Me siento en deuda por lo que Mel le ha dado al Betis. Por la brillantez de sus tres primeros años liderando al equipo y por la difícil tarea completada el año pasado, con el logro de alcanzar el ascenso. Le he defendido en multitud de ocasiones, y he tenido el placer de coincidir personalmente con él en alguna ocasión. No dudo ni un segundo de su beticismo y de su compromiso con el club, y es precisamente apelando a su sentimiento verdiblanco que le pido a Pepe que lo deje, que abandone el barco, que cierre esta segunda etapa en el banquillo del Villamarín.
Puedo parecer ventajista por pedir el cese de Mel (dimisión de motu proprio o destitución, lo mismo me da) justo en lo que ya podemos considerar el inicio de una mala racha de resultados. Dos derrotas y un empate en los tres últimos partidos, tres derrotas consecutivas en casa. Pero tengo malas vibraciones desde el comienzo de la Liga. Al equipo le falta nervio, concentración, aptitud. Un problema que se vio en el Bernabéu y en Granada y en casi todos los partidos de casa.
El volumen de goles encajados en los primeros minutos de cada partido no es un problema, es sólo un síntoma. Me parece más problema la manía del equipo de renunciar a la pelota y arrancar cada jugada con un pelotazo de Adán, entiendo que por indicación del entrenador, que termina en el 90% de los casos con balón regalado al contrario. El equipo es un desastre tácticamente. El rendimiento que se obtiene de la plantilla es inferior al valor de la misma, en mi opinión. Y eso hay que arreglarlo desde la caseta.
Cuando Mel fue destituido hace dos campañas, en la vergonzosa temporada de los 25 puntos, yo me mostré en desacuerdo. La plantilla del Betis aquel año era un pestiño y pensaba que el entrenador tenía poca culpa de cómo iban las cosas. La prueba es que los que vinieron después no hicieron más que empeorar las cosas.
Pero en esta ocasión, sí estoy convencido de que hay plantilla para lograr el objetivo de la permanencia y me aterra que podamos entrar en una dinámica negativa que nos arrastre a la zona peligrosa de la tabla y luego no podamos lograr salir de ella en toda la temporada.
Sinceramente, no veo a Mel capaz de manejar la situación y de darle la vuelta a los evidentes problemas de actitud, rendimiento y mentalidad que demuestra el equipo. Además, hace tiempo que percibo que la comunión entre el entrenador y la entidad no es la más adecuada.
Por todo ello, y con la confianza de que la dirección deportiva debería ser capaz de encontrar a un sustituto de garantías ahora que aún estamos a tiempo de enderezar el rumbo, insisto en mi petición a Pepe Mel. Míster, ¡vete ya! Siempre te recordaremos por los dos ascensos logrados y los buenos momentos vividos. Pero ahora, deja que el Betis intente recuperar la senda de la tranquilidad y la estabilidad antes de que sea demasiado tarde y quién sabe si nuestros caminos volverán a encontrarse. Todo sea por el bien de lo más preciado para los que, como tú, vivimos y sentimos intensamente nuestra afición verdiblanca, el Real Betis Balompié.
@danielgilperez
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Por si no ha quedado claro: Mel, vete ya.