A ustedes, pandilla de cobardes con anillos histriónicos, pendientes ridículos y ropas tan caras como horteras. A ustedes, que no llevais ni un recuerdo de vuestro beticismo, supongo que en parte porque no vais al Betis, os colais en el Betis. A ustedes, que cobardes vais en grupos, medio drogados y desafiantes ante aquellos que tienen su abono o entrada, que creeis que todo os pertenece y no sois nada.
A ustedes, pandilla de estúpidos individuos que aprovechais que el pobre controlador de tornos no puede contener por un ridículo sueldo y una falta de medios vuestra nauseabunda marea, a ustedes me dirijo. A ustedes que amargais sí o sí a los que tienen la desgracia de tener asientos libres a su alrededor, que desentonais en los cánticos porque no cantais, buscais arrasar y sentiros por segundos importantes en vuestra miserable vida. Ayer volvisteis a demostrar que teneis distintas caras pero sois los mismos, que triste querer robar delante de las narices de todos los béticos a otros béticos. Ustedes, con vuestros collares de oro de 2 centímetros, con vuestras gorras raperas de serie numerada sobre cabezas vacías de valores. Ustedes os atreveis a enturviar la fiesta de los béticos desde la puerta hasta el final.
Cobardes, cobardes más que cobardes, que cuando os echan cara a vuestros desafíos de patio de colegio os pegais el piro. Buscais los débiles para tratar de esconder vuestra debilidad. Apareceis sólo en partidos donde ir mola, no vais a ver al Depor, ni al Levante, porque no vais a ver fútbol. Sois una vergüenza que estoy seguro que jamás pasareis de leer el primer párrafo porque quizá tengais olvidada la escuela. Sois carne de cañón, pobres timoratos con cuerpos de hombre, no tendreis días de gloria porque será difícil de recordar en los vaivenes de las drogas, no recordareis una mirada de cariño, ni siquiera vuestras gestas vergonzosas, sólo tendreis cuerpos derrotados que vagarán por las esquinas cuando dejen de soportar lo insoportable.
Cobardes pandilleros, ayer volvisteis a darnos la noche, supongo que será fácil colarse en el estadio al veros presumir como pavos por el móvil con los compañeros desgraciados desde distintas partes del campo. Yo os aborrezco, porque ni sois béticos, ni estais implicados, ni quereis nada que no sea lo mejor para vuestras orejas perforadas. Estais sentenciados.
No sé si habrá solución para este problema, pero quiero entender que sí que la hay, porque miles de béticos se merecen ver a su Betis sin que unos cuantos indeseables le amarguen el partido. Deben ponerse medios.
A ustedes, pandilla de estúpidos individuos que aprovechais que el pobre controlador de tornos no puede contener por un ridículo sueldo y una falta de medios vuestra nauseabunda marea, a ustedes me dirijo. A ustedes que amargais sí o sí a los que tienen la desgracia de tener asientos libres a su alrededor, que desentonais en los cánticos porque no cantais, buscais arrasar y sentiros por segundos importantes en vuestra miserable vida. Ayer volvisteis a demostrar que teneis distintas caras pero sois los mismos, que triste querer robar delante de las narices de todos los béticos a otros béticos. Ustedes, con vuestros collares de oro de 2 centímetros, con vuestras gorras raperas de serie numerada sobre cabezas vacías de valores. Ustedes os atreveis a enturviar la fiesta de los béticos desde la puerta hasta el final.
Cobardes, cobardes más que cobardes, que cuando os echan cara a vuestros desafíos de patio de colegio os pegais el piro. Buscais los débiles para tratar de esconder vuestra debilidad. Apareceis sólo en partidos donde ir mola, no vais a ver al Depor, ni al Levante, porque no vais a ver fútbol. Sois una vergüenza que estoy seguro que jamás pasareis de leer el primer párrafo porque quizá tengais olvidada la escuela. Sois carne de cañón, pobres timoratos con cuerpos de hombre, no tendreis días de gloria porque será difícil de recordar en los vaivenes de las drogas, no recordareis una mirada de cariño, ni siquiera vuestras gestas vergonzosas, sólo tendreis cuerpos derrotados que vagarán por las esquinas cuando dejen de soportar lo insoportable.
Cobardes pandilleros, ayer volvisteis a darnos la noche, supongo que será fácil colarse en el estadio al veros presumir como pavos por el móvil con los compañeros desgraciados desde distintas partes del campo. Yo os aborrezco, porque ni sois béticos, ni estais implicados, ni quereis nada que no sea lo mejor para vuestras orejas perforadas. Estais sentenciados.
No sé si habrá solución para este problema, pero quiero entender que sí que la hay, porque miles de béticos se merecen ver a su Betis sin que unos cuantos indeseables le amarguen el partido. Deben ponerse medios.
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