- Te doy cosas maravillosas, únicas en el mundo. Te ofrezco ser un ídolo, un referente, que se te pongan los pelos de punta y la piel de gallina cuando escuches a cuarenta mil personas corear tu nombre. Eso le ocurre a un canario que, harto de vagar por España, llegó aquí con ganas de demostrar lo que nadie le dejó. Le dimos tiempo y cariño, y en dos años se ha ganado el cántico de ‘Castro Selección’. Tú marca goles y los niños imitarán tu celebración cuando estén en el patio del colegio. Pero ojo, la cresta ya la han aprendido por repetición.
Tenemos otro caso, un joven vasco que llegó a nuestro filial y que en muy poco tiempo se ha convertido en digno acompañante de los jugadores que conforman la mejor selección del mundo. Cuando nuestros canteranos sueñan con triunfar lo hacen despiertos, viendo a Beñat.
No hace falta que seas de aquí para que te amemos. Teníamos un brasileño que sin ser un fuera de serie con el balón en los pies no era superado por nadie en cuanto a entrega. Hijo, persigue un balón con fe hasta la línea de cal y aunque incluso tirándote no llegues a evitar que salga del campo, verás desde el suelo cómo los aficionados de esa parte de la grada se ponen en pie para aplaudirte ayudando a levantarte. Aunque no lo sepas, has hecho que mientras seguían con los ojos la trayectoria de tu balón perdido, ellos olvidaran pérdidas más importantes, la de su trabajo, la de su pareja, la de sus sueños…
Te ofrezco jugar si así lo mereces en cada entrenamiento. Nuestro míster no mira el carnet de identidad para hacer las alineaciones. Has de saber que si lo das todo en la ciudad deportiva, el fin de semana pisarás el Villamarín mientras te cantan que aunque último estuvieras siempre te verán campeón.
Te doy arte, corazón y hermanos. Intenta engañar a toda una barrera en el derbi y te regalo el respeto de dos aficiones. Te ofrezco miradas de miedo en los ojos de nuestros hermanos rivales. Te brindo la oportunidad de vivir un derbi de verdad, un partido donde lo de menos son los noventa minutos de ¿juego?.
Te invito a soñar con nosotros. Cada partido ante el Barça o el Madrid te damos un manojo lleno de llaves. Sólo una es capaz de abrir el tarro de la locura. La locura de ganar a un presupuesto cien veces superior que el nuestro. Escoge la llave correcta y ninguno te cambiará por el mejor portugués ni por el mejor argentino ese día.
Te ofrezco diversión. Ven y jugarás al ataque. Sabrás a qué estilo aferrarte cuando vengan mal dadas. Créeme, un ¡uy! en el Villamarín es más electrizante que un ¡Gol! en cualquier otro estadio…
- No sigas, me has convencido. O contigo o con nadie. Ya te quiero Betis.
fuente: Beticismo
Tenemos otro caso, un joven vasco que llegó a nuestro filial y que en muy poco tiempo se ha convertido en digno acompañante de los jugadores que conforman la mejor selección del mundo. Cuando nuestros canteranos sueñan con triunfar lo hacen despiertos, viendo a Beñat.
No hace falta que seas de aquí para que te amemos. Teníamos un brasileño que sin ser un fuera de serie con el balón en los pies no era superado por nadie en cuanto a entrega. Hijo, persigue un balón con fe hasta la línea de cal y aunque incluso tirándote no llegues a evitar que salga del campo, verás desde el suelo cómo los aficionados de esa parte de la grada se ponen en pie para aplaudirte ayudando a levantarte. Aunque no lo sepas, has hecho que mientras seguían con los ojos la trayectoria de tu balón perdido, ellos olvidaran pérdidas más importantes, la de su trabajo, la de su pareja, la de sus sueños…
Te ofrezco jugar si así lo mereces en cada entrenamiento. Nuestro míster no mira el carnet de identidad para hacer las alineaciones. Has de saber que si lo das todo en la ciudad deportiva, el fin de semana pisarás el Villamarín mientras te cantan que aunque último estuvieras siempre te verán campeón.
Te doy arte, corazón y hermanos. Intenta engañar a toda una barrera en el derbi y te regalo el respeto de dos aficiones. Te ofrezco miradas de miedo en los ojos de nuestros hermanos rivales. Te brindo la oportunidad de vivir un derbi de verdad, un partido donde lo de menos son los noventa minutos de ¿juego?.
Te invito a soñar con nosotros. Cada partido ante el Barça o el Madrid te damos un manojo lleno de llaves. Sólo una es capaz de abrir el tarro de la locura. La locura de ganar a un presupuesto cien veces superior que el nuestro. Escoge la llave correcta y ninguno te cambiará por el mejor portugués ni por el mejor argentino ese día.
Te ofrezco diversión. Ven y jugarás al ataque. Sabrás a qué estilo aferrarte cuando vengan mal dadas. Créeme, un ¡uy! en el Villamarín es más electrizante que un ¡Gol! en cualquier otro estadio…
- No sigas, me has convencido. O contigo o con nadie. Ya te quiero Betis.
fuente: Beticismo
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