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ID:	6575730Definitivamente, el Betis sigue empeñado en que su fiel infantería todavía no pueda respirar tranquila. La salvación continúa al alcance de la mano, pero el equipo, lejos de caminar con paso firme hacia ella, parece incapaz de terminar sus deberes y hacerse definitivamente con ella.

Así lo confirma el cero de nueve de las tres últimas jornadas, en las que Athletic, Málaga y Atlético se han encagado de sacar de nuevo a las palestra las carencias de un conjunto verdiblanco que necesita mejorar muchísimo si quiere evitar que la recta final de la temporada se convierta en un drama.

Porque con encomendarse a la puntería de Rubén y las manos salvadoras de un Adán que ha dejado de ser infalible no resulta suficiente. Hace falta una mayor contundencia atrás y que los jugadores vayan a morder en cada acción, algo que, desgraciadamente, no ocurre desde aquella victoria ante el Granada que allanó por completo un camino hacia la permanencia que se ha vuelto a empinar de nuevo.

Y es que ni el parón liguero ni los experimentos de un Merino que deja bien claras sus carencias cuando le dan ataques de entrenador han sido capaces de hacer reaccionar a un Betis que no sólo pierde y se complica la vida, sino que no llega siquiera al mínimo exigible para hacer honor al 'Manquepierda'.

En el Calderón, el equipo volvió a hacer el ridículo sobre el césped, vagando sin rumbo ni alma y sirviendo su cabeza en bandeja de plata para un Atlético que firmó una 'manita' sin despeinarse. Se bajaron los brazos antes incluso de empezar y soñar con algo positivo resulta poco menos que imposible.

Otro esperpento más teñido de verdiblanco mientras la clasificación continúa comprimiéndose por abajo, disparando los nervios por Heliópolis, donde siguen haciendo falta uñas y calculadoras. Nadie va a regalar nada de aquí a final de Liga. Cada punto hay que pelearlo y ganárselo en el campo, algo que, atendiendo a los últimos precedentes, parece estar lejos del alcance del Betis.

Se ha vuelto a la deriva que se dejó atrás hace tiempo y el único consuelo es que todavía queda margen para convencer a las matemáticas de que se debe estar un año más en Primera. Pero para conseguirlo hay que reaccionar y, cambiarle por completo la cara a un equipo al que le quedan siete finales por delante en las que fallar estará prohibido. Ya no queda tiempo ni partidos que perder.