Dicen quienes le conocen que es un promesón. Se llama Ángel de la Calzada, tiene 13 años, es portero, mide 1´90 y acaba de fichar por el Betis. Esto dice hoy el DIARIO IDEAL de Jaén:
Cuando lo ves llegar aparenta más edad. Su casi 1,90 metros -mide 1,87 metros- impone. La cara se ajusta más a su edad, trece años, pero su forma de hablar y de pensar lo sitúan de nuevo por encima de ese DNI. Parece muy maduro. «Hay que serlo, para montarse en una aventura así», responde él con una simple sonrisa. Eso que tiene ganado, porque lo primero para triunfar en el fútbol, incluso siendo un portero con madera de armario empotrado, es tener la cabeza amueblada.
Ángel de la Calzada forma parte de una generación con mimbres para dar muchas alegrías al fútbol jienense. Es ex compañero de Cámara, ahora en el Villarreal o de Sergio Ortega y Carlos Garrido, en el Sevilla. Él ha elegido el camino contrario, el Betis. Los médicos del club sevillano lo han examinado y no ha completado ni de lejos su desarrollo: tiene que crecer más.
Le echaron el ojo en el escaparate del campeonato de selecciones provinciales, en Cádiz este pasado uno de marzo y lleva dos partidos oficiales y tres amistosos. Tiene un acuerdo para la próxima temporada y en agosto se incorporará de lleno al equipo verdiblanco. «Hasta ahora viajaba los viernes y estaba allí los fines de semana, en la residencia Los Bermejales. Allí viven los que vienen de fuera. De mi edad ahora mismo sólo hay otro chaval de Almería, el resto de jugadores son del Betis de División de Honor, del juvenil, más grandes», explica.
«No es un lujo»
El Betis tiene un convenio con esta residencia universitaria, que no obstante tiene un trato especial con los futbolistas. Por ejemplo, junto al menú del día ofrecido en general, un endocrino prepara una dieta adaptada a su crecimiento y las necesidades energéticas de cada uno. «No es que sea un lujo, pero está todo bastante bien, con tu comedor, tu habitación individual si la pides, te la arreglan y la lavandería se lleva la ropa y te la devuelve limpia», apostilla.
Esa es y será su rutina, no tan diferente de la que llevaba en Jaén. Por la mañana colegio, por la tarde, tres días de entrenamiento y uno especial, de porteros, en el campo del Benacazón, más el partido. «Deberíamos estar entrenando en la ciudad deportiva, pero están poniendo césped artificial», indica.
A partir de agosto tendrá además un sueldo, «una ayuda más bien», matiza, para sus pequeños gastos. No llega a los 150 euros, pero teniendo en cuenta que no paga alojamiento ni comida no está mal.
Los clubes ven en la captura de jóvenes promesas una forma de ahorrar en futuros cracks y de lograr el llamado amor a los colores, aunque uno no sea de la tierra. «Yo antes de todo esto decía que el mejor era el Sevilla», reconoce entre risas. «Pero ya no», añade rápidamente, por si acaso. Reconoce que le da «respeto» todo lo que está viviendo y lo que se va a encontrar. También a esto da respuesta el club. «Tienen un equipo de psicólogos que van a vernos en los partidos y hablan con los que somos de fuera», informa. «Nos preguntamos cómo estamos, qué echamos de menos, si necesitamos algo...», afirma.
Desde Jaén también recibe apoyos. Rubén Guerrero, el segundo portero ya del Real Jaén, le aconseja. «Fue mi entrenador cuando estaba en la Peña. Me ha dicho que vaya tranquilo, que fallaré seguro, pero que lo importante ahora es que aprenda», indica. «Y en eso estoy».
No es de Casillas
Sorprende que el ídolo del jienense no sea Casillas, sino el que fue su suplente. «El mejor portero de la liga es Diego López. No digo que Casillas no sea bueno, es muy efectivo, pero me gusta más el otro. También Van der Sar. Los dos se parecen un poco a mí», añade.
Cualidades tiene, pero para llegar la lista es mucho más larga. «Quiero seguir estudiando. Lo que tengo claro es que tendrá que ver con el deporte, medicina deportiva o algo así», apostilla. Todavía no ha conocido a Doblas su referente del primer equipo, pero le han dicho que lo conocerá pronto.
Antes, este fin de semana, volverá para jugar los cuartos de la Campeonato de Andalucía de clubes ante Córdoba, tras eliminar al Cádiz por 0-1. Ahí va, sin encajar ni un tanto, tras la estela de internacionales como Juanito o Joaquín, detrás de un sueño que le está haciendo madurar a la velocidad en que ha pegado el estirón.
