En el caso del Betis suele serlo con toda la razón Rubén Castro, quien tampoco en esta ocasión faltó a su cita goleadora y ya van cuatro. Sin embargo, el gran nombre propio del triunfo verdiblanco en Vallecas fue el de Heiko Westermann. Un espectacular gol y su impecable trabajo defensivo le convirtieron en el MVP del partido, valga el símil baloncestístico.
El tanto del alemán merece recrearse y degustar una jugada que tuvo de todo. Robó en su propio campo y después de salir con fuerza, abrió con maestría para Rubén Castro. El canario habilitó a Westermann para que definiera al más puro estilo de un delantero. A más de uno el gol le recordó alguno parecido que en su día firmara Hristo Vidakovic, contra el Sporting de Gijón o el Logroñés.
Claro que si sólo fuera el gol, por mucho que era el que abría el marcador, el partido de Westermann se hubiera quedado a medias. El gran mérito del zaguero fue el de liderar la zaga bética con maestría. Junto con Bruno formó una pareja de centrales inexpugnable. Da la impresión que el 4 verdiblanco, con condiciones más que interesantes, rinde mejor al lado de Westermann.
Actuaciones individuales al margen, la solidez defensiva fue la gran virtud del Betis para vencer al Rayo Vallecano. Brillaron los centrales, como rindieron a buen nivel Piccini y Varela, del mismo modo que colaboró Adán muy seguro en los muchos centros laterales rayistas. Más todavía, los de Mel defendieron colectivamente de maravilla con sacrificio de todos.
El mediocampo se fajó de lo lindo. Imprescindible fue la presión liderada por N'Diaye y Petros en el doble pivote, y las constantes ayudas de Cejudo y Portillo a los laterales. Sí se echó de menos más fútbol a la hora de crear, especialmente en el caso del malagueño. Arriba Rennella, que fue la gran sorpresa del once, batalló como de costumbre y eso también sumó en defensa.
Luego está Rubén Castro. El 24 verdiblanco pocas veces falta a su cita con el gol. Vallecas no fue una excepción y anotó el segundo con una definición 'made in Rubén', tras un robo de Cejudo. Por cierto que el cordobés ya fue el origen del gol también en el primero frente al Sporting de Gijón. Para recordar una vez más lo determinante que es en este Betis Rubén Castro, que cumplía cien partidos con los heliopolitanos en Primera, no hay que olvidar la asistencia que dio a Westermann en el primero.
Extraordinario balance de los de Mel en su doble salida, con dos triunfos. El segundo, de paso, rompía el maleficio bético en Vallecas que databa de 1999.
Frente al Rayo fue un equipo serio, concentrado y que apenas ofreció resquicios defensivos, a pesar de que los de Paco Jémez manejaron más la pelota. Un valor muy a tener en cuenta para competir en Primera y del que no siempre gozó el Betis en las últimas temporadas. Esta campaña ya demostró esa competitividad en varias citas.
Para esa mejora ha sido fundamental la llegada de Westermann, que se ha convertido en el líder de la zaga. No obstante no es sólo cuestión del alemán, fundamental el trabajo colectivo de un Betis que transmite tener las ideas claras, pese a que aún debe seguir mejorando. Optimismo verdiblanco en este parón desde los once puntos y la octava posición.
Ahora toca seguir compitiendo, ya que la autocomplacencia nunca fue buena acompañante, menos todavía en verdiblanco.
Javier Carbonero