Respuesta: - No me callareis -
Tu lucha,es la lucha del 90% del Beticisimo.No estás sola,estamos contigo.
Un saludo
Originalmente publicado por betica forever
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No soy muy dada a meterme en asuntos de este calibre, pero la impotencia, y sobre todo el orgullo y mi beticismo me hacen dar este paso al frente.
Mis excusas hacia aquellos lectores que se sientan identificado con lo que aquí se va a criticar desde el respeto, o con aquellos que piensen que me equivoco. Prefiero equivocarme con la cabeza bien alta, que equivocarme y luego no poder levantarla.
Me pongo en situación. Domingo día 7 de marzo, 2ª parte del partido Real Betis – Rayo Vallecano de Madrid. Desde la grada de gol norte empieza a entonarse un clamoroso “Lopera vete ya”, ese que tantas veces hemos repetido y que aún nos queda por repetir. En el mismo momento que el cántico llega a mis oídos, alzo la voz y lo grito con todas mis fuerzas, acompañada por mi novio y mi hermano, entre algunas voces más perdidas por la grada. Puede decirse que lo canté como si fuese la última vez que lo haría.
Todo marcharía dentro de lo normal, si no es por los tres protagonistas a los que voy a dedicarles estas sinceras y respetuosas palabras cargadas del beticismo que llevo en vena desde hace 24 años. A ustedes tres, compañeros de grada, de sufrimiento y de escudo… Valga por todos aquellos que repitan lo que voy a contar en cualquier punto de nuestra casa verdiblanca y fuera de ella.
Tras entonar con todas mis ganas ese cántico, un señor… sí, supongo que será señor… se vuelve hacia atrás, mirándome, mirándonos, supongo que yo por estar en el centro me dirigiría a mí todas las miradas. Comenzó a increpar, a señalarnos con el dedo, a lanzarnos miradas… Acto seguido, una señora… sí, supongo que señora… lo acompañó en sus “educados” actos. La cosa no termina aquí, cuando otro señor… sí, supongo que será señor… hace el mismo conjunto de gestos.
Desde aquí, desde donde tengo voz y aclamo mi beticismo por los cuatro costados, y también desde mi asiento en el 1er anfiteatro de fondo os repito: NO ME VAIS A CALLAR. NI USTEDES, NI NADIE. JAMÁS CALLAREIS MIS GRITOS, PORQUE A CADA IMPROPERIO VOLVERÉ A GRITAR MÁS FUERTE. PAGO MI CARNET, Y POR ENCIMA DE ESO SOY BÉTICA, TENGO VOZ Y VOTO, TENGO DERECHO Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN, Y COMO TAL HARÉ USO DE ELLA CADA VEZ QUE CONSIDERE OPORTUNO QUE TENGO QUE HACERLO.
Pero por encima del Betis y el sentimiento verdiblanco, sí por encima, existe un valor que parece perdido hoy día: el respeto y la educación. Son valores que se nos achacan a la juventud como insuficientes, o a veces desaparecidos, pues con el doble de edad que yo habéis mostrado en el espejo que desgraciadamente nos miramos muchos jóvenes.
Libertad de expresión, esa por la que tanto se luchó hace años, y como tal es un deber y un derecho emplearla. Respeto y educación, valores que no están reñidos con la edad y que su ausencia no se justifica con nada. Beticismo, lucha por lo que creo importante y en lo que creo.
No me callareis: ¡LOPERA VETE YA!
Mis excusas hacia aquellos lectores que se sientan identificado con lo que aquí se va a criticar desde el respeto, o con aquellos que piensen que me equivoco. Prefiero equivocarme con la cabeza bien alta, que equivocarme y luego no poder levantarla.
Me pongo en situación. Domingo día 7 de marzo, 2ª parte del partido Real Betis – Rayo Vallecano de Madrid. Desde la grada de gol norte empieza a entonarse un clamoroso “Lopera vete ya”, ese que tantas veces hemos repetido y que aún nos queda por repetir. En el mismo momento que el cántico llega a mis oídos, alzo la voz y lo grito con todas mis fuerzas, acompañada por mi novio y mi hermano, entre algunas voces más perdidas por la grada. Puede decirse que lo canté como si fuese la última vez que lo haría.
Todo marcharía dentro de lo normal, si no es por los tres protagonistas a los que voy a dedicarles estas sinceras y respetuosas palabras cargadas del beticismo que llevo en vena desde hace 24 años. A ustedes tres, compañeros de grada, de sufrimiento y de escudo… Valga por todos aquellos que repitan lo que voy a contar en cualquier punto de nuestra casa verdiblanca y fuera de ella.
Tras entonar con todas mis ganas ese cántico, un señor… sí, supongo que será señor… se vuelve hacia atrás, mirándome, mirándonos, supongo que yo por estar en el centro me dirigiría a mí todas las miradas. Comenzó a increpar, a señalarnos con el dedo, a lanzarnos miradas… Acto seguido, una señora… sí, supongo que señora… lo acompañó en sus “educados” actos. La cosa no termina aquí, cuando otro señor… sí, supongo que será señor… hace el mismo conjunto de gestos.
Desde aquí, desde donde tengo voz y aclamo mi beticismo por los cuatro costados, y también desde mi asiento en el 1er anfiteatro de fondo os repito: NO ME VAIS A CALLAR. NI USTEDES, NI NADIE. JAMÁS CALLAREIS MIS GRITOS, PORQUE A CADA IMPROPERIO VOLVERÉ A GRITAR MÁS FUERTE. PAGO MI CARNET, Y POR ENCIMA DE ESO SOY BÉTICA, TENGO VOZ Y VOTO, TENGO DERECHO Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN, Y COMO TAL HARÉ USO DE ELLA CADA VEZ QUE CONSIDERE OPORTUNO QUE TENGO QUE HACERLO.
Pero por encima del Betis y el sentimiento verdiblanco, sí por encima, existe un valor que parece perdido hoy día: el respeto y la educación. Son valores que se nos achacan a la juventud como insuficientes, o a veces desaparecidos, pues con el doble de edad que yo habéis mostrado en el espejo que desgraciadamente nos miramos muchos jóvenes.
Libertad de expresión, esa por la que tanto se luchó hace años, y como tal es un deber y un derecho emplearla. Respeto y educación, valores que no están reñidos con la edad y que su ausencia no se justifica con nada. Beticismo, lucha por lo que creo importante y en lo que creo.
No me callareis: ¡LOPERA VETE YA!
Un saludo
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