Está claro que cuando el Betis gana la vida es más hermosa, así de simple... y más cuando se gana a quien se gana y donde se gana (muy merecidamente por cierto).
Este partido me ha recordado al que hace varios meses jugaron España e Italia en la Eurocopa. Ese día la victoria significó muchísimas cosas en positivo, pero sobre todo supuso la ruptura de una auténtica maldición en la que sobre todo creíamos los propios aficionados españoles. Todo un cambio de mentalidad que paso de la mediocridad a la ganadora. Una vez conseguido el triunfo ante los italianos nadie podía pararnos, el destino se había reconciliado con España y sólo tocaba ser campeones. No quiero decir con esto que ahora el Betis va a empezar a ganar y se va a acabar metiendo en Champions (ojalá), pero si que es posible que se haya acabado un ciclo duro, muy duro. Demasiado duro.
Ojalá este equipo ahora recupere la ilusión, la fuerza, las ganas y volvamos a sentir un Betis muy vivo y no tan mortecino como en los últimos años. Ojalá también que por muy felices que hoy nos sintamos (un día grande sin duda), no olvidemos que los ciclos no se dan por casualidades ni por suerte, sino que se hacen por aquellos que forman parte de ellos, y que este ciclo tan crudo que nos está tocando vivir tiene unos responsables en Lopera y su banda y unos cómplices en esos buenos aficionados a un sentimiento que hoy brilla tanto como el Real Betis Balompié.
Por un Betis grande y moderno, por otro Betis que no se conforma con una victoria en terreno palangana.
PORQUE UN BETIS MEJOR ES POSIBLE
Este partido me ha recordado al que hace varios meses jugaron España e Italia en la Eurocopa. Ese día la victoria significó muchísimas cosas en positivo, pero sobre todo supuso la ruptura de una auténtica maldición en la que sobre todo creíamos los propios aficionados españoles. Todo un cambio de mentalidad que paso de la mediocridad a la ganadora. Una vez conseguido el triunfo ante los italianos nadie podía pararnos, el destino se había reconciliado con España y sólo tocaba ser campeones. No quiero decir con esto que ahora el Betis va a empezar a ganar y se va a acabar metiendo en Champions (ojalá), pero si que es posible que se haya acabado un ciclo duro, muy duro. Demasiado duro.
Ojalá este equipo ahora recupere la ilusión, la fuerza, las ganas y volvamos a sentir un Betis muy vivo y no tan mortecino como en los últimos años. Ojalá también que por muy felices que hoy nos sintamos (un día grande sin duda), no olvidemos que los ciclos no se dan por casualidades ni por suerte, sino que se hacen por aquellos que forman parte de ellos, y que este ciclo tan crudo que nos está tocando vivir tiene unos responsables en Lopera y su banda y unos cómplices en esos buenos aficionados a un sentimiento que hoy brilla tanto como el Real Betis Balompié.
Por un Betis grande y moderno, por otro Betis que no se conforma con una victoria en terreno palangana.
PORQUE UN BETIS MEJOR ES POSIBLE
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