En pocos días comienza el Mundial sub-20 que tendrá lugar en Turquía. En él, México se presenta como uno de los conjuntos a tener muy en cuenta. Una de las grandes joyas del cuadro azteca es Jesús Manuel Corona Ruíz, más conocido como 'tecatito', de apenas 20 años, (6 de Enero de 1993, Hermosillo, México), que milita en el Monterrey.
Creatividad, imaginación y un talento innato. Son algunas de las cualidades que reúne Corona, y que lo hacen un jugador de extraordinario porvenir. Atacante diestro, suele jugar escorado en banda derecha, aunque a decir verdad se encuentra cómodo partiendo desde ambos perfiles, a lo que ayuda también que maneja con soltura su pierna izquierda. Eso sí, su fútbol requiere cierta libertad de movimientos. Muy bajito, rápido y tremendamente hábil, la falta de estatura, lejos de convertirse en un handicap, le ayuda para ser más escurridizo en el objetivo de huir del rival. Descarado, atrevido y con gran desparpajo. De superlativo nivel técnico, lleva la pelota siempre muy pegada al pie, haciendo gala de una brillante destreza para desbordar en el uno contra uno. Le enseña la pelota al defensor a la misma velocidad que se la esconde. Se para en seco y cuando menos se espera, cambia de ritmo y se muestra intratable una vez que arranca. Son solo algunos de su amplia gama de detalles ciertamente lujosos.
Aquí dejo su artículo completo: El triunfo del fútbol elegante: Jesús Manuel Corona
Creatividad, imaginación y un talento innato. Son algunas de las cualidades que reúne Corona, y que lo hacen un jugador de extraordinario porvenir. Atacante diestro, suele jugar escorado en banda derecha, aunque a decir verdad se encuentra cómodo partiendo desde ambos perfiles, a lo que ayuda también que maneja con soltura su pierna izquierda. Eso sí, su fútbol requiere cierta libertad de movimientos. Muy bajito, rápido y tremendamente hábil, la falta de estatura, lejos de convertirse en un handicap, le ayuda para ser más escurridizo en el objetivo de huir del rival. Descarado, atrevido y con gran desparpajo. De superlativo nivel técnico, lleva la pelota siempre muy pegada al pie, haciendo gala de una brillante destreza para desbordar en el uno contra uno. Le enseña la pelota al defensor a la misma velocidad que se la esconde. Se para en seco y cuando menos se espera, cambia de ritmo y se muestra intratable una vez que arranca. Son solo algunos de su amplia gama de detalles ciertamente lujosos.
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