Gran artículo del compañero Recontra.. Espero que os guste:
De orillas del Guadalquivir a orillas del Lago Míchigan
Es otra historia de la cantera del Betis, una más de las que se cruzan entre sueños no cumplidos y por cumplir que sienten los niños y jóvenes que se ponen la camiseta del Real Betis en cualquiera de sus categorías.
Mi protagonista está lejos, muy lejos, a orillas del lago Míchigan, en los Estados Unidos. No crean que es conocido de alguna estrella famosa o algo parecido. Hasta hace bien poco jugaba y muy bien en las filas de la U.D. Bellavista, donde dejó un magnífico recuerdo. El Betis, nuestro Betis, le tenía echado el ojo desde hace mucho tiempo. Es obvio, un modesto que aporta un jugador a la provincial e incluso a la selección autonómica y, encima, bético, es para seguirlo. Y recaló en el Betis. Dos temporadas ganándolo todo y este pequeño campeón tuvo la suerte de realizar otro sueño, un año de estudios en Estados Unidos.
Alguno, llegado a este punto, se preguntará que siendo jugador del Betis para qué se va a estudiar por ahí. Espero que sean los menos, porque considero que es una elección muy valiente y responsable, pues tener la cabeza centrada es más importante que siquiera aspirar a que el año siguiente te escojan en categorías superiores.
Y nuestro amigo se fue a hacer las Américas, a aprender todo lo posible y volver a España. Pero el fútbol que lleva dentro le pudo más y certificando unas magníficas notas empezó a jugar en el instituto, de ahí pasó a un equipo local, el Grand Rapids Crew Juniors y de ahí a ganar el Estatal y después lo que los yanquis llaman la Regional II, el grupo norte de los cuatro en los que está dividido Estados Unidos celebrado en Wisconsin a finales de junio.
Una vez conseguido el Regional II, jugará con su equipo en los nacionales por conseguir el título de campeón sub18 (nuestro canterano es, además, un año menor) de Estados Unidos, que se jugará en Phoenix (Arizona) a finales de julio. Como una anécdota más, en ninguno de los seis equipos que jugarán esa final hay españoles, o por lo menos eso dicen nuestras fuentes.
Y sí, ya ha sido tentado por varias universidades para becarlo y jugar en sus equipos. Pero nuestro protagonista quiere volverse a España tras terminar esa nueva aventura que su talento y su constancia han propiciado. En el Betis seguramente sabrán cuando vuelve, seguramente porque su hermano Carlos hará la pretemporada con el B y también es otro con fútbol en sus botas, de ese que se mama también en el albero de Bellavista, donde jugaba hasta hace bien poco en esa diáspora ridícula de los equipos de la cantera bética.
Así, poco a poco, este canterano bético habrá visitado muchos estados con su fútbol. Porque seguro que por allí en Míchigan ya habrá más de uno que sepa por ti qué es el Betis, eso tan raro del manquepierda, aquello del verdiblanco o de las tardes de domingo en la grada con los compañeros. Seguramente cuando algún bético pasee por aquellos lugares con una camiseta verdiblanca, alguien le dirá en un spanglish macarronico aquello de BETISMANQUEPIERRRRDA y de nuevo la sorpresa de la universalidad de este sentimiento volverá a verse reflejado en otro rinconcito más del planeta.
Ojalá ganes otro trofeo más para tus vitrinas, Edu, pero seguro que el de amigos, de los de aquí y de los que dejarás allí, ese no cabrá en ningún lado.
Noticia del Real Betis Un canterano bético en la final del soccer americano, por Recontra | Real Betis Manquepierda
De orillas del Guadalquivir a orillas del Lago Míchigan
Es otra historia de la cantera del Betis, una más de las que se cruzan entre sueños no cumplidos y por cumplir que sienten los niños y jóvenes que se ponen la camiseta del Real Betis en cualquiera de sus categorías.
Mi protagonista está lejos, muy lejos, a orillas del lago Míchigan, en los Estados Unidos. No crean que es conocido de alguna estrella famosa o algo parecido. Hasta hace bien poco jugaba y muy bien en las filas de la U.D. Bellavista, donde dejó un magnífico recuerdo. El Betis, nuestro Betis, le tenía echado el ojo desde hace mucho tiempo. Es obvio, un modesto que aporta un jugador a la provincial e incluso a la selección autonómica y, encima, bético, es para seguirlo. Y recaló en el Betis. Dos temporadas ganándolo todo y este pequeño campeón tuvo la suerte de realizar otro sueño, un año de estudios en Estados Unidos.
Alguno, llegado a este punto, se preguntará que siendo jugador del Betis para qué se va a estudiar por ahí. Espero que sean los menos, porque considero que es una elección muy valiente y responsable, pues tener la cabeza centrada es más importante que siquiera aspirar a que el año siguiente te escojan en categorías superiores.
Y nuestro amigo se fue a hacer las Américas, a aprender todo lo posible y volver a España. Pero el fútbol que lleva dentro le pudo más y certificando unas magníficas notas empezó a jugar en el instituto, de ahí pasó a un equipo local, el Grand Rapids Crew Juniors y de ahí a ganar el Estatal y después lo que los yanquis llaman la Regional II, el grupo norte de los cuatro en los que está dividido Estados Unidos celebrado en Wisconsin a finales de junio.
Una vez conseguido el Regional II, jugará con su equipo en los nacionales por conseguir el título de campeón sub18 (nuestro canterano es, además, un año menor) de Estados Unidos, que se jugará en Phoenix (Arizona) a finales de julio. Como una anécdota más, en ninguno de los seis equipos que jugarán esa final hay españoles, o por lo menos eso dicen nuestras fuentes.
Y sí, ya ha sido tentado por varias universidades para becarlo y jugar en sus equipos. Pero nuestro protagonista quiere volverse a España tras terminar esa nueva aventura que su talento y su constancia han propiciado. En el Betis seguramente sabrán cuando vuelve, seguramente porque su hermano Carlos hará la pretemporada con el B y también es otro con fútbol en sus botas, de ese que se mama también en el albero de Bellavista, donde jugaba hasta hace bien poco en esa diáspora ridícula de los equipos de la cantera bética.
Así, poco a poco, este canterano bético habrá visitado muchos estados con su fútbol. Porque seguro que por allí en Míchigan ya habrá más de uno que sepa por ti qué es el Betis, eso tan raro del manquepierda, aquello del verdiblanco o de las tardes de domingo en la grada con los compañeros. Seguramente cuando algún bético pasee por aquellos lugares con una camiseta verdiblanca, alguien le dirá en un spanglish macarronico aquello de BETISMANQUEPIERRRRDA y de nuevo la sorpresa de la universalidad de este sentimiento volverá a verse reflejado en otro rinconcito más del planeta.
Ojalá ganes otro trofeo más para tus vitrinas, Edu, pero seguro que el de amigos, de los de aquí y de los que dejarás allí, ese no cabrá en ningún lado.
Noticia del Real Betis Un canterano bético en la final del soccer americano, por Recontra | Real Betis Manquepierda
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