Tengo un amigo al que llevo en mi corazón desde que nací. Me crié con él, crecí junto a él y cuando iba a verlo, una vez a la semana, sentía más ilusión que la noche de Reyes. Yo no era más que un enano, pero en mis adentros sentía un cariño especial por ese amigo. Algo de lo que estaba, estoy y estaré siempre orgulloso.
No mucho después de cumplir mi primera decena de edad, ese amigo me hizo el segundo mejor regalo de mi vida. Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Era el 11 junio de 2005.
Los años siguientes fueron peores. Nos peleábamos a menudo pero siempre nos reconciliábamos, porque yo no quería ni podía vivir sin él. En 2009 me dio un hachazo. Me dijo que se iba a otro sitio, un lugar que yo sabía que no era el suyo. Pero decidí irme con él. A los dos años volvimos a nuestro sitio de siempre.
Es 2014 y ese amigo está pasando por su peor momento en mucho tiempo. Está malherido y lleva meses advirtiéndome de que se va a volver a ir. Quedan unos días para su partida y yo ya tengo la maleta hecha para volver a irme con él. No voy a dejarlo solo. Y no sé cuánto tiempo estaremos lejos, pero volveremos.
Os preguntaréis por qué antes dije el segundo mejor regalo de mi vida. El primero me lo hizo mi padre al presentarme y enseñarme a querer a este amigo.
Te quiero Betis.
No mucho después de cumplir mi primera decena de edad, ese amigo me hizo el segundo mejor regalo de mi vida. Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Era el 11 junio de 2005.
Los años siguientes fueron peores. Nos peleábamos a menudo pero siempre nos reconciliábamos, porque yo no quería ni podía vivir sin él. En 2009 me dio un hachazo. Me dijo que se iba a otro sitio, un lugar que yo sabía que no era el suyo. Pero decidí irme con él. A los dos años volvimos a nuestro sitio de siempre.
Es 2014 y ese amigo está pasando por su peor momento en mucho tiempo. Está malherido y lleva meses advirtiéndome de que se va a volver a ir. Quedan unos días para su partida y yo ya tengo la maleta hecha para volver a irme con él. No voy a dejarlo solo. Y no sé cuánto tiempo estaremos lejos, pero volveremos.
Os preguntaréis por qué antes dije el segundo mejor regalo de mi vida. El primero me lo hizo mi padre al presentarme y enseñarme a querer a este amigo.
Te quiero Betis.
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