El 'Gordo' Urquiaga
Sábado 9 de Julio del 2011
Carlos Calderón - [email protected]
Todas sus editoriales - Mas columnistasAUMENTARDISMINUIR
Entre los correos que recibo de ustedes, queridos lectores, me han preguntado sobre si era cierta la historia de un arquero que pasaba los 100 kilos y que portereaba en México.
Sí, es cierto. Su nombre era Joaquín Urquiaga, español de nacimiento y pesaba ¡112 kilos! y sin embargo, era ágil como el que más.
Joaquín Urquiaga Legarburu, nació en Zorroza, España el 29 de marzo de 1910. Desde niño tenía un marcado sobre peso, pero su elasticidad llamaba la atención. Como no corría mucho, lo ponían de portero en los partidos infantiles y ahí fue haciendo su lugar. Debutó en la Primera División del futbol español con el Betis Balompié el 25 de diciembre de 1932. Fue uno de los pilares importantes en la consagración del Betis en la temporada 1934-1935 en la que el equipo logró ganar la Liga y Urquiaga fue el portero menos goleado con 19 tantos. Ya desde entonces, le llamaban el “Gordo”.
Huyendo de la Guerra Civil Española, Urquiaga viajó junto con el Barcelona a una gira y llegó a México en 1937 en el vapor Mexique. Un periodista de la revista “As de Futbol” que era por cierto la mejor publicación de futbol de los años 30 y 40 en México, escribió acerca de Urquiaga: “Cuando asistimos al debut del equipo catalán y vimos en la portería la enorme y obesa humanidad de Urquiaga, confesamos que nos invadió un pesimismo humorístico.
“No podía suponerse que aquel hombre de proporciones corpulentas y con aspecto de barrilito tuviera agilidad, ligereza de movimientos y rapidez para desplazarse debajo de los marcos. Sin embargo, los primeros lances nos hicieron cambiar de opinión como a la mayoría del público.
“Urquiaga nos sorprendió porque dentro de su voluminoso abdomen y su corpulencia, tenía una agilidad prodigiosa y se tenía en el aire o saltaba por un centro, con la flexibilidad de un muchacho espigado…”
En México, por su aspecto juvenil, a Urquiaga lo llamaron el “Chavo”, para otros, seguía siendo el “Gordo”, lo cierto es que ninguno de los dos apodos molestaba al guardameta que con su felina agilidad sorprendía a todos.
En nuestro país, Joaquín Urquiaga defendió los colores del Asturias y del Veracruz, en este último logró el campeonato junto al mítico “Pirata” Fuente.
Una vez retirado, se dedicó a la carrera de técnico y dirigió al Veracruz y al Tampico, logrando la Copa con los escualos y la Liga con los Jaibos en 1953.
Hombre noble, bonachón, afable, regresó a España ya enfermo en 1963 en donde murió el 28 de julio de 1965.
Queda sin embargo para la historia y para aquellos que lo vieron volar de un palo al otro, el recuerdo de Joaquín el “Chavo” Urquiaga, el único guardameta con más de 100 kilos en la historia del futbol profesional.
Nota: Las columnas que se presentan en la sección Editorial de mediotiempo.com, son responsabilidad única de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión periodística de Medio Tiempo.
Sábado 9 de Julio del 2011
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Sí, es cierto. Su nombre era Joaquín Urquiaga, español de nacimiento y pesaba ¡112 kilos! y sin embargo, era ágil como el que más.
Joaquín Urquiaga Legarburu, nació en Zorroza, España el 29 de marzo de 1910. Desde niño tenía un marcado sobre peso, pero su elasticidad llamaba la atención. Como no corría mucho, lo ponían de portero en los partidos infantiles y ahí fue haciendo su lugar. Debutó en la Primera División del futbol español con el Betis Balompié el 25 de diciembre de 1932. Fue uno de los pilares importantes en la consagración del Betis en la temporada 1934-1935 en la que el equipo logró ganar la Liga y Urquiaga fue el portero menos goleado con 19 tantos. Ya desde entonces, le llamaban el “Gordo”.
Huyendo de la Guerra Civil Española, Urquiaga viajó junto con el Barcelona a una gira y llegó a México en 1937 en el vapor Mexique. Un periodista de la revista “As de Futbol” que era por cierto la mejor publicación de futbol de los años 30 y 40 en México, escribió acerca de Urquiaga: “Cuando asistimos al debut del equipo catalán y vimos en la portería la enorme y obesa humanidad de Urquiaga, confesamos que nos invadió un pesimismo humorístico.
“No podía suponerse que aquel hombre de proporciones corpulentas y con aspecto de barrilito tuviera agilidad, ligereza de movimientos y rapidez para desplazarse debajo de los marcos. Sin embargo, los primeros lances nos hicieron cambiar de opinión como a la mayoría del público.
“Urquiaga nos sorprendió porque dentro de su voluminoso abdomen y su corpulencia, tenía una agilidad prodigiosa y se tenía en el aire o saltaba por un centro, con la flexibilidad de un muchacho espigado…”
En México, por su aspecto juvenil, a Urquiaga lo llamaron el “Chavo”, para otros, seguía siendo el “Gordo”, lo cierto es que ninguno de los dos apodos molestaba al guardameta que con su felina agilidad sorprendía a todos.
En nuestro país, Joaquín Urquiaga defendió los colores del Asturias y del Veracruz, en este último logró el campeonato junto al mítico “Pirata” Fuente.
Una vez retirado, se dedicó a la carrera de técnico y dirigió al Veracruz y al Tampico, logrando la Copa con los escualos y la Liga con los Jaibos en 1953.
Hombre noble, bonachón, afable, regresó a España ya enfermo en 1963 en donde murió el 28 de julio de 1965.
Queda sin embargo para la historia y para aquellos que lo vieron volar de un palo al otro, el recuerdo de Joaquín el “Chavo” Urquiaga, el único guardameta con más de 100 kilos en la historia del futbol profesional.
Nota: Las columnas que se presentan en la sección Editorial de mediotiempo.com, son responsabilidad única de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión periodística de Medio Tiempo.
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