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El Emigrante

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  • El Emigrante

    Bueno en la pagina web de la coordinadora de peñas beticas de cataluña www.betiscatalunya.tk# podreis leer un peazo de relato que nos hizo ese gran amigo, y gran forero que es RECONTRA, me gustaria que lo leyeseis y lo comentarais por aqui, ademas asi de paso le dais un ojo a la pagina que seguro que la teneis olvidada.

    un saludo

    PAZZO

  • #2
    Re: El Emigrante

    Precioso texto, se me han saltado las lagrimas.

    Comentario


    • #3
      Re: El Emigrante

      Bueno veo que ya ha sido publicado...

      En fin, que decir de este texto, que muchisimas gracias por el texto y por la dedicatoria, efectivamente yo se porqué es y no sabes cuanto me ha llegado Recontra... gracias de corazon.

      Oscar

      Comentario


      • #4
        Re: El Emigrante

        Gracias a quien inspira estos relatos, nada más. Y gracias a aquellos que lejos de lugar más sagrado, situado en Heliópolis, se levantan cada mañana mirando a su Meca particular. Y sin verlo, lo ven, El Campo del Real Betis Balompié.

        Comentario


        • #5
          Re: El Emigrante

          plas plas plas sin palabras RECONTRA, como todo lo que escribes de 10 que mejor manera corta y concisa de esplicar nuestro beticismo en la distancia

          PAZZO

          Comentario


          • #6
            Re: El Emigrante

            Grandísimo, grandísimo el Betis y los béticos, y los béticos que viven fuera de Sevilla, y el Beticismo, grandísimo, enorme, eterno...

            Comentario


            • #7
              Re: El Emigrante

              Comentario


              • #8
                Re: El Emigrante

                Qué bonito. Enhorabuena por escribir así y por emocionarme como lo has hecho!

                Comentario


                • #9
                  Re: El Emigrante




                  los pelos como escarpia maestroh.

                  Comentario


                  • #10
                    Re: El Emigrante

                    Y alguien duda que el Betis es algo más que un Club de fútbol, que es un sentimiento?
                    Nuevamente lagrimillas en los ojos, Grande Recontra, Grande Betis, Grandes todos Ustedes.

                    Comentario


                    • #11
                      Re: El Emigrante

                      El emigrante.

                      Cuántas veces, padre, me contaste cómo tuviste que coger aquella maleta de cartón de tu padre, hacer un hatillo con cuatro cosas que tu madre te preparó con cariño y dejaste atrás la Calle Llana que te vio nacer en esa Cazalla que llevas en el alma para venirte a esta tierra extraña del norte. Padre, cuántas veces oí de tu boca andaluza lo que lloraste, hecho todo un hombre, a cada traviesa que te alejaba de tu Sierra.

                      En la maleta iban dos mudas, el traje de los domingos y una esperanza de futuro que te negaban los campos maltrechos de esa tierra que no te pudo dar el pan pero que siempre la llevaste muy dentro. Padre, aquí conociste a la mama, a Monserrat, tu Monse. Y la conociste un domingo que ibas loco por buscar el autobús que te llevase a Sarriá, porque venía tu Betis a jugar con el Español. Te quedaste prendao nada más mirarla, hija de payeses, tenía unos ojos azul cielo que te cegaron. Tú, parco de palabras, sólo acertaste a balbucear "te espero el sábado que viene en la iglesia de Santa Eulalia, y saliste corriendo a trompicones.

                      Tu Betis perdió 3-0 ese partido, pero siempre era una fiesta cuando venía a Cataluña. Ese verde que con el blanco eran tu santo y seña incluso cuando ibas a trabajar a la SEAT de la Zona Franca que te consumió los años. Cuántos béticos saludabas al pasar. Juanito, ese Alcalareño guasón; Pepón, un marchenero de casta; Antonio, Toño para los amigos, que lloraba nada más escuchar hablar del Betis. Cuántas veces me contabas, Papa, lo que te costaba ahorrar para permitirte el lujo de ir al fútbol. Y también recuerdo lo orgulloso que a cualquiera le contabas que fue un cazallero el que trajo los colores verdiblancos al Betis.

                      Y la Mama te esperó al sábado siguiente, estaba preciosa, radiante, divertida con la proposición atropellada de ese buen mozo sevillano. Iba con las carabinas de turno, pero sólo tenía ojos para tí, Padre. Al poco os casasteis y os fuísteis a vivir a Santa Eulalia, un barrio de Hospitalet en el que vivían muchos emigrantes. Un barrio donde nací yo, Monserrat, tu hija. Y nací un 6 de marzo del 66, vine con 2 semanas de adelanto y a tí se te cruzó de nuevo tu Betis en la vida, pues habías bajado a Sarriá a ver a tu Betis en su visita al Español. Nada más empezar el partido Ansola metió un golazo y a tí te dió una sacudida el corazón. Era algo más que un gol de ese equipo que llevas tan dentro, y bien que lo comprobaste al llegar a casa, cuando venías mosca porque el Español, gracias a un medio centro llamado Aumedes, empató en el 82. Había mucho revuelo en el piso donde vivías. Entraste y la comadrona te miró mal, al mismo tiempo que en un catalán muy cerrado te dijo "Ha estat una nena".

                      Y a mí me llamaron la bética en el edificio... y en el barrio. Un vecino, natural de La Zarza, en Badajoz, me hizo de madera una doble B que le pusiste en la cuna y que yo conservo como un tesoro.

                      Seguías recibiendo a tu Betis cada vez que podías y te enzarzabas en mil discusiones de alineaciones y sueños en el Centro Andaluz, uno de tantos sitios que nacían de las ganas de sus gentes de no perder su identidad. No dejabas pasar un día sin pensar en volver a tu casa, a tu pueblo, a respirar el aire de la Sierra, a perderte buscando espárragos por los montes. Pero entendías que la Mama también tenía su casa. Así, como un niño, cada verano, arreabas con la familia y pasabas los mejores días del año durante esa quincena. Y en tu destierro hiciste una familia, y viste cómo se fueron tus padres allá a lo lejos, allá en Andalucía. Y conservaste la casa de tus padres, la trabajabas esos veranos para que la tuviésemos bonita y lucirla en las Fiestas de Nuestra Señora del Monte. Qué le gustaba a la Mama esa casita.

                      Yo crecí rodeada de cariño, pero también de todo lo que olía a Andalucía. No me perdí una feria de abril catalana, iba contigo a ver al Betis cada vez que subía y muchas veces cuando se acercaba a Cataluña. Y en uno de esos desplazamientos conocí a Jose, tu yerno, un murciano de Alcantarilla que se coló en el autobús de una peña culé de Murcia para ver a su Betis. Y me tocó en el corazón su mirada de despistado y las ganas de ver al Betis. A tí no te gustaba aquel peluso con una bufanda echa a mano, de lana, larga, larguísima. Y le ganamos al Barsa de Venables, 1-2. Rincón e Ito marcaron y Jose se abrazó tanto a mí que tú, Papa, casi le revientas la cabeza.

                      Se vino a la Llagosta conmigo y contigo, y tras tragarte tu mal humor fuiste el padrino de mi boda, y también el padrino de tu nieto, Jordi, que nada más nacer le hiciste el carné del Betis, y el de la peña tuvo que esperar pero se fundó, como cada peña que se han creado en Cataluña. Y debajo del batón del bautizo Jordi llevaba un escudito del Betis que el cura, Don Xavier, culé hasta la médula, aceptó a regañadientes.

                      Papa, Yayo, hoy estás en ese sillón y no me conoces, te cuento todo esto y no sabes que soy tu hija por esa enfermedad que se ha evaporado todos tus años, una enfermedad que te ha ido comiendo tus recuerdos, tu memoria. Hoy juega tu Betis en el campo del Betis, con el Barsa nada menos. Tu mirada perdida no recuerda todas las batallas que has presenciado, cuántas veces has visitado los campos donde tu Betis defendía tus colores. Hoy esos partidos son memoria hueca, triste destino. Papa, tu nieto se va a la peña, le hubiese gustado ir a Heliópolis, como la primera vez que fue contigo, cuando se gastó todo dinero que le dieron por la comunión, qué orgulloso estaba.

                      El nieto, con su camiseta del centenario, su bufanda, sus mil amuletos, salió de su habitación, y pasó al lado de su madre y su yayo, lo saludó como siempre, y el yayo, cuya mirada perdida se centró por un momento en su nieto dijo:

                      "...Éste es de los míos..."

                      Y volvió a perderse de nuevo en su vacío mundo, y el nieto, con las lágrimas en los ojos, bajó las escaleras de dos en dos, y fue buscando la peña, fue buscando un milagro para dedicárselo al Yayo. Y el milagro se produjo.

                      Esa noche, cuando el nieto acompañaba al Yayo a la cama, comprobó que iba más liviano, con una gran sonrisa en la cara. "Bona nit, Yayo" le dijo, y apagó la luz.

                      Dedicado a Pazzo, que me ha echado una mano y a Óscar, que él sabe por qué es.

                      Comentario


                      • #12
                        Re: El Emigrante

                        genial

                        Comentario


                        • #13
                          Re: El Emigrante

                          Que alguien escriba algo ahora si tiene cojoneh...

                          Comentario


                          • #14
                            Re: El Emigrante

                            Raulito...tantos iconos y salen la mitad xDD

                            Comentario


                            • #15
                              Re: El Emigrante

                              Simplemente genial, compañero.

                              Comentario

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