“Se dijo que el club quería venderme por tres millones y, si llegan ofertas, hablaremos”. Carlos Kameni fue ayer el último en ponerse en la amplia lista de bajas y traspasos que ya está elaborando la dirección deportiva españolista de cara a la temporada de la renovación absoluta.
Si el propio Dani Sánchez Llibre preveía una o dos salidas y otras tantas entradas de cara al próximo ejercicio cuando nada hacía temer que los primeros malos resultados de la segunda vuelta liguera iban a convertirse en una enfermedad crónica para el Espanyol hasta arrebatarle el sueño europeo, apenas dos meses después el blanco se ha trocado en negro y a los dos fichajes que el club ya ha hecho efectivos –los de los uruguayos Albín y Luna– se le sumará una auténtica desbandada de jugadores que esta temporada han conformado la plantilla: seis se irán seguro y otros cinco tienen bastantes números para hacerlo.
Desde el club –que oficialmente no se pronunciará hasta el domingo– se asegura que buena parte de estas bajas se deben a un simple y lógico relevo generacional. El adiós a De la Peña, con homenaje incluido el sábado, era el primero que estaba anunciado. A Iván Alonso y Duscher ya les toca después de cumplir como bomberos cuando se les fichó. Acaban contrato y la despedida será amistosa.
Otro cantar es el de David Garcia y Chica, que también acaban contrato tras toda una vida en el club sin que nadie les haya informado de nada a estas alturas. Ninguno de los dos sabe si la dirección deportiva piensa en ellos o no de cara al próximo ejercicio. Pero, por si las moscas, ambos se han espabilado. Chica tiene incluso un contrato cerrado con el Betis, y difícilmente el Espanyol le presentará la semana que viene una propuesta más interesante, si es que llega a hacerlo.
Callejón es otro de los que se despiden. Falta que el club cierre el trato que su representante tiene con el Madrid. Sólo un milagro –una renovación suculenta para el jugador y la renuncia a los cinco millones que parece dispuesto a abonar el club blanco– impediría su marcha en las próximas horas.
Seis bajas, a las que se suman las de Víctor Ruiz y Dídac en el mercado de invierno. Pero aún hay más. Osvaldo tiene un pie fuera desde que el Espanyol perdió sus opciones de jugar en Europa. “No es normal que iniciemos la temporada con el reto de eludir el descenso en lugar del de ir a Europa”, insistió Kameni poniendo el dedo en la llaga. El club venderá al argentino al mejor postor para conseguir una liquidez que necesita como agua de mayo. Y no se cierra a otras ventas, léanse el propio Kameni, Baena o Luis García. A quien el Espanyol no quiere vender es a Javi Márquez. Pudo hacerlo en invierno y renunció. Otra cosa es que sea él quien elija cambiar de aires. Ofertas no le faltarán y el club siempre necesitará dinero.
Desbandada en el Espanyol
Si el propio Dani Sánchez Llibre preveía una o dos salidas y otras tantas entradas de cara al próximo ejercicio cuando nada hacía temer que los primeros malos resultados de la segunda vuelta liguera iban a convertirse en una enfermedad crónica para el Espanyol hasta arrebatarle el sueño europeo, apenas dos meses después el blanco se ha trocado en negro y a los dos fichajes que el club ya ha hecho efectivos –los de los uruguayos Albín y Luna– se le sumará una auténtica desbandada de jugadores que esta temporada han conformado la plantilla: seis se irán seguro y otros cinco tienen bastantes números para hacerlo.
Desde el club –que oficialmente no se pronunciará hasta el domingo– se asegura que buena parte de estas bajas se deben a un simple y lógico relevo generacional. El adiós a De la Peña, con homenaje incluido el sábado, era el primero que estaba anunciado. A Iván Alonso y Duscher ya les toca después de cumplir como bomberos cuando se les fichó. Acaban contrato y la despedida será amistosa.
Otro cantar es el de David Garcia y Chica, que también acaban contrato tras toda una vida en el club sin que nadie les haya informado de nada a estas alturas. Ninguno de los dos sabe si la dirección deportiva piensa en ellos o no de cara al próximo ejercicio. Pero, por si las moscas, ambos se han espabilado. Chica tiene incluso un contrato cerrado con el Betis, y difícilmente el Espanyol le presentará la semana que viene una propuesta más interesante, si es que llega a hacerlo.
Callejón es otro de los que se despiden. Falta que el club cierre el trato que su representante tiene con el Madrid. Sólo un milagro –una renovación suculenta para el jugador y la renuncia a los cinco millones que parece dispuesto a abonar el club blanco– impediría su marcha en las próximas horas.
Seis bajas, a las que se suman las de Víctor Ruiz y Dídac en el mercado de invierno. Pero aún hay más. Osvaldo tiene un pie fuera desde que el Espanyol perdió sus opciones de jugar en Europa. “No es normal que iniciemos la temporada con el reto de eludir el descenso en lugar del de ir a Europa”, insistió Kameni poniendo el dedo en la llaga. El club venderá al argentino al mejor postor para conseguir una liquidez que necesita como agua de mayo. Y no se cierra a otras ventas, léanse el propio Kameni, Baena o Luis García. A quien el Espanyol no quiere vender es a Javi Márquez. Pudo hacerlo en invierno y renunció. Otra cosa es que sea él quien elija cambiar de aires. Ofertas no le faltarán y el club siempre necesitará dinero.
Desbandada en el Espanyol
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