Andaba el Betis este año más perdido que Marco en el día de la madre. Con una plantilla hecha a parches y jugadores que, en el mejor de los casos, deberían tener una orden de alejamiento de cualquier estadio donde se practicase fútbol. Y ayer, a las 21:30, se le veían todas las vergüenzas.
Pero entonces, cuando todo estaba perdido, ocurrió el milagro, ese algo mágico e inexplicable conocido como GOL DEL BETIS, en el que un tipo que no sabe ni darle la pelota, con el tiempo cumplido, lanzó un zapatazo, se le pasó a un delantero centro que no llegó por poco (como siempre) y fue a parar enfrente de Juanma...
Y entonces ocurrió: Un millón de corazones verdiblancos latiendo al unísono empujaron al jugador bético, (mera herramienta de un poder superior) para alojar el balón en el fondo de las mallas dándole vida a un equipo que parecía más muerto que Chanquete.
Y parecía muerto porque este Betis está MALITO. Tiene una enfermedad gorda, completamente enquistada, que le está absorbiendo la vida a chorros, y aunque parece que la extirpación ya ha sido decidida por los médicos, la rehabilitación, si la operación saliese bien (ojalá) va a ser larga y dolorosa.
Pero nunca debería asustarnos, somos un millón de linfocitos verdes que podemos poner en pie al semi-muerto siempre que queramos, como ha quedado demostrado. Pero no dejemos que la enfermedad siga campando en nuestro cuerpo, no luchemos a corto plazo, por un poco de morfina que engañe nuestros sentidos y nos haga librarnos del dolor, luchemos por un BETIS LIBRE SIEMPRE. Ahora más que nunca, marquemos goles en el campo y contra la enfermedad.
[CENTER]Porque el eterno Fénix verde resurgirá de sus cenizas, como siempre, pero hasta que no acabemos con la enfermedad, tendrá las alas encadenadas. Y nadie puede volar así.[/CENTER]
Pero entonces, cuando todo estaba perdido, ocurrió el milagro, ese algo mágico e inexplicable conocido como GOL DEL BETIS, en el que un tipo que no sabe ni darle la pelota, con el tiempo cumplido, lanzó un zapatazo, se le pasó a un delantero centro que no llegó por poco (como siempre) y fue a parar enfrente de Juanma...
Y entonces ocurrió: Un millón de corazones verdiblancos latiendo al unísono empujaron al jugador bético, (mera herramienta de un poder superior) para alojar el balón en el fondo de las mallas dándole vida a un equipo que parecía más muerto que Chanquete.
Y parecía muerto porque este Betis está MALITO. Tiene una enfermedad gorda, completamente enquistada, que le está absorbiendo la vida a chorros, y aunque parece que la extirpación ya ha sido decidida por los médicos, la rehabilitación, si la operación saliese bien (ojalá) va a ser larga y dolorosa.
Pero nunca debería asustarnos, somos un millón de linfocitos verdes que podemos poner en pie al semi-muerto siempre que queramos, como ha quedado demostrado. Pero no dejemos que la enfermedad siga campando en nuestro cuerpo, no luchemos a corto plazo, por un poco de morfina que engañe nuestros sentidos y nos haga librarnos del dolor, luchemos por un BETIS LIBRE SIEMPRE. Ahora más que nunca, marquemos goles en el campo y contra la enfermedad.
[CENTER]Porque el eterno Fénix verde resurgirá de sus cenizas, como siempre, pero hasta que no acabemos con la enfermedad, tendrá las alas encadenadas. Y nadie puede volar así.[/CENTER]