Pese a la multitud de problemas extradeportivos que le acucian, el Racing de Santander está realizando una magnífica temporada en el Grupo I de la Segunda División B, clasificación que lidera de manera solvente. Además, su campaña se está viendo redondeada por una gran participación en la Copa del Rey, en la que ya ha sobrepasado tres eliminatorias, una de ellas eliminando al Sevilla, y en la que se plantará muy vivo en el estadio del Almería, gracias al 1-1 conseguido en El Sardinero. En el equipo de Paco Fernández, hay que destacar a su hombre gol, Mamadou Koné, 22 años, (25 de Diciembre de 1992, Bingerville, Costa de Marfil), que en su tercera temporada en el primer plantel está confirmando lo que prometía en sus inicios en el segundo equipo santanderino. Ya suma 16 tantos entre ambas competiciones, y su nombre empieza a sonar para equipos de Primera, incluso en este mercado invernal.
Mamadou Koné es un atacante diestro, que tiene en la versatilidad uno de sus puntos fuertes, ya puede desenvolverse casi en cualquier posición de la zona ofensiva. Es habitual verle como ‘9’, pero también está acostumbrado a actuar como segundo punta o partiendo desde una banda. Fibroso, no destaca por su corpulencia física, ya que no es ni demasiado fornido ni demasiado espigado, lo que no hace que rehúya el contacto físico en ningún momento. A pesar de ser el hombre más adelantado, por su movilidad y permanente caída a los costados, no se le puede considerar una referencia fija. Rapidísimo, explosivo en todos sus movimientos y vertical, su peligro aumenta cuando encuentra espacios, tratando de trazar desmarques de ruptura con bastante frecuencia.
Dejo aquí su artículo: El triunfo del fútbol elegante: Mamadou Koné
Saludos!
Mamadou Koné es un atacante diestro, que tiene en la versatilidad uno de sus puntos fuertes, ya puede desenvolverse casi en cualquier posición de la zona ofensiva. Es habitual verle como ‘9’, pero también está acostumbrado a actuar como segundo punta o partiendo desde una banda. Fibroso, no destaca por su corpulencia física, ya que no es ni demasiado fornido ni demasiado espigado, lo que no hace que rehúya el contacto físico en ningún momento. A pesar de ser el hombre más adelantado, por su movilidad y permanente caída a los costados, no se le puede considerar una referencia fija. Rapidísimo, explosivo en todos sus movimientos y vertical, su peligro aumenta cuando encuentra espacios, tratando de trazar desmarques de ruptura con bastante frecuencia.
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