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Cuando lo ves llegar aparenta más edad. Su casi 1,90 metros -mide 1,87 metros- impone. La cara se ajusta más a su edad, trece años, pero su forma de hablar y de pensar lo sitúan de nuevo por encima de ese DNI. Parece muy maduro. «Hay que serlo, para montarse en una aventura así», responde él con una simple sonrisa. Eso que tiene ganado, porque lo primero para triunfar en el fútbol, incluso siendo un portero con madera de armario empotrado, es tener la cabeza amueblada.
Ángel de la Calzada forma parte de una generación con mimbres para dar muchas alegrías al fútbol jienense. Es ex compañero de Cámara, ahora en el Villarreal o de Sergio Ortega y Carlos Garrido, en el Sevilla. Él ha elegido el camino contrario, el Betis. Los médicos del club sevillano lo han examinado y no ha completado ni de lejos su desarrollo: tiene que crecer más.
Le echaron el ojo en el escaparate del campeonato de selecciones provinciales, en Cádiz este pasado uno de marzo y lleva dos partidos oficiales y tres amistosos. Tiene un acuerdo para la próxima temporada y en agosto se incorporará de lleno al equipo verdiblanco. «Hasta ahora viajaba los viernes y estaba allí los fines de semana, en la residencia Los Bermejales. Allí viven los que vienen de fuera. De mi edad ahora mismo sólo hay otro chaval de Almería, el resto de jugadores son del Betis de División de Honor, del juvenil, más grandes», explica.
«No es un lujo»
El Betis tiene un convenio con esta residencia universitaria, que no obstante tiene un trato especial con los futbolistas. Por ejemplo, junto al menú del día ofrecido en general, un endocrino prepara una dieta adaptada a su crecimiento y las necesidades energéticas de cada uno. «No es que sea un lujo, pero está todo bastante bien, con tu comedor, tu habitación individual si la pides, te la arreglan y la lavandería se lleva la ropa y te la devuelve limpia», apostilla.
Esa es y será su rutina, no tan diferente de la que llevaba en Jaén. Por la mañana colegio, por la tarde, tres días de entrenamiento y uno especial, de porteros, en el campo del Benacazón, más el partido. «Deberíamos estar entrenando en la ciudad deportiva, pero están poniendo césped artificial», indica.
A partir de agosto tendrá además un sueldo, «una ayuda más bien», matiza, para sus pequeños gastos. No llega a los 150 euros, pero teniendo en cuenta que no paga alojamiento ni comida no está mal.
Los clubes ven en la captura de jóvenes promesas una forma de ahorrar en futuros cracks y de lograr el llamado amor a los colores, aunque uno no sea de la tierra. «Yo antes de todo esto decía que el mejor era el Sevilla», reconoce entre risas. «Pero ya no», añade rápidamente, por si acaso. Reconoce que le da «respeto» todo lo que está viviendo y lo que se va a encontrar. También a esto da respuesta el club. «Tienen un equipo de psicólogos que van a vernos en los partidos y hablan con los que somos de fuera», informa. «Nos preguntamos cómo estamos, qué echamos de menos, si necesitamos algo...», afirma.
Desde Jaén también recibe apoyos. Rubén Guerrero, el segundo portero ya del Real Jaén, le aconseja. «Fue mi entrenador cuando estaba en la Peña. Me ha dicho que vaya tranquilo, que fallaré seguro, pero que lo importante ahora es que aprenda», indica. «Y en eso estoy».
No es de Casillas
Sorprende que el ídolo del jienense no sea Casillas, sino el que fue su suplente. «El mejor portero de la liga es Diego López. No digo que Casillas no sea bueno, es muy efectivo, pero me gusta más el otro. También Van der Sar. Los dos se parecen un poco a mí», añade.
Cualidades tiene, pero para llegar la lista es mucho más larga. «Quiero seguir estudiando. Lo que tengo claro es que tendrá que ver con el deporte, medicina deportiva o algo así», apostilla. Todavía no ha conocido a Doblas su referente del primer equipo, pero le han dicho que lo conocerá pronto.
Antes, este fin de semana, volverá para jugar los cuartos de la Campeonato de Andalucía de clubes ante Córdoba, tras eliminar al Cádiz por 0-1. Ahí va, sin encajar ni un tanto, tras la estela de internacionales como Juanito o Joaquín, detrás de un sueño que le está haciendo madurar a la velocidad en que ha pegado el estirón.
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