Otra noche humillante para nosotros, los béticos. Otra noche que nuestra pasión queda rota por una imagen vergonzosa. Otra vez nuestros colores mezclados con lágrimas de impotencia. Otra vez nuestro escudo maltratado y pisoteado en la otra acera. Otra vez.
Yo no me hice bético, yo nací bético, herencia familiar, filosofía de vida, un amor de los de verdad, de los que no se pueden cambiar por otra más guapa o atractiva, se lleva en el adn, se vive durante 365 días al año desde que naces hasta que mueres. Un bético jamás debe agachar la cabeza, ni sentir vergüenza por muy mal que nos vaya, no debemos pedir perdón por ser como somos, al revés, debemos sentirnos orgullosos por seguir defendiendo y llevando unos colores que nos dejaron nuestros padres, nuestros abuelos... Mi abuelo.
Cuantas batallitas me contó, y yo deseando escuchar una tras otra, admirando la grandeza de aquel que no tenía pero lo daba todo. O mi padre contándome partidos míticos como aquel del 77 donde en el tren se cantaba "con entrada o sin entrada nos veremos en las gradas".
Hoy nuevamente todo eso queda manchado, ultrajado por aquellos que nos odian, pero sobre todo manchado y arrastrado por aquellos que nos representan y trabajan por el Betis.
No agachen la cabeza señores, que con nosotros no ha podido ni podrá nadie.
Que se lo hagan mirar los que gobiernan nuestro club, los que cobran en nuestro club, los que juegan en nuestro Real Betis Balompié. Ellos son los que deben agachar la cabeza, no son dignos de representarnos. Ellos son los que tienen que pedir perdón por tantas y tantas humillaciones. Que se lo hagan mirar y que trabajen de una santa vez por algo que a día de hoy les viene muy grande, tan grande como nuestra pasión por estos colores y este escudo. Pero nosotros...
Nosotros no debemos agachar la cabeza. No lo hicieron los que se fueron al cuarto anillo, no lo hagamos nosotros.
Manquepierda es levantarse contra la adversidad.
Yo no me hice bético, yo nací bético, herencia familiar, filosofía de vida, un amor de los de verdad, de los que no se pueden cambiar por otra más guapa o atractiva, se lleva en el adn, se vive durante 365 días al año desde que naces hasta que mueres. Un bético jamás debe agachar la cabeza, ni sentir vergüenza por muy mal que nos vaya, no debemos pedir perdón por ser como somos, al revés, debemos sentirnos orgullosos por seguir defendiendo y llevando unos colores que nos dejaron nuestros padres, nuestros abuelos... Mi abuelo.
Cuantas batallitas me contó, y yo deseando escuchar una tras otra, admirando la grandeza de aquel que no tenía pero lo daba todo. O mi padre contándome partidos míticos como aquel del 77 donde en el tren se cantaba "con entrada o sin entrada nos veremos en las gradas".
Hoy nuevamente todo eso queda manchado, ultrajado por aquellos que nos odian, pero sobre todo manchado y arrastrado por aquellos que nos representan y trabajan por el Betis.
No agachen la cabeza señores, que con nosotros no ha podido ni podrá nadie.
Que se lo hagan mirar los que gobiernan nuestro club, los que cobran en nuestro club, los que juegan en nuestro Real Betis Balompié. Ellos son los que deben agachar la cabeza, no son dignos de representarnos. Ellos son los que tienen que pedir perdón por tantas y tantas humillaciones. Que se lo hagan mirar y que trabajen de una santa vez por algo que a día de hoy les viene muy grande, tan grande como nuestra pasión por estos colores y este escudo. Pero nosotros...
Nosotros no debemos agachar la cabeza. No lo hicieron los que se fueron al cuarto anillo, no lo hagamos nosotros.
Manquepierda es levantarse contra la adversidad.
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