y para el espectáculo, un gol del Getafe que intranquilizó acaso a los aficionados béticos, en casi medio millar en el frío campo getafense, pero no al equipo. Porque el Betis, donde las da, las toma. Y volvió a hundir a su rival, volvió a golpearle, volvió a matar, volvió a ser mortal.
Mel ha hecho un equipo efectivo, operativo, serio, sin lugar a la desconcentración, y ha hecho un equipo entero, fuerte. Mel, y sus 14 hombres de Getafe, y los que vendrán y los que jugarán.
La verdad es que me a parecido una crónica magnífica, por supuesto mejor que el partido, porque la 1ª parte ha sido un tostón, no dábamos dos pases seguidos. Pero es que la crónica tiene mucho de verdad, en muchos momentos el Betis adormece al rival que cuando menos se lo espera recibe un hachazo casi mortal.
Grande Álvaro Ramírez!!!! Muy bien escrita, me ha encantao vaya.. inclusive cerca de emocionarme.
Quince hombres sin piedad
Álvaro Ramírez El Betis se ha aupado este lunes a la cuarta posición de la Liga tras golear a domicilio al Getafe en un partido en el que no ha tenido ni piedad ni clemencia de su rival, en el que mostró su tremenda pegada y en el que evidenció hechuras de equipo grande, sobre todo en la segunda mitad.
Solidez y efectividad, dos armas que llevan por ahora al Betis a un puesto de la Liga de Campeones. El conjunto de Pepe Mel tiene una pegada tremenda, realmente espectacular. No necesita generar juego, roba y mata, y remata, y remata, las veces que haga falta. Tiene para empezar una gran virtud, la de mantenerse en los partidos. Y eso es fruto del trabajo realizado y de la solidez y el empaque del que ha dotado Mel al equipo. Si el Betis acabó ganando este encuentro, por ejemplo, fue porque en la primera parte, sin ser mejor que su rival, apenas sufrió. El Getafe fue superior en los primeros 45 minutos, pero esa superioridad apenas la palpó Adrián, salvo en algún remate de Pedro León. El portero bético quizás notara en las mejillas la suave brisa de la intranquilidad, pero nunca el azote del peligro.
Y si el Betis se mantiene en el partido, ya puede ir rezando su rival. Porque eso quiere decir que no perdonará. Así está siendo en estas diez jornadas de la Liga, que no están los de Mel cuartos por casualidad. Sus latigazos en ataque son mortales. No avisa, ejecuta. No advierte, mata.
Andaba el Getafe en su segunda mitad algo más crecido incluso porque seguía teniendo el balón, pero al primer error, herida. Robo, transición rápida, pase profundo de Salva Sevilla, asistencia de Rubén y gol de Jorge Molina. Acababa de salir el delantero centro y su entrada en el campo fue fundamental, más allá del 0-1. Porque Molina, y lo vio bien Mel desde la banda, alargó el campo, obligó a la defensa del Getafe a dar dos pasos atrás y precisamente generar los espacios que le habían faltado al Betis hasta entonces para tener presencia en ataque, para controlar la pelota cerca del área de Moyá. Ese cambio fue fundamental en el partido y ese gol, en el primer remate a portería, ya barruntaba lo que vendría después.
De por medio, eso sí, hubo reacción del Getafe, que antes había fallado lo que no falla el Betis pero que igualó el encuentro con un gran gesto técnico de Alcácer (suplió a un inoperante Álvaro). Fueron seis minutos en los que apretaron los azulones, seis minutos en los que el Betis hizo algo que también sabe muy bien, aguantar, encajar, y salir. El tremendo golazo de Beñat se originó en otra contra mortal, pero para mortal el trallazo impresionante del centrocampista, que embadurnó en oro con su golazo un partido bastante discreto para su nivel.
Sin tiempo para que Moyá se fijara en lo afilado de las virutas de madera de su escuadra, Rubén Castro volvió a golpear de nuevo. Ventaja, el mínimo espacio... y 'pum'. Otro latigazo, otro gol, otro partido sentenciado.
Aún habría más para la emoción y para el espectáculo, un gol del Getafe que intranquilizó acaso a los aficionados béticos, en casi medio millar en el frío campo getafense, pero no al equipo. Porque el Betis, donde las da, las toma. Y volvió a hundir a su rival, volvió a golpearle, volvió a matar, volvió a ser mortal.
Mel ha hecho un equipo efectivo, operativo, serio, sin lugar a la desconcentración, y ha hecho un equipo entero, fuerte. Mel, y sus 14 hombres de Getafe, y los que vendrán y los que jugarán.
La verdad es que me a parecido una crónica magnífica, por supuesto mejor que el partido, porque la 1ª parte ha sido un tostón, no dábamos dos pases seguidos. Pero es que la crónica tiene mucho de verdad, en muchos momentos el Betis adormece al rival que cuando menos se lo espera recibe un hachazo casi mortal.
Grande Álvaro Ramírez!!!! Muy bien escrita, me ha encantao vaya.. inclusive cerca de emocionarme.


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