Yo es que hay cosas que entiendo y otras, por mucho que las quiera entender no hay manera.
Voy a tratar de explicarme...
Para mí una peña es siempre una extensión del Betis en un sitio en concreto, ya sea barrio, pueblo o ciudad. Esa extensión es como una extremidad más, en ella se ve representado el club y se potencia y trabaja por extender el beticismo de formas y maneras que sean propias de la peña o de su forma de entenderse con la localidad donde reside.
Una peña es, pues, un baluarte, un castillo del Betis allí donde esté, para defenderlo y para cuidarlo. Pero hasta ahí llega mi definición, más o menos medieval de una peña. Medieval por lo que implica tener ese castillo. A partir de ahí yo entiendo que la peña es un ente autónomo, con un fin más elevado, pero con un presente en el que su propia autonomía le haga hacer cosas que sin ser inherentes al Betis, siempre participe con él y de él.
Pero entiendo que las peñas deben también tener el sentido crítico que en toda casa haga que la exigencia lleve a la superación. En toda ciduad hay alguien que la gobierna, el alcalde, y hay otras personas que deciden agruparse para que lo más cercano sea cuidado o cuidarlo. Suelen llamarse asociaciones de vecinos y no tienen entre sus fines echar al alcalde, quieren que lo haga bien y si puede ser ayudarlo. Porque el fin de toda asociación es que su ciudad, por encima de su barrio, pero también su barrio, sea mejor para vivir.
Y además, estas asociaciones, se agrupan en federaciones para tener más fuerza, para unir recursos con los que ser un interlocutor ante el alcalde para que se consigan cosas, no para adularlo o rendirle homenajes sin sentido. Estas federaciones de asociaciones de vecinos consiguen exigiendo y negociando para que sus vecinos tengan calles asfaltadas, centros cívicos, zonas deportivas. Por supuesto en las negociaciones todos ceden y todos aportan, pues su bien es, sobre todo, el bien de la ciudad.
Las federaciones son totalmente independientes del alcalde, pues al mismo tiempo que apoyan la gestión cuando esté bien hecha la pueden recriminar, al mismo tiempo que consiguen para sus asociaciones y vecinos beneficios, aportan ideas e intentan imaginar unas mejoras que el alcalde puede llevar a la práctica si las cree beneficiosas para la ciudad. Y ese nivel de lealtad se basa en el trabajo codo con codo y en la confianza mutua, una confianza que viene de igual a igual y de pretensiones justas.
Pero lo que no entiendo es que si esa federación la gobierna un concejal que pone al frente de ella a quien crea oportuno, el concejal mirará primero por el interés del alcalde, y el interés del alcalde llevará una consecuencia directa, que mientras menos problemas den las asociaciones de vecinos menos problemas tendrá el alcalde. Así, las asociaciones, con una federación que no cumpla con su nivel de exigencia mínimo, que se perpetúe en un cargo en el que no haga nada le hará el juego al alcalde, pero perjudicará a la ciudad, que perderá ese elemento dinamizador que la propia independencia crea y la exigencia potencia.
Por último, sólo pido un poquito de imaginación, cambiad la palabra ciudad por la palabra BETIS.
Voy a tratar de explicarme...
Para mí una peña es siempre una extensión del Betis en un sitio en concreto, ya sea barrio, pueblo o ciudad. Esa extensión es como una extremidad más, en ella se ve representado el club y se potencia y trabaja por extender el beticismo de formas y maneras que sean propias de la peña o de su forma de entenderse con la localidad donde reside.
Una peña es, pues, un baluarte, un castillo del Betis allí donde esté, para defenderlo y para cuidarlo. Pero hasta ahí llega mi definición, más o menos medieval de una peña. Medieval por lo que implica tener ese castillo. A partir de ahí yo entiendo que la peña es un ente autónomo, con un fin más elevado, pero con un presente en el que su propia autonomía le haga hacer cosas que sin ser inherentes al Betis, siempre participe con él y de él.
Pero entiendo que las peñas deben también tener el sentido crítico que en toda casa haga que la exigencia lleve a la superación. En toda ciduad hay alguien que la gobierna, el alcalde, y hay otras personas que deciden agruparse para que lo más cercano sea cuidado o cuidarlo. Suelen llamarse asociaciones de vecinos y no tienen entre sus fines echar al alcalde, quieren que lo haga bien y si puede ser ayudarlo. Porque el fin de toda asociación es que su ciudad, por encima de su barrio, pero también su barrio, sea mejor para vivir.
Y además, estas asociaciones, se agrupan en federaciones para tener más fuerza, para unir recursos con los que ser un interlocutor ante el alcalde para que se consigan cosas, no para adularlo o rendirle homenajes sin sentido. Estas federaciones de asociaciones de vecinos consiguen exigiendo y negociando para que sus vecinos tengan calles asfaltadas, centros cívicos, zonas deportivas. Por supuesto en las negociaciones todos ceden y todos aportan, pues su bien es, sobre todo, el bien de la ciudad.
Las federaciones son totalmente independientes del alcalde, pues al mismo tiempo que apoyan la gestión cuando esté bien hecha la pueden recriminar, al mismo tiempo que consiguen para sus asociaciones y vecinos beneficios, aportan ideas e intentan imaginar unas mejoras que el alcalde puede llevar a la práctica si las cree beneficiosas para la ciudad. Y ese nivel de lealtad se basa en el trabajo codo con codo y en la confianza mutua, una confianza que viene de igual a igual y de pretensiones justas.
Pero lo que no entiendo es que si esa federación la gobierna un concejal que pone al frente de ella a quien crea oportuno, el concejal mirará primero por el interés del alcalde, y el interés del alcalde llevará una consecuencia directa, que mientras menos problemas den las asociaciones de vecinos menos problemas tendrá el alcalde. Así, las asociaciones, con una federación que no cumpla con su nivel de exigencia mínimo, que se perpetúe en un cargo en el que no haga nada le hará el juego al alcalde, pero perjudicará a la ciudad, que perderá ese elemento dinamizador que la propia independencia crea y la exigencia potencia.
Por último, sólo pido un poquito de imaginación, cambiad la palabra ciudad por la palabra BETIS.
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