Se levantó a eso de las ocho de la mañana, no podía dormir, los nervios invadían su pequeño cuerpo de seis años. Para Paula no era un día más, ni siquiera la noche de reyes se sentía tan nerviosa, y todo esto, toda esta intranquilidad llena de alegría tenía el origen en que hoy sería el primer día que ella visitaría , junto a su mamá y su papá, el campo de su equipo del alma, el campo del Glorioso, como escuchaba decir a su padre, o el de Heliópolis como le decía su abuela, y es que esa tarde Paula visitaría por primera vez en su corta vida el Benito Villamarín. La mañana se le hizo interminable, miraba y miraba su reloj , regalo de su abuelo, en el que se apreciaba dibujado el escudo del Betis que llevaba dentro los numeritos que parecía que estaban parados, que no avanzaban. Mientras el tiempo en vez de correr andaba, ella se dispuso delante del espejo , cogió su camiseta con el número 3, su bufanda y su gorra y así fue a comer, aunque su madre le insistió en que se quitara al menos la bufanda para comer, ella negaba con la cabeza, en ese instante una carcajada llena de orgullo se les escapó a sus padres, esa niña que almorzaba con todos los atuendos béticos era su hija y eso era muy grande. Por fin llegó la hora de partir al santuario bético, por la ventanilla del coche observaba como otros coches iban con banderas y bufandas y tocando el claxon a su paso, Paula los miraba y les saludaba, no sabía muy bien describir lo que sentía pero simplemente le gustaba ese sentimineto de hermanos. Llegaron al estadio, era más grande que por la tele, era enorme para Paula, mientras caminaba hacia la entrada a hombros de su padre y con la mano cogida de su madre, se les saltaban las lágrimas al ver tanto verde y tan bonito "¿Por qué lloras Paula?" le preguntó su madre asustada por si le había pasado algo "No sé mamá, es que de repente se me han puesto los pelos de punta y no sé mamá, que estoy llorando ¿eso es malo mamá?" al oir tal respuesta de su hija, la madre no pudo reprimir también soltar unas lágrimas y su padre gritó un "!!Olé mi niña!!, eso que va a ser malo miarma, eso es lo mejó del mundo cariño".

Esto es algo ficticio pero que pasa todos los domingos en heliópolis.