Cada vez que habla Marcelino se recuerda su intento fallido por entrenar al Betis este pasado verano, y esta vez ha sido Capi el encargado de hablar.
El camero era uno de los descartes del actual entrenador del Racing de Santander, y en la Jugada de Canal Sur Radio, comentaba lo siguiente sobre el que pudo ser su entrenador, "creo que de la lista que dio Marcelino quedamos tres del equipo, Xisco, Doblas y yo, los demás ya no están. De todas formas yo no tengo que demostrar nada a nadie y menos a Marcelino. Primero porque no es mi entrenador. Segundo porque quién es Marcelino, no es ni Capello ni Cruyff. Por lo que no tengo que demostrar nada".
"Se lo tendría que demostrar a mi entrenador para que siga confiando en mí y me siga colocando cada domingo. Está claro que me dolió esa lista, soy bético y mi deseo e ilusión era cumplir mi contrato, terminarlo. Está claro que a todos los entrenadores no les puedo gustar y llegará uno al que no le guste y me tendré que ir, pero espero que ese momento tarde en llegar. Ahora tengo 30 años, puedo jugar 3 ó 4 años bien".
Para terminar relató el intenso verano que vivió esperando que se resolviera la llegada del nuevo entrenador, "Pasé un verano viendo si venia o no Marcelino y gracias a Dios la suerte cayó para mi y Capi sigue en el Betis. Dios quiera que no cambiemos de entrenador", concluyó el canterano.
El camero era uno de los descartes del actual entrenador del Racing de Santander, y en la Jugada de Canal Sur Radio, comentaba lo siguiente sobre el que pudo ser su entrenador, "creo que de la lista que dio Marcelino quedamos tres del equipo, Xisco, Doblas y yo, los demás ya no están. De todas formas yo no tengo que demostrar nada a nadie y menos a Marcelino. Primero porque no es mi entrenador. Segundo porque quién es Marcelino, no es ni Capello ni Cruyff. Por lo que no tengo que demostrar nada".
"Se lo tendría que demostrar a mi entrenador para que siga confiando en mí y me siga colocando cada domingo. Está claro que me dolió esa lista, soy bético y mi deseo e ilusión era cumplir mi contrato, terminarlo. Está claro que a todos los entrenadores no les puedo gustar y llegará uno al que no le guste y me tendré que ir, pero espero que ese momento tarde en llegar. Ahora tengo 30 años, puedo jugar 3 ó 4 años bien".
Para terminar relató el intenso verano que vivió esperando que se resolviera la llegada del nuevo entrenador, "Pasé un verano viendo si venia o no Marcelino y gracias a Dios la suerte cayó para mi y Capi sigue en el Betis. Dios quiera que no cambiemos de entrenador", concluyó el canterano.