Hola foreros! Llevo un blog sobre fútbol y hoy he escrito sobre el delantero apátrida de nuestro Betis entre 1975 y 1978, Attila Ladinsky. Me gustaría que le echarais un vistazo y me dierais vuestra opinión sobre él. Gracias.
ATTILA LADINSKY, el delantero apátrida
2 11 2012 Según la Convención del Estatuto de los Apátridas de las Naciones Unidas, se define al apátrida como ‘Cualquier persona a la que ningún estado considera destinataria de la aplicación de su legislación‘. Nacido en Budapest el 13 de septiembre de 1949 jugó sus primeros años en su país natal pero, al traspasar el ‘telón de acero’ de la Hungría comunista para fichar por el Feyenoord, el gobierno socialista de János Kádár le retiró la nacionalidad magiar. Ladinsky, apodado como ‘El Gitano’, era un fuerte delantero centro que comenzó su carrera profesional en el FC Tatabánya de su país natal, donde anotó tan solo ocho goles en las dos temporadas que pasó en el Grosics Gyula Stadion. En el año 1970 ficha por el Vasas de Budapest, donde pasa sin pena ni gloria. Pero es en 1971, año en el que firma por el Feyenoord de Rotterdam, cuando Attila aumenta sus cifras goleadoras y comienza a cosechar éxitos individuales y colectivos. En el equipo holandés, donde marca diez goles en 25 partidos, consigue dos subcampeonatos de la Erevidisie lo que vale para firmar en el año 1973 por el Anderlecht belga. Y es el club de Bruselas donde consiguió las mayores cifras goleadoras de su carrera; con 27 tantos en 53 encuentros, lograría un campeonato de Primera División de Bélgica y otro de Copa, además de proclamarse máximo goleador. Estos números le valen para, en la temporada 1975-76, firmar por el Real Betis. Y es en la tres temporadas que pasa en la capital andaluza donde Ladinsky pasó sus mejores años como profesional. Si bien sus cifras anotadoras no fueron como las que acostumbró en su etapa en Bélgica, anotando 17 dianas en las 60 ocasiones que vistió la camiseta verdiblanca, la vida nocturna de Sevilla encandiló al bueno de Attila. Gregorio Conejo, ex-directivo de la entidad heliopolitana, lo calificó como el ‘mayor galáctico del vaso’ que jamás haya pasado por el Betis sin que eso repercutiera en su rendimiento deportivo. Con el equipo andaluz logró la Copa del Rey de 1977, si bien no pudo disputar ningún partido debido a que por aquel entonces los extranjeros no podían jugar el torneo del KO. Problemas con las lesiones y malas relaciones con el técnico bético le hicieron dejar el cuadro verdiblanco en 1978, pero su unión a Sevilla no acabaría ahí, una vez retirado volvería a la ciudad andaluza donde regentaría un bar en el centro de la capital hispalense. Tras abandonar la plantilla bética, Attila volvería a Bélgica, al KV Kortrijk donde solo anota dos goles en la temporada 1978-79. De Flandes pasaría a Francia, en el país galo disputaría 38 partidos en dos temporadas. La primera de ellas en el Valenciennes, donde marcaría seis goles, y la segunda en el Toulouse, con dos dianas en su cuenta. Para acabar su carrera, Ladinsky firmó por el Amarante FC portugués donde jugaría sus últimos partidos como profesional. Y del fútbol a la hostelería; tras cerrar su pub en Sevilla, Ladinsky se trasladó de nuevo a Bruselas, donde abrió un restaurante de comida húngara que mantendría hasta mediados de la década de los noventa. Por aquel entonces, el régimen comunista había caído en Hungría y el bueno de Attila Ladinsky, por fin, pudo volver a casa y recuperar su nacionalidad.
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ATTILA LADINSKY, el delantero apátrida
2 11 2012 Según la Convención del Estatuto de los Apátridas de las Naciones Unidas, se define al apátrida como ‘Cualquier persona a la que ningún estado considera destinataria de la aplicación de su legislación‘. Nacido en Budapest el 13 de septiembre de 1949 jugó sus primeros años en su país natal pero, al traspasar el ‘telón de acero’ de la Hungría comunista para fichar por el Feyenoord, el gobierno socialista de János Kádár le retiró la nacionalidad magiar. Ladinsky, apodado como ‘El Gitano’, era un fuerte delantero centro que comenzó su carrera profesional en el FC Tatabánya de su país natal, donde anotó tan solo ocho goles en las dos temporadas que pasó en el Grosics Gyula Stadion. En el año 1970 ficha por el Vasas de Budapest, donde pasa sin pena ni gloria. Pero es en 1971, año en el que firma por el Feyenoord de Rotterdam, cuando Attila aumenta sus cifras goleadoras y comienza a cosechar éxitos individuales y colectivos. En el equipo holandés, donde marca diez goles en 25 partidos, consigue dos subcampeonatos de la Erevidisie lo que vale para firmar en el año 1973 por el Anderlecht belga. Y es el club de Bruselas donde consiguió las mayores cifras goleadoras de su carrera; con 27 tantos en 53 encuentros, lograría un campeonato de Primera División de Bélgica y otro de Copa, además de proclamarse máximo goleador. Estos números le valen para, en la temporada 1975-76, firmar por el Real Betis. Y es en la tres temporadas que pasa en la capital andaluza donde Ladinsky pasó sus mejores años como profesional. Si bien sus cifras anotadoras no fueron como las que acostumbró en su etapa en Bélgica, anotando 17 dianas en las 60 ocasiones que vistió la camiseta verdiblanca, la vida nocturna de Sevilla encandiló al bueno de Attila. Gregorio Conejo, ex-directivo de la entidad heliopolitana, lo calificó como el ‘mayor galáctico del vaso’ que jamás haya pasado por el Betis sin que eso repercutiera en su rendimiento deportivo. Con el equipo andaluz logró la Copa del Rey de 1977, si bien no pudo disputar ningún partido debido a que por aquel entonces los extranjeros no podían jugar el torneo del KO. Problemas con las lesiones y malas relaciones con el técnico bético le hicieron dejar el cuadro verdiblanco en 1978, pero su unión a Sevilla no acabaría ahí, una vez retirado volvería a la ciudad andaluza donde regentaría un bar en el centro de la capital hispalense. Tras abandonar la plantilla bética, Attila volvería a Bélgica, al KV Kortrijk donde solo anota dos goles en la temporada 1978-79. De Flandes pasaría a Francia, en el país galo disputaría 38 partidos en dos temporadas. La primera de ellas en el Valenciennes, donde marcaría seis goles, y la segunda en el Toulouse, con dos dianas en su cuenta. Para acabar su carrera, Ladinsky firmó por el Amarante FC portugués donde jugaría sus últimos partidos como profesional. Y del fútbol a la hostelería; tras cerrar su pub en Sevilla, Ladinsky se trasladó de nuevo a Bruselas, donde abrió un restaurante de comida húngara que mantendría hasta mediados de la década de los noventa. Por aquel entonces, el régimen comunista había caído en Hungría y el bueno de Attila Ladinsky, por fin, pudo volver a casa y recuperar su nacionalidad.
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