Entre los cientos de anécdotas que todos los partidos se producen en nuestro campo, el sábado me llamó la atención una... que paso a contar...
Una chica se movía arriba y abajo desde fondo con el móvil en la oreja y haciendo aspavientos para llamar la atención de alguien en gol norte... Allá que chillaba y movía la mano (aquí, no me ves??? aquí) y se iba moviendo poco a poco al límite de gol norte y fondo con el móvil en la oreja... Ya no le presté más atención, salvo que en una de esas miradas que se echan para los lados... La volví a ver, junto con el chico que estaba al otro lado del teléfono, teniendo la llamada de móvil más cercana que veré nunca.
Un buen rato se llevaron hablando de sus cosas, como si uno estuviese en Rota y la otra en Mazagón.
Una chica se movía arriba y abajo desde fondo con el móvil en la oreja y haciendo aspavientos para llamar la atención de alguien en gol norte... Allá que chillaba y movía la mano (aquí, no me ves??? aquí) y se iba moviendo poco a poco al límite de gol norte y fondo con el móvil en la oreja... Ya no le presté más atención, salvo que en una de esas miradas que se echan para los lados... La volví a ver, junto con el chico que estaba al otro lado del teléfono, teniendo la llamada de móvil más cercana que veré nunca.
Un buen rato se llevaron hablando de sus cosas, como si uno estuviese en Rota y la otra en Mazagón.
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