El Betis anda ocupado y preocupado con la operación salida, pero sin descuidar las negociaciones para incorporar los refuerzos que aún restan por llegar. Apuntalar la zaga con dos centrales más es el objetivo prioritario del entrenador, que ya está de regreso en Sevilla para ultimar la vuelta al trabajo del equipo, prevista para el lunes.
El nombre propio en el que trabaja con más ahínco la entidad en estos momentos, es el de Antonio Amaya, central del Wigan formado en la cantera del Rayo Vallecano, en el que ha jugado cedido la pasada temporada y con el que logró el ascenso.
El madrileño, de 28 años y 1,92 de altura, es una petición expresa de Pepe Mel, que le ha tenido a sus órdenes durante varias temporadas y que, por tanto, conoce a la perfección sus prestaciones. Esta pasada campaña, a las órdenes de José Ramón Sandoval, jugó 28 partidos, viendo 15 amarillas y 2 rojas.
Expeditivo y potente en el juego aéreo, Amaya ya ha dado el 'sí' al Betis. El problema ahora mismo radica en llegar a un acuerdo con el Wigan, con el que aún le resta un año de contrato.
La primera respuesta de Roberto Martínez, entrenador y manager general del club inglés, es que la intención de su equipo es traspasarle y no darle la carta de libertad, que es lo que pretende el futbolista para firmar por el conjunto verdiblanco un contrato de tres temporadas.
Lo cierto es que Amaya llegó al Wigan dentro de la operación Diamé, por lo que no supuso un desembolso extra y, además, no cuenta en su actual club. Así las cosas, todo apunta a que finalmente la presión del futbolista acabará surtiendo efecto.
Además, existe otra vía. Si el Betis logra algún ingreso por traspaso o consigue ahorrarse alguna ficha podría invertirlo en fichar a Amaya. Así las cosas, con la elección ya hecha por parte de Mel, es difícil que se rompa su fichaje.
Amaya se ha consagrado como la alternativa a Weligton, al que el Málaga pretende renovar. El otro central que llegará al Betis podría ser una promesa procedente de un club grande.
El nombre propio en el que trabaja con más ahínco la entidad en estos momentos, es el de Antonio Amaya, central del Wigan formado en la cantera del Rayo Vallecano, en el que ha jugado cedido la pasada temporada y con el que logró el ascenso.
El madrileño, de 28 años y 1,92 de altura, es una petición expresa de Pepe Mel, que le ha tenido a sus órdenes durante varias temporadas y que, por tanto, conoce a la perfección sus prestaciones. Esta pasada campaña, a las órdenes de José Ramón Sandoval, jugó 28 partidos, viendo 15 amarillas y 2 rojas.
Expeditivo y potente en el juego aéreo, Amaya ya ha dado el 'sí' al Betis. El problema ahora mismo radica en llegar a un acuerdo con el Wigan, con el que aún le resta un año de contrato.
La primera respuesta de Roberto Martínez, entrenador y manager general del club inglés, es que la intención de su equipo es traspasarle y no darle la carta de libertad, que es lo que pretende el futbolista para firmar por el conjunto verdiblanco un contrato de tres temporadas.
Lo cierto es que Amaya llegó al Wigan dentro de la operación Diamé, por lo que no supuso un desembolso extra y, además, no cuenta en su actual club. Así las cosas, todo apunta a que finalmente la presión del futbolista acabará surtiendo efecto.
Además, existe otra vía. Si el Betis logra algún ingreso por traspaso o consigue ahorrarse alguna ficha podría invertirlo en fichar a Amaya. Así las cosas, con la elección ya hecha por parte de Mel, es difícil que se rompa su fichaje.
Amaya se ha consagrado como la alternativa a Weligton, al que el Málaga pretende renovar. El otro central que llegará al Betis podría ser una promesa procedente de un club grande.
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