Los canteranos Damián, Manu Gavilán, Rodri, Cañas, Toni, Álex Ortiz y Adrián deben mostrar este verano sus cualidades si quieren formar parte del primer equipo del Betis. Si finalmente no se quedan, a buen seguro no les faltarán «novias» a ninguno. Varios equipos de Segunda han mostrado repetidamente interés por alguno de ellos y Adrián, incluso, llegó a sonar para el Deportivo de la Coruña la pasada temporada. En Heliópolis ya se han dado varios casos de jugadores que salieron por la puerta de atrás y que podrían jugar perfectamente con el equipo heliopolitano en la categoría de plata. Y es que la fábrica verdiblanca da sus frutos... aunque tengan que buscarse la vida fuera.
Pinto es un claro ejemplo. Tras cuatro años en el filial del Betis, en 1997 le llegó la oportunidad de jugar en Primera en un partido por lesión de Prats. A pesar de sus maneras, al año siguiente fichó por el Celta, equipo en el que estuvo diez temporadas (dos de ellas en Segunda) jugando 184 partidos. La evolución del portero de El Puerto de Santa María fue tal que con el conjunto vigués, en la temporada 2005-06, obtuvo el premio Zamora de Primera. Hoy es segundo portero del Barcelona, donde la sombra del recién renovado Víctor Valdés no le permite ver el bosque.
Diego Tristán es el caso más «sangrante» de todos. Salió del Betis por desavenencias con Lopera, que lo dejó marchar por menos de un millón de euros al Mallorca (llegó recomendado por Prats, portero bético por entonces). El máximo accionista verdiblanco comentó sobre la contratación que eran 150 millones de pesetas que el Mallorca tiraría a la ******. A partir de ahí comenzó su trayectoria ascendente. Pichichi de la Liga 2002-01 con 21 goles, sus fintas aún colean por media Europa. Ahora juega en el Cádiz. Tristán coincidió en el Betis B con el lateral izquierdo Poli, otro que lejos de Heliópolis ha jugado siete años en Primera. Incluso ha ganado una Copa del Rey con el Mallorca y ha jugado cuatro partidos en Champions. Actualmente milita en el Recre.
Precisamente para el club de Huelva suena ahora Pablo Vargas, ex portero del Sevilla Atlético que también salió de la factoría de Heliópolis. En dos años ha jugado 26 partidos en Segunda, categoría a la que ha ascendido Chando, con el Villarreal B. El delantero de 27 años estuvo dos años en el Betis B y también ha mostrado sus cualidades lejos de La Palmera. La pasada temporada fue la de su consagración, siendo pieza clave en el ascenso del filial amarillo, donde fue Pichichi con 23 tantos. Este año, en Segunda, dará que hablar... pero como rival bético.
Al igual que Aurelio. Defensa central seguro (también se le ha visto de lateral) y de los que gusta sacar el balón jugado. Tras sus dos años en el Betis B, el de Camas se ha convertido en un «estandarte» de la Segunda división (nunca ha jugado en Primera), en la que acumula 281 partidos y 21 goles en Liga y 14 en Copa, repartidos durante 13 años en el Badajoz, Xerez, Levante, Salamanca y Castellón, entidad en la que actualmente milita. Un jugador, el camero, que durante su etapa como futbolista de las categorías inferiores del club heliopolitano fue internacional sub 18, llegando a disputar el IX Campeonato Europeo de Inglaterra, en el año 1993.
Otro jugador que dejó el filial bético (sólo disputó dos partidos con el primer equipo) para jugar en el otro equipo de la ciudad fue Redondo. Después de cuatro años en la disciplina verdiblanca y tras probar fortuna en Hércules, Logroñés y Elche, el lateral derecho recalaría en el Sevilla de Joaquín Caparrós, en 2002. El jugador jerezano estuvo tres temporadas en el conjunto nervionense, en las que jugó 51 partidos. Incluso disputó la Copa de la UEFA. En 2007 ficharía por el Xerez, con el que este año jugará en Primera.
Como Maldonado. En su único año en el Betis, el «Tati» no tuvo muchas oportunidades para demostrar el jugador que fue durante su campaña anterior en Segunda en las filas del Lorca, donde sus trece goles y su fútbol atrevido le convirtieron en ídolo de la afición. Manuel Preciado lo reclutó el pasado año para las filas del Sporting de Gijón, hoy en Primera. Cuando ha jugado, ha cumplido.
Fuente: ABC
Pinto es un claro ejemplo. Tras cuatro años en el filial del Betis, en 1997 le llegó la oportunidad de jugar en Primera en un partido por lesión de Prats. A pesar de sus maneras, al año siguiente fichó por el Celta, equipo en el que estuvo diez temporadas (dos de ellas en Segunda) jugando 184 partidos. La evolución del portero de El Puerto de Santa María fue tal que con el conjunto vigués, en la temporada 2005-06, obtuvo el premio Zamora de Primera. Hoy es segundo portero del Barcelona, donde la sombra del recién renovado Víctor Valdés no le permite ver el bosque.
Diego Tristán es el caso más «sangrante» de todos. Salió del Betis por desavenencias con Lopera, que lo dejó marchar por menos de un millón de euros al Mallorca (llegó recomendado por Prats, portero bético por entonces). El máximo accionista verdiblanco comentó sobre la contratación que eran 150 millones de pesetas que el Mallorca tiraría a la ******. A partir de ahí comenzó su trayectoria ascendente. Pichichi de la Liga 2002-01 con 21 goles, sus fintas aún colean por media Europa. Ahora juega en el Cádiz. Tristán coincidió en el Betis B con el lateral izquierdo Poli, otro que lejos de Heliópolis ha jugado siete años en Primera. Incluso ha ganado una Copa del Rey con el Mallorca y ha jugado cuatro partidos en Champions. Actualmente milita en el Recre.
Precisamente para el club de Huelva suena ahora Pablo Vargas, ex portero del Sevilla Atlético que también salió de la factoría de Heliópolis. En dos años ha jugado 26 partidos en Segunda, categoría a la que ha ascendido Chando, con el Villarreal B. El delantero de 27 años estuvo dos años en el Betis B y también ha mostrado sus cualidades lejos de La Palmera. La pasada temporada fue la de su consagración, siendo pieza clave en el ascenso del filial amarillo, donde fue Pichichi con 23 tantos. Este año, en Segunda, dará que hablar... pero como rival bético.
Al igual que Aurelio. Defensa central seguro (también se le ha visto de lateral) y de los que gusta sacar el balón jugado. Tras sus dos años en el Betis B, el de Camas se ha convertido en un «estandarte» de la Segunda división (nunca ha jugado en Primera), en la que acumula 281 partidos y 21 goles en Liga y 14 en Copa, repartidos durante 13 años en el Badajoz, Xerez, Levante, Salamanca y Castellón, entidad en la que actualmente milita. Un jugador, el camero, que durante su etapa como futbolista de las categorías inferiores del club heliopolitano fue internacional sub 18, llegando a disputar el IX Campeonato Europeo de Inglaterra, en el año 1993.
Otro jugador que dejó el filial bético (sólo disputó dos partidos con el primer equipo) para jugar en el otro equipo de la ciudad fue Redondo. Después de cuatro años en la disciplina verdiblanca y tras probar fortuna en Hércules, Logroñés y Elche, el lateral derecho recalaría en el Sevilla de Joaquín Caparrós, en 2002. El jugador jerezano estuvo tres temporadas en el conjunto nervionense, en las que jugó 51 partidos. Incluso disputó la Copa de la UEFA. En 2007 ficharía por el Xerez, con el que este año jugará en Primera.
Como Maldonado. En su único año en el Betis, el «Tati» no tuvo muchas oportunidades para demostrar el jugador que fue durante su campaña anterior en Segunda en las filas del Lorca, donde sus trece goles y su fútbol atrevido le convirtieron en ídolo de la afición. Manuel Preciado lo reclutó el pasado año para las filas del Sporting de Gijón, hoy en Primera. Cuando ha jugado, ha cumplido.
Fuente: ABC
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