Señoras y señores, hoy les voy a ser sincero: este partido, esta tarde, a 13 de marzo de 2014, de aquí a dos horitas, es una auténtica puñalada trapera para el Real Betis Balompié SAD ¿quién ha visto, en que cabeza cabe, por amor de Diox, que nos toque jugar un derbi un jueves y otro más cuando el club se juega su futuro en la liga BBVA?
¿A quién, válganme los santos y las vírgenes, se le ocurrió jugar la tan rennombrada y requetenombrada copa Uefa de las ferias ligueras europeas? Si al menos nos hubiesen eliminado los rubines de kazaaaaan, ésos.
Pues no.
Vaya brete.
Y resulta que el eterno enemigo, aquel que lleva un tiempo apalizándonos, se presenta en el horizonte con el cuchillo en la boca y ganas de despellejarnos vivos. ¿Y qué ocurre? Pues lo increíble: Los corazones verdes se reverdecen, verde esperanza, verde Betis, ¿acaso hay otro verde? y esperan (ilógicamente, claro) que el púgil apaleado, con la rodilla en tierra, se levante y pelee... Ilusos. Permítanme decirle que eso no pasa nunca desde la última vez que pasó
-¿Y si pasa? Me preguntarán.
-¿Y si ocurre el milagro? Me inquirirán
-¿Qué milagro? Contestaré yo. ¿El "milagro" de que un Betis deshauciado, roto por el tiempo, los enemigos y sus propios males se levante contra todo pronóstico y luche como el equipo que nunca ha sido y siempre será? ¿Qué milagro sería ése?
Amoooooos, amos.
En fin, para no dilatarme más, sigan mi consejo:
En caso de apostar, nunca apuesten contra algo que no puede morir.
Manque mañana... veremos.
¿A quién, válganme los santos y las vírgenes, se le ocurrió jugar la tan rennombrada y requetenombrada copa Uefa de las ferias ligueras europeas? Si al menos nos hubiesen eliminado los rubines de kazaaaaan, ésos.
Pues no.
Vaya brete.
Y resulta que el eterno enemigo, aquel que lleva un tiempo apalizándonos, se presenta en el horizonte con el cuchillo en la boca y ganas de despellejarnos vivos. ¿Y qué ocurre? Pues lo increíble: Los corazones verdes se reverdecen, verde esperanza, verde Betis, ¿acaso hay otro verde? y esperan (ilógicamente, claro) que el púgil apaleado, con la rodilla en tierra, se levante y pelee... Ilusos. Permítanme decirle que eso no pasa nunca desde la última vez que pasó
-¿Y si pasa? Me preguntarán.
-¿Y si ocurre el milagro? Me inquirirán
-¿Qué milagro? Contestaré yo. ¿El "milagro" de que un Betis deshauciado, roto por el tiempo, los enemigos y sus propios males se levante contra todo pronóstico y luche como el equipo que nunca ha sido y siempre será? ¿Qué milagro sería ése?
Amoooooos, amos.
En fin, para no dilatarme más, sigan mi consejo:
En caso de apostar, nunca apuesten contra algo que no puede morir.
Manque mañana... veremos.
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