Ahora que está de moda Islandia y su futbol, me ha venido a la memoria nuestro Gudjonsson, jugador que militó en nuestras filas hace más de 15 años. Torrecilla podría pobrar a traer a uno de los heroes de Francia.
Os dejo un artículo de hace unos años de la revista manquepierda:
Estampas Verdiblancas; Hoy, Gudjonsson
Publicado el 01 Jun 2012
Gudjonsson llegó al Betis entre el escepticismo por el desconocimiento y la esperanza de que fuera un diamante en bruto. Desgraciadamente y pese a sus esfuerzo, en Heliópolis fue lo primero
Llevamos escasamente dos semanas sin fútbol en Primera División pero el mercado de fichajes está siendo de los más vivos de los últimos tiempos. Rumores, declaraciones pretenciosas, órdagos a la grande…En fin, lo de todos los veranos pero con más movimiento. Por eso me ha venido a la mente un fichaje que pretendía ser una revolución en el Real Betis. Uno de aquellos intentos de Manuel Ruiz de Lopera de dar la campanada con un futbolista, joven, desconocido y que apuntara alto. Hubo muchos, pero entre ellos, hoy destacamos a Gudjonsson. Jóhannes Karl Guðjónsson (Akkranes, Islandia, 1980) llegó al Betis de la mano de Juande Ramos, en la temporada 2000/01. Vino porque algún ojeador de La Palmera vería que el chaval, con 20 añitos, venía de cuajar un buen año con el casi impronunciable RKC Waalwijk holandés. Sus números hacían pensar que podría tratarse de un diamante por pulir: 35 partidos, 6 goles. Buenos registros para un centrocampista con vocación atacante. Además había jugado en la liga belga. Esta fue la pose que lució Gudjonsson en la temporada 2001-02 de Colecciones Este. Parece decir "aquí estoy yo porque he venido"
Estos factores le llevaron al Betis por cerca de 4,5 millones de euros y cuatro años. El contrato estándar de la Era Lopera. Todo lo exótico que resultaba tener a un islandés en Sevilla, lo transmitía el cromo de Gudjonsson. ‘Joey’, apareció en Colecciones Este con pose de tenerlo todo bajo control. No obstante, no transmitía chulería sino seguridad. Pero esa seguridad se quedó tan sólo en una sensación en formato 6×7,5 cm. Aunque su punto fuerte eran la velocidad y el disparo lejano, no tardó en calentar banquillo. Cinco encuentros de titular y seis como suplente, demostraron que la Liga Española era mucha tela, por mucho que ésta le hubiera llevado a la Selección de Islandia. El cromo de Gudjonsson decía a gritos “soy islandés, frío como el hielo”. Sin embargo, en las pocas ocasiones que jugó en el Betis, el jugador de carne y hueso mostró muchas ganas, esfuerzo y temperamento. Quería triunfar en España, pero no pudo ser. En el Aston Villa marcó algún que otro gol, pero tampoco destacó lo suficiente para quedarse
El Betis acabó octavo, y como las cuentas salieron bien, Lopera mantuvo a Gudjonsson en el equipo. Sin embargo, en el curso 2002/03, ‘Joey’ jugó menos que Calado, que ya era decir, y el club le sometió a una serie de cesiones infructuosas: al Aston Villa y al Wolverhampton. No sabemos si fue la competencia de aquel año, con Joaquín, Arzu, Capi, y Assunçao, la que remató al islandés. El caso es que tras salir del Betis con la carta de libertad, recuperó su fútbol en el Leicester City, pero su cambio de aires al AZ Alkmaar le bajó otra vez de la nube. Conseguir a Gudjonsson en las plazas o en los recreos era muy fácil. Aparte de que salía cada dos por tres en los sobres de cromos, nunca tuvo caché entre las estampas. Y ya el segundo año, se vio ensombrecido por el interés infantil que tenía la chiquillería en Joaquín, Juanito… Aún hoy, a sus 32 primaveras, sigue pateando balones. Juega para el equipo de su ciudad natal, el IA Akkranes, donde muy probablemente se retirará. Para Islandia ha sido una figura del fútbol. Para el resto, tan sólo un futbolista que apuntaba a estrella y que nunca lo fue.
