Alex Oxlade-Chamberlain es un extremo, diestro de pierna, que basa su juego en su gran capacidad de desborde y sus cada vez más asiduas internadas al área partiendo desde la banda, generalmente la izquierda, aunque puede jugar por ambos costados. La clave de su juego reside en su gran velocidad, es un jugador tremendamente veloz y eléctrico, que rompe a sus rivales con continuos cambios de ritmo y que a la hora de encarar hace gala de un desparpajo nada común en jugadores de su edad. Pero Oxlade no es solo un “jugador bala”, es mucho más que eso. Es capaz de combinar con sus compañeros, de elegir siempre la mejor opción, de tener esa pausa necesaria para levantar la cabeza o para pensar en las posibilidades que le ofrece el juego. Podríamos decir en definitiva que es un jugador que pese a su edad muestra un gran grado de madurez en cada una de sus acciones. Pocas veces lo veremos volverse loco con la pelota o no saber que hacer. Comparándolo con Walcott podríamos decir que es menos directo pero más pausado, menos decisivo, por ahora, pero con más capacidad de asociación. Eso si, igual de endiablado, incisivo y habilidoso a la hora de encarar a los defensores.

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EL GUARDIÁN DEL FÚTBOL: Alex Oxlade-Chamberlain.