Esa sensación de vacío por dentro.
Esa sensación de que ojalá hoy mismo fuera el Betis-Sevilla de vuelta.
Esa sensación de que ayer los jugadores escupieron sobre el escudo del Betis.
Esa sensación de tristeza tan absoluta de no querer saber nada de fútbol hasta el Sábado que viene contra el Madrid.
Esa sensación de que sólo olvidaremos lo de ayer si en la vuelta le metemos 6 al Sevilla.
Esa sensación de no saber qué hacer para que pasen las horas y se haga más llevadera la humillación.
Todo este cúmulo de sensaciones, y muchísimas más, nos pasan por la cabeza a todos nosotros.
Nos preguntamos el porqué de todo lo que pasamos ayer, tenemos que dar la cara ante el aluvión de burlas que estamos recibiendo hoy, y a su vez nos sentimos más béticos que nunca, porque ese escudo y esa camiseta van mucho más allá de toda derrota, por muy dolorosa y dura que ésta sea.
Y yo hoy digo que, como dice nuestro himno, todos nosotros, hermanos béticos, tenemos que apiñarnos como balas de cañón, apoyarnos los unos en los otros, y pensar que lo de ayer quedará en una triste mancha en la historia, pero la vida sigue, y nuestros ojos han de ver muchos más derbis, y la vendetta del de ayer se consumará algún día, tarde o temprano.
Es momento de sacar a la calle nuestras camisetas verdiblancas, nuestros chándals, nuestras pulseras, todo lo que nos identifique como BÉTICOS.
Que los sevillistas vean que estamos orgullosos de nuestro club aunque los jugadores ayer nos hicieran un daño tan profundo, y sus burlas nos persigan hasta el derbi de vuelta.
Y es que eso es lo que nos distingue a los béticos. La FIDELIDAD ETERNA a unos colores.
AHORA MÁS QUE NUNCA, HERMANOS, REAL BETIS BALOMPIÉ.
Esa sensación de que ojalá hoy mismo fuera el Betis-Sevilla de vuelta.
Esa sensación de que ayer los jugadores escupieron sobre el escudo del Betis.
Esa sensación de tristeza tan absoluta de no querer saber nada de fútbol hasta el Sábado que viene contra el Madrid.
Esa sensación de que sólo olvidaremos lo de ayer si en la vuelta le metemos 6 al Sevilla.
Esa sensación de no saber qué hacer para que pasen las horas y se haga más llevadera la humillación.
Todo este cúmulo de sensaciones, y muchísimas más, nos pasan por la cabeza a todos nosotros.
Nos preguntamos el porqué de todo lo que pasamos ayer, tenemos que dar la cara ante el aluvión de burlas que estamos recibiendo hoy, y a su vez nos sentimos más béticos que nunca, porque ese escudo y esa camiseta van mucho más allá de toda derrota, por muy dolorosa y dura que ésta sea.
Y yo hoy digo que, como dice nuestro himno, todos nosotros, hermanos béticos, tenemos que apiñarnos como balas de cañón, apoyarnos los unos en los otros, y pensar que lo de ayer quedará en una triste mancha en la historia, pero la vida sigue, y nuestros ojos han de ver muchos más derbis, y la vendetta del de ayer se consumará algún día, tarde o temprano.
Es momento de sacar a la calle nuestras camisetas verdiblancas, nuestros chándals, nuestras pulseras, todo lo que nos identifique como BÉTICOS.
Que los sevillistas vean que estamos orgullosos de nuestro club aunque los jugadores ayer nos hicieran un daño tan profundo, y sus burlas nos persigan hasta el derbi de vuelta.
Y es que eso es lo que nos distingue a los béticos. La FIDELIDAD ETERNA a unos colores.
AHORA MÁS QUE NUNCA, HERMANOS, REAL BETIS BALOMPIÉ.
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