Os dejo un artículo de hace unos años de la revista manquepierda:
Estampas Verdiblancas; Hoy, Gudjonsson
Publicado el 01 Jun 2012
Gudjonsson llegó al Betis entre el escepticismo por el desconocimiento y la esperanza de que fuera un diamante en bruto. Desgraciadamente y pese a sus esfuerzo, en Heliópolis fue lo primero
Llevamos escasamente dos semanas sin fútbol en Primera División pero el mercado de fichajes está siendo de los más vivos de los últimos tiempos. Rumores, declaraciones pretenciosas, órdagos a la grande…En fin, lo de todos los veranos pero con más movimiento. Por eso me ha venido a la mente un fichaje que pretendía ser una revolución en el Real Betis. Uno de aquellos intentos de Manuel Ruiz de Lopera de dar la campanada con un futbolista, joven, desconocido y que apuntara alto. Hubo muchos, pero entre ellos, hoy destacamos a Gudjonsson. Jóhannes Karl Guðjónsson (Akkranes, Islandia, 1980) llegó al Betis de la mano de Juande Ramos, en la temporada 2000/01. Vino porque algún ojeador de La Palmera vería que el chaval, con 20 añitos, venía de cuajar un buen año con el casi impronunciable RKC Waalwijk holandés. Sus números hacían pensar que podría tratarse de un diamante por pulir: 35 partidos, 6 goles. Buenos registros para un centrocampista con vocación atacante. Además había jugado en la liga belga. Esta fue la pose que lució Gudjonsson en la temporada 2001-02 de Colecciones Este. Parece decir "aquí estoy yo porque he venido"
Estos factores le llevaron al Betis por cerca de 4,5 millones de euros y cuatro años. El contrato estándar de la Era Lopera. Todo lo exótico que resultaba tener a un islandés en Sevilla, lo transmitía el cromo de Gudjonsson. ‘Joey’, apareció en Colecciones Este con pose de tenerlo todo bajo control. No obstante, no transmitía chulería sino seguridad. Pero esa seguridad se quedó tan sólo en una sensación en formato 6×7,5 cm. Aunque su punto fuerte eran la velocidad y el disparo lejano, no tardó en calentar banquillo. Cinco encuentros de titular y seis como suplente, demostraron que la Liga Española era mucha tela, por mucho que ésta le hubiera llevado a la Selección de Islandia. El cromo de Gudjonsson decía a gritos “soy islandés, frío como el hielo”. Sin embargo, en las pocas ocasiones que jugó en el Betis, el jugador de carne y hueso mostró muchas ganas, esfuerzo y temperamento. Quería triunfar en España, pero no pudo ser. En el Aston Villa marcó algún que otro gol, pero tampoco destacó lo suficiente para quedarse
El Betis acabó octavo, y como las cuentas salieron bien, Lopera mantuvo a Gudjonsson en el equipo. Sin embargo, en el curso 2002/03, ‘Joey’ jugó menos que Calado, que ya era decir, y el club le sometió a una serie de cesiones infructuosas: al Aston Villa y al Wolverhampton. No sabemos si fue la competencia de aquel año, con Joaquín, Arzu, Capi, y Assunçao, la que remató al islandés. El caso es que tras salir del Betis con la carta de libertad, recuperó su fútbol en el Leicester City, pero su cambio de aires al AZ Alkmaar le bajó otra vez de la nube. Conseguir a Gudjonsson en las plazas o en los recreos era muy fácil. Aparte de que salía cada dos por tres en los sobres de cromos, nunca tuvo caché entre las estampas. Y ya el segundo año, se vio ensombrecido por el interés infantil que tenía la chiquillería en Joaquín, Juanito… Aún hoy, a sus 32 primaveras, sigue pateando balones. Juega para el equipo de su ciudad natal, el IA Akkranes, donde muy probablemente se retirará. Para Islandia ha sido una figura del fútbol. Para el resto, tan sólo un futbolista que apuntaba a estrella y que nunca lo fue.